La industria se ‘autoconsolida’

El almacenamiento continúa posicionándose como una de las áreas más
críticas de la empresa. Mientras el gasto se mantiene más o menos
estable, ¿cómo se ha comportado la industria en los últimos años?

Publicado el 26 Nov 2003

Desde 1995, el gasto en el hardware de almacenamiento se ha mantenido relativamente estable respecto al gasto total de hardware. Sin embargo, si incluimos en esa partida el software y los servicios, ésta ha caído, representando un seis por ciento en 2002 frente al nuevo por ciento que suponía en 1995.

Esto hace pensar que en la actualidad, a lo que todavía se destina más dinero es al hardware -que como media desde 1995 viene suponiendo un 16 por ciento del gasto total en TI-, a pesar de que lo que más encarece una infraestructura de almacenamiento es precisamente la gestión. No obstante la tendencia se está invirtiendo. Así lo pone de relieve la firma Crescendo Ventures en un reciente informe y, profundizando en sus cifras referidas a hardware, se puede comprobar cómo a pesar de lo que se evangeliza en la industria, la infraestructura SAN desde 2000 a 2002 únicamente ha absorbido 2.000 millones de dólares por año, mientras que los subsistemas de disco alcanzaron en 2000 los 32.000 millones y, el año pasado, los 20.000 millones de dólares. Todo ello, barajando cifras tanto de IDC como de Dataquest, en un mercado de hardware de almacenamiento que el año pasado movió 49.500 millones de dólares, suponiendo el 15 por ciento del gasto total de hardware.

A lo largo de los pasados años, las inversiones en almacenamiento han estado sincronizadas con el gasto general en TI y, según expone Crescendo Ventures, así se prevé que continúe sucediendo a medio plazo, puesto que sus estimaciones indican que representará en torno al 15 por ciento del total del hardware y el 5 por ciento si se incluyen el software y los servicios.

Pero, ¿cuáles son los factores que influyen en el comportamiento de este mercado? Uno de los fenómenos que más se están produciendo es el del trasvase de inversión del hardware hacia el software y los servicios, junto con el descenso desde la gama alta a la gama media. Al mismo tiempo, la caída del precio por megabit se está acelerando en los subsistemas de disco, catapultados por los discos duros SATA. Este mismo descenso de precio hará que paulatinamente el debate entre cinta y disco se decante por éste último.

Otro de los puntos destacables es la aparición de Linux, que con su irrupción en los centros de procesos de datos ya ha propiciado el desarrollo de software de almacenamiento específico para esta plataforma, ganando cada vez más cuota de mercado.

En cuanto a tendencias muy marcadas es preciso recalcar la de la consolidación de las infraestructuras que hace que el almacenamiento en red robe participación a los sistemas DAS (Direct Attached Storage), con previsiones muy optimistas para la redes basadas en IP.

Al mismo tiempo, las tareas de back-up, protección de datos y disponibilidad de los mismos son críticas en el contexto de la economía digital.
En realidad, la industria del almacenamiento, como sucede en la industria en líneas generales, está marcada por la concentración. En los últimos años, ya no es sólo que se haya producido un alud de adquisiciones (ver tabla nº 1), sino que los recursos humanos han pasado de unas firmas a otras. Basta recordar a Michael Malcolm, uno de los fundadores de Network Appliance y posteriormente de CacheFlow; Brocade que surge a partir de Kumar Malavalli y Paul Bonderson que procedían de HP y Sun o, incluso, la recientemente adquirida por EMC, Legato, alumbrada por cuatro ingenieros de Sun -Bob Lyon, Joe Moran, Rusty Sandberg y John Kepecs.

El análisis de Crescendo Ventures señala que la mayoría de las adquisiciones encontraron en los productos y el conocimiento su principal motivación, dado que éstos permiten la entrada en mercados complementarios o relacionados con el original. En el 61 por ciento de las adquisiciones, el detonante de éstas fue una tecnología determinada, mientras que el 23 por ciento viene provocada por la innovación y capacidades de ingeniería. El once por ciento de las compras se producen por ampliar el conocimiento de los clientes y por el mercado, y sólo un cinco por ciento viene dada por intereses de gestión o financieros.

En cualquier caso, de nada servirán los datos económicos con sus previsiones y esta evolución de mercado si el trabajo con los estándares no se acelera. Si bien es cierto que precisamente la del almacenamiento es una de las industrias más avanzadas en este campo -prueba de ello es CIM, ATA o Fibre Channel-, no es menos cierto que aún se precisan muchos años para lograrlo (ver tabla nº 2). Tanto es así que han de transcurrir siete años desde que un protocolo se concibe hasta que éste se convierte en estándar. Y es que por cada protocolo que surge con éxito, antes otros diez habían sido propuestos.

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Redacción Computing

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