Casi la mitad de las grandes empresas tendrán despliegues de nube híbrida a finales de 2017. Así lo afirma Gartner en su informe “Private Cloud Matures, Hybrid Cloud Is Next”, que asegura que los entornos híbridos están en la misma situación ahora que las nubes privadas hace tres años, cuando pasaron de ser una aspiración a una realidad para la mitad de las compañías.
La consultora sugiere a las empresas que aunque la reducción de costes es una consideración importante para desplegar una nube privada, hay que tener en cuenta otros factores a la hora de desplegar un entorno cloud. “La virtualización reduce los gastos de capital, y la estandarización y automatización, los gastos operativos”,aclara Thomas Bittman, vicepresidente y analista distinguido de Gartner. “Sin embargo, dar el siguiente paso de añadir métricas de uso, ofertas de autoservicio y aprovisionamiento automatizado requiere invertir en tecnologías sin una reducción significativa en los costes operativos. Teniendo esto en cuenta, el factor principal para ir al siguiente paso debería ser la agilidad”, añade.
Dado que la agilidad es el factor clave para montar una nube privada, Bittman alega que el departamento de TI necesita entender que la agilidad podría marcar la diferencia en los servicios actuales; comprender que los nuevos servicios serían útiles si se les proporciona agilidad; y trabajar en estrecha colaboración con los usuarios de las TI para hacer dichas determinaciones.
Las empresas que están en el buen camino hacia proyectos de nube privada suelen considerar la tecnología como la cuestión principal. Sin duda, las tecnologías para ofrecer cloud privada son relativamente inmaduras y aún están en evolución, y muchas organizaciones consideran necesario el trabajo del usuario para satisfacer sus necesidades, pero mucho más difícil son los ajustes de transformación precisos para utilizar dicha tecnología. Los servicios cloud requieren procesos operativos que se han diseñado para dar velocidad y personalizado para los servicios ofrecidos. Una cultura arraigada de TI centrada en los conocimientos técnicos no se ajusta a un modelo totalmente automático, y de autoservicio que requiere un enfoque de equipo orientado al servicio.
“Con demasiada frecuencia, los proyectos de nube privada se inician por la elección de una tecnología, pero la tecnología en sí no resuelve el problema de la transformación de la gente y de los procesos“, añade Thomas Bittman. “Es mucho mejor centrarse primero en un enfoque para hacer los cambios transformadores. En muchos casos, esto significa crear una organización independiente de los procesos de TI tradicionales, -al menos, para la incubación de estos proyectos-, y centrarse primero en un proyecto sencillo que tenga participación entre las TI y sus usuarios”, concluye.
