El interés por la nube surgió por su increíble capacidad de reducir costes en TI y por poder satisfacer instantáneamente las necesidades tecnológicas más inmediatas. Sin embargo, el cloud computing va más allá de estas oportunidades al propiciar también la competitividad de las empresas en términos de excelencia operacional. Cada vez son más las compañías sabedoras de los beneficios que el cloud trae consigo como ejecutar operaciones más flexible y ágilmente y expandir el negocio entrando en nuevos mercados o captando más clientes.
Tantas son las ventajas y magnificencias de llevar las TI a la nube, que a pesar de las dudas que muchas compañías tienen sobre la fiabilidad, seguridad y privacidad de esta tecnología, 2.000 CIO de todo el mundo han asegurado a Gartner que el cloud es su primera prioridad este año. De momento, sólo el 3% de los responsables de TI tienen la mayoría de sus infraestructuras en la nube o con tecnologías SaaS; pero en 2015 este porcentaje llegará al 43%.
Asimismo, hasta hace bien poco los departamentos de TI dedicaban el 66% de su presupuesto a las operaciones del día a día dejando poco margen para la transformación de la estrategia empresarial. Sin embargo, afirma Gartner que ahora los CIO están considerando la introducción de tecnologías basadas en servicios de Internet para cambiar esta ecuación y destinar del 35 al 50% de los recursos operacionales y de infraestructura a la innovación y crecimiento.
Estos números evidencian el entusiasmo de las empresas por utilizar la nube como plataforma tecnológica que soporte procesos de negocio importantes; su decidida apuesta por la innovación para competir en el futuro; y el acelerón que el cloud ha pegado, que en un escaso periodo de tiempo ha pasado de ser una tendencia a situarse en la primera fase de su implementación.
Estamos aún en el amanecer de la era cloud computing, pero para la mayoría de los analistas representa un cambio radical en la informática corporativa habitual que cambiará al mundo. Merrill Lynch, por ejemplo, estima que en los próximos cinco años, el volumen de negocio que el cloud moverá a nivel global estará alrededor de los 95.000 millones de dólares.
Entrando más al detalle, pero sin recalar en el debate de cloud pública o privada, IDC estima que los sectores de servicios profesionales, fabricación y comunicaciones generarán la mayor parte de los ingresos de este mercado. Y desde la perspectiva de tecnología, la infraestructura como servicio aportará el 22% del negocio cloud en 2014, mientras que las aplicaciones, un tercio (hoy en día es la mitad).
EL DIVIDENDO DE LA NUBE
Cuantificar la rentabilidad que el cloud computing puede aportar a las empresas bajo la jurisdicción del ahorro de costes e incremento de la productividad y competitividad es algo que varía en función de la compañía y tecnología elegida. Sin embargo, ¿cuáles son los beneficios económicos del cloud a escala macroeconómica?
Para responder a esta pregunta EMC ha encargado al Centre for Economics and Business Research (Cebr) la realización de un estudio para ponderar dichas ganancias. En lo que respecta a España, el análisis calcula que en 2015, el valor total de la informática en la nube alcanzará los 25.200 millones de euros anuales en la economía española. También prevé que la reducción de costes neta acumulativa derivada de la adopción del cloud computing será de 22.000 millones en dicho periodo; que el valor total de los modelos de nube privada e híbrida superará los 17.900 millones de euros; y que las oportunidades de generación de negocio y desarrollo empresarial aportarán 10.000 millones de euros a las organizaciones españolas que empleen la informática en la nube.
Comparando estas cifras con los resultados generales de la región de EMEA, se observa que España, que alcanzará el 22,8% de sus beneficios acumulativos en 2015, está por debajo de la media europea (23,2%), lo que refleja un índice de adopción de la nube actual superior a la media en relación con la adopción en el futuro.
Llama la atención por otra parte que las nubes híbridas, que son las que ofrecen mayor reducción de costes, representan la mayor parte del ahorro en nuestro país. Esto se debe a un grado de adopción medio-alto en la actualidad en los cuatro sectores clave: distribución, comercio al por menor y hoteles; producción; servicios bancarios, financieros y empresariales; y gobierno, educación y sanidad, y a un elevado grado de adopción en el futuro en dos de ellos.