Para las empresas de telecomunicaciones nunca había resultado difícil obtener una licencia, aunque el coste asociado al establecimiento ha protegido a las empresas de telecomunicaciones existentes, ayudando a mantener su monopolio, o, al menos, dificultando que las nuevas empresas pudieran competir.
Tradicionalmente, el aspecto más importante y a la vez más prohibitivo para convertirse en una empresa de telecomunicaciones son los costes de establecimiento con el fin de construir una infraestructura para la provisión de servicios, la facturación y la asistencia técnica al cliente. Las empresas eléctricas existentes ya cuentan con esta infraestructura. El único aspecto que les queda por resolver es ofrecer un servicio fiable. En la actualidad, esto se puede alcanzar mediante la voz sobre IP (VoIP).
La VoIP cuenta con una serie de ventajas frente a los servicios de telefonía tradicionales, particularmente si se tienen en cuenta los avances en la convergencia de voz y datos. En el mundo actual de las telecomunicaciones típicas de PBX (centralita automática privada), líneas fijas y teléfonos, el cliente se encuentra limitado por el entorno. No existe una manera sencilla de transferir un mensaje de voz desde el teléfono a un PDA (ordenador de bolsillo) u ordenador portátil, y una vez fuera del país de origen resulta aún más difícil. La ventaja de VoIP es que una vez que se dispone de una dirección IP, se puede hablar con el resto del mundo con la IP designada, y esta solución no se va a limitar sólo a reemplazar el servicio de telefonía existente.
Además de una funcionalidad mejorada, también ofrece ventajas económicas, ya que los servicios de VoIP son mucho menos costosos que los tradicionales y los costes fijos son inferiores. Además, el ahorro y la funcionalidad mejorada, posibles gracias a VoIP, junto con el hecho de que sea una sola empresa la que se haga cargo de la electricidad, el gas y el teléfono o servicios de comunicación (televisión, seguridad, vigilancia, acceso Internet, etc.), es una alternativa que puede resultar muy atractiva para los clientes.
No todos son aspectos positivos, ya que todavía existen algunos problemas que se deben resolver. Aunque creo que se va a llegar a la transmisión por cable eléctrico, todavía se deben superar algunos obstáculos. Aspectos de seguridad y normativa, direccionamiento y estándares son los más importantes.
Por supuesto, esto no acaba con las empresas de telecomunicaciones tradicionales, pero tienen una batalla entre manos. Más que luchar contra estos cambios, las empresas de telecomunicaciones deberían acoger y desarrollar las nuevas tecnologías y dejar atrás esa vieja idea de que la conmutación es mejor, simplemente por la inversión histórica que se ha realizado. El futuro de las empresas de telecomunicaciones reside en que se fragmenten en pequeños proveedores de servicios que utilicen la tecnología softswitch para adaptarse. De todos modos, los días de las grandes empresas de más de 25.000 empleados están contados.
Dicho esto, un reportaje reciente de UBS Warburg concluía que esta tecnología no estará disponible hasta finales de este año dados los asuntos normativos implicados. Pero el proceso de las aprobaciones está bastante avanzado.
Para finalizar, como tecnología, la transmisión por cable eléctrico, aunque es claramente atractiva para los países en desarrollo, presenta una situación no tan clara en los países desarrollados. Es necesario que se ofrezcan servicios de banda ancha y pronto, pero las empresas líderes de telecomunicaciones se están resistiendo al cambio aunque nos hayan hecho creer lo contrario. En el fondo, para zonas como el oeste de Europa, el triunfo de la transmisión por cable eléctrico se encuentra en manos de los reguladores como la CMT que deberán establecer los escenarios que favorezcan la competencia en el sector.
Juan Carlos de Vicente, vicepresidente para España y Portugal de Clarent
Las empresas de telecomunicaciones tradicionales son, en la actualidad, una especie en peligro de extinción tal y como las conocemos hoy en día. No sólo se encuentran presionadas por otras empresas de telecomunicaciones, empresas de transmisión por cable, accionistas y organizaciones como la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), sino que además, una nueva amenaza en forma de empresas de servicios eléctricos está emergiendo con una tecnología renovada la transmisión por cable eléctrico (PLT), que entra en el campo de batalla.
Hace aproximadamente dos años, Norweb y Nortel paralizaron públicamente la investigación en este campo por problemas que, debido a diferentes razones, llegaron a ser demasiado prohibitivos para continuar invirtiendo en ellos.
La transmisión por cable eléctrico o PLT se puede describir como una tecnología portadora de telecomunicaciones que permite la transmisión de una señal de telecomunicaciones a través de un cable eléctrico. No se trata de una tecnología completamente nueva, dado que la transmisión por cable de baja frecuencia ha sido utilizada durante muchos años por empresas de servicios públicos para sus propias operaciones y aplicaciones sencillas de telemetría y supervisión. Dado que estas primeras aplicaciones eran relativamente limitadas y no eran adecuadas para un servicio público, se vieron restringidas al uso interno. Sin embargo, con la liberalización del mercado como factor desencadenante, muchas empresas de servicios públicos están buscando fuentes de ingresos alternativas, y la oferta de servicios de telecomunicaciones está comenzando a resultar interesante a medida que los avances tecnológicos superan obstáculos históricos, ayudados por la entrada en la era de la voz a través de IP (VoIP).