Actualmente, las ventas de teléfonos móviles son algo menores que en pasados ejercicios, porque, según un reciente informe de IDC, los usuarios demandan más funciones a estos aparatos y a los dispositivos manuales en general. Ante este aviso de estancamiento y posible retroceso del mercado, un grupo de fabricantes como Nokia, Ericsson y Motorola, y operadores como Telecom Italia Mobile y France Telecom se han asociado en la iniciativa M-Services para invertir en licencias e infraestructuras de nueva generación. El objetivo es la viabilidad de una Internet móvil, con servicios adecuados a futuros soportes de hardware y software.
La iniciativa M-Services ha reaccionado frente a las limitaciones del actual estándar Wireless Application Protocol (WAP), adoptado actualmente por la inmensa mayoría de los teléfonos móviles. Este estándar se ha quedado obsoleto y es la principal causa del fracaso de los terminales móviles para el acceso a nuevos servicios de Internet, tales como la videoconferencia, cada vez más demandados por los usuarios.
La alternativa del estándar WAP se basa en la norma GSM (Global System for Mobile) o Sistema Global para Comunicaciones Móviles, una red telefónica de radiodifusión digital muy utilizada en Europa, que puede ser aplicada a la tecnología General Packet Radio System (GPRS), consistente en la transmisión inalámbrica de paquetes de datos.
La M-Services introducirá un software de código abierto y un estándar de hardware en los teléfonos móviles con acceso a servicios públicos y privados de red. Jan Wareby, CEO de la división de consumo de Ericsson ha pronosticado que la M-Services terminará con los actuales retrasos tecnológicos de la industria del móvil. Esta iniciativa supone un importante vehículo para asegurar el uso de Internet sobre una nueva forma estandarizada y no propietaria, rica en contenidos digitales, declaró Wareby.
A pesar de que WAP amplió los servicios de la telefonía móvil, este protocolo es actualmente demasiado lento e incómodo para acceder a determinados servicios de la Red, que exigen mayor nivel de fiabilidad y calidad para que los usuarios puedan acceder fácilmente a Internet y tengan total seguridad en la utilización de servicios comerciales y financieros.
La alternativa al protocolo WAP será desarrollada por la GSM Association, que propone las redes GPRS (General Packet Radio Services), mucho más rápidas que las actuales y con servicios de mucha mayor calidad.
Conocida como la generación 2.5, GPRS servirá a los operadores para comenzar a implantar aplicaciones, servicios e infraestructura que serán plenamente desarrollados con UMTS, un subsistema radio que podrá conectarse a la infraestructura de conmutación creada para GPRS. Esto permitirá una transición menos traumática hacia el estándar UMTS, un estándar general de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (ITU), y asegurará la inversión realizada en equipos de GSM-GPRS.
Las actuales redes GPRS sólo serán un tránsito hacia la tercera generación (3G) de la teleinformática de bolsillo. La iniciativa M-Services será el núcleo en que se desarrollará esta futura tercera generación; establecerá los requisitos mínimos para dotar de una mayor calidad a los dispositivos 3G; se les exigirán mayores prestaciones gráficas; la meta es que todos los aparatos de mano ofrezcan, además de servicios de telefonía, correo electrónico e Internet, otros servicios como música, vídeo y juegos de tan alta calidad como los que ofrecen dispositivos de mano como el Palm o el Pocket PC.
Otro de los proyectos M-Services es el desarrollo de nuevos estándares GSM, ampliados con la versión EDGE (Enhanced Data GSM Environment), y 3GSM. Ambas revisiones del estándar GSM multiplicarán la velocidad de las redes y permitirán implementar los nuevos servicios públicos y privados, tanto para el mercado doméstico como para el profesional.
Estas nuevas tecnologías no reemplazarán el estándar WAP a corto plazo. Los teléfonos GSM actuales seguirán utilizándose durante algunos años más, y todavía no se han fijado plazos para implantar el futuro estándar para la 3G. Además, como las tecnologías Edge y 3GSM proporcionan una transferencia de datos más rápida, será necesario establecer un nuevo modelo de tarificación independiente del tiempo de conexión y la distancia. Para que la tercera generación sea viable comercialmente, la tarifa deberá depender de la calidad de los servicios, del tipo de datos a los que se acceda y de la cantidad de datos que se transfieran.
José Luis Anido