Las empresas lo tienen cada vez más claro; para experimentar ventajas competitivas deben centrarse en un solo lugar: el Edge. Y es que es allí donde coinciden la tecnología y las personas. Si antes los datos y la capacidad de computación estaban concentrados en la oficina, ahora viven en “el Edge”, donde se desarrollan todas las operaciones de negocio, cerca de las personas que los utilizan, tanto empleados como clientes.
Este nuevo enfoque tiene el potencial de revisar los modelos de negocio, transformar las experiencias de los usuarios, e incluso crear industrias completamente nuevas que podrían valer billones, tal y como lo refleja el informe “Opportunity at the Edge” de Fast Future y HPE Aruba.
El Edge es ese lugar en el que las empresas pueden desplegar tecnología con el fin de crear experiencias de usuario más rápidas, más dinámicas y personalizadas. Las tecnologías de computación perimetral hacen posible que cada organización mejore la calidad de sus servicios, utilizando la información que aportan los móviles que los clientes usan para conectarse a sus redes. Los sensores pueden rastrear su actividad y la Inteligencia Artificial puede analizar los datos recopilados en tiempo real.
Todo esto afecta a todas las industrias y aspectos de la economía: por ejemplo, en un hospital podría significar que los diagnósticos iniciales podrían realizarse segundos después de que el paciente cruce el umbral de la puerta; en una escuela, permitiría que la experiencia en el aula se adaptase a las necesidades de aprendizaje y al nivel de comodidad de cada alumno, contribuyendo así a los logros y al bienestar de los estudiantes; en el lugar de trabajo, permitirá una colaboración más efectiva entre las personas, donde y cuando estén trabajando; en sectores como el retail, añadirá una capa de innovación a la experiencia del consumidor, con la posibilidad de que, entre otras cosas, puedan elegir su ropa segundos después de haberla visto en sus smartphones. Las oportunidades del Edge también son intrínsecas al potencial que tienen las ciudades inteligentes para aprovechar la tecnología y mejorar la movilidad, la sostenibilidad y los costes habituales.
Dos tercios de los futuros líderes de opinión y expertos de la industria encuestados por Fast Future afirmaron que esperan que al menos un tercio de las compañías consigan una “personalización común” en los próximos cinco años. Desde el retail hasta el sector hotelero, la educación y la atención sanitaria, ese espacio donde tienen lugar todas las operaciones de negocio permitirá a los proveedores ofrecer experiencias personalizadas a la carta. Esto afecta en gran medida a la capacidad de ofrecer servicios más eficazmente a los clientes, a los empleados y a los usuarios del servicio público. Los expertos de Fast Future creen que la capacidad de localizar productos y servicios, establecer precios dinámicamente y mejorar la satisfacción del cliente será uno de los beneficios principales del Edge Computing en los próximos años.
Dicho esto, las empresas no podrán beneficiarse de las oportunidades del Edge si no asumen que es necesario llevar a cabo un cambio estructural y estratégico. El estudio sugiere que las empresas deben sentirse tan cómodas con las nuevas realidades, como con la toma autónoma de decisiones con respecto a los dispositivos más vanguardistas, y con la puesta en marcha de experimentos que sirvan para diseñar nuevos productos y servicios a partir de los datos recopilados.
Para proporcionar los servicios más rápidos y dinámicos que el Edge puede ofrecer, las propias compañías deben ser más flexibles, receptivas y rápidas. Tanto la inversión como la cultura del cambio se han de liderar desde la cúpula directiva, trabajando mano a mano con el departamento de TI, que tiene un papel central y estratégico que desempeñar. Las empresas deben centrarse no solo en instalar tecnología, sino en mejorar la mentalidad institucional, hasta llegar a un enfoque más experimental y mejorar la alfabetización digital en todos los ámbitos.
Quizás lo más importante es que todas las empresas que se mueven hacia el Edge deben actuar para anticiparse a las amenazas de seguridad inherentes a una red recientemente inundada de dispositivos conectados. Para aprovechar todas estas oportunidades es fundamental contar con una infraestructura de red robusta y centralmente gestionada, que proporcione visibilidad y control en un entorno empresarial cada vez más complejo y potencialmente vulnerable. Las compañías también deben trabajar sobre la base de un ecosistema de tecnología abierta que les deje espacio para adaptarse y evolucionar en el tiempo y a medida que cambian las prioridades.
Sin duda, el Edge va a representar la tendencia más importante para las empresas en los próximos años: una que aúne los rápidos desarrollos de la tecnología disponible, con expectativas de los consumidores más fluidos, personalizados y bajo demanda. Ese es el destino. En este momento, las corporaciones deben afrontar la realidad y los desafíos que supone ir hacia ’ese lugar donde ocurre todo’. Aquéllos que realicen cambios técnicos, culturales y estructurales ahora, estarán mejor posicionados para liderar el mercado en una era de cambios y crecimientos exponenciales.