“Si no toman las medidas necesarias, las medianas empresas españolas pueden perder competitividad, poniendo en peligro su actividad”. Esta es la principal conclusión de un estudio elaborado por la división de análisis del grupo The Economist para SAP en el que han participado 247 empresas españolas pertenecientes a distintos sectores, que facturan entre 20 y 600 millones de euros.
El de la mediana empresa es un segmento conformado por 19.000 firmas que dan empleo al 12 por ciento de la población activa de nuestro país. Sin embargo, según el trabajo, durante los próximos tres años tendrán que hacer frente a la saturación del mercado; la constante presión sobre los precios impuestos por los grandes conglomerados empresariales; la reducción de márgenes y el aumento de los costes de materias primas y mano de obra (aspecto al que se unen las crecientes carencias del sistema educativo que impide encontrar profesionales cualificados). Por otra parte, y de acuerdo con los datos que se desprenden de la encuesta, la política impositiva del Gobierno no es la óptima para crecer en un entorno cada vez más competitivo; así el 65 por ciento de los participantes cree que el Ejecutivo debería mejorar los incentivos fiscales para apoyar la inversión de este tipo de empresas.
Otro asunto que preocupa es la consolidación del mercado y de los propios clientes. De hecho, el 66 por ciento de los encuestados vislumbra el riesgo de que sus negocios dependan en exceso de un reducido grupo de muy grandes clientes, lo que podría derivar incluso en que aquéllos fijasen el precio de productos y servicios, comentario realizado por el 89 por ciento de la muestra.
Ante esta situación de mercado, el grueso de los consultados se inclina por establecer una estrategia de crecimiento orgánico. En paralelo, y pese a que en España todavía le queda recorrido a la consolidación, solo el 9 por ciento de la muestra identifica fusiones/adquisiciones.
Como vías para crecer, el 50 por ciento de los encuestados cita la reducción de costes; el 39 por ciento la expansión de la base de clientes y la entrada en nuevos mercados geográficos, que es referida por el 32 por ciento de la muestra.
Conscientes de su posición frente a compañías más grandes, las medianas empresas observan como ventajas a su favor la facultad de mantener relaciones más estrechas con los clientes; mayor capacidad para ejecutar cambios en su estrategia y mayor conocimiento de las condiciones del mercado. También ven en la tecnología un acicate para el crecimiento de sus negocios. En este sentido, el 74 por ciento de la muestra indica que las TI son críticas para mantener la flexibilidad de las operaciones de negocio mientras la empresa crece y que están totalmente integradas en el negocio. Para el 71 por ciento de la muestra, resultan fundamentales para poder innovar de modo continuado.
No obstante, la confianza que manifiestan los responsables de las empresas españolas en las TI como factor de crecimiento es claramente inferior a la mostrada por sus homólogos de otros países europeos y de otros continentes.
Finalmente, y como barreras a la inversión en TI destaca el coste de las soluciones y de las implantaciones, con un 52 por ciento, mientras que tener otras prioridades de negocio o falta de habilidades técnicas de los empleados para usar las tecnologías se colocarían por detrás con el 36 y 27 por ciento de las respuestas.
Luis Valenzuela, director de la división de Medianas y Pequeñas Empresas de SAP, ha indicado que “la disponibilidad de una plataforma TI adecuada y flexible, que permita rentabilizar las inversiones actuales en tecnología y sea capaz de crecer a medida que lo hace el negocio es la mejor herramienta para solucionar los problemas”.
