La falta de estándares frena la expansión de XML

La capacidad de que los datos de todas las BBDDs puedan entenderse y reconocerse entre sí en los entornos e-business no es una utopía; XML la proporciona.

Publicado el 31 Oct 2000

Con la llegada al mercado de bases de datos con XML incluido, algo que ha empezado a ser habitual en los últimos meses, encontramos un entorno completamente nuevo. Como explica Anthony Picardi, vicepresidente de software global en IDC, esto supone la existencia de productos que pueden gestionar y procesar datos inteligentes, es decir, datos que se autodescriben, algo que sólo ha sido posible desde la implementación de la tecnología XML. Hablamos de un mercado emergente de mercado que supuso un global de 12 millones de dólares en 1999 sólo en Estados Unidos para llegar, según nuestras previsiones, a generar en este país cerca de los 700 millones de dólares en 2004, lo que supone ratios de crecimiento anual del 130 por ciento.
El Extensible Markup Languaje, más conocido en el mercado gracias a sus siglas – XML-, ha sido uno de los grandes revulsivos del mundo del software en los dos últimos años. Considerado por analistas y programadores como el protocolo de aplicaciones Internet de plataforma abierta capaz de proporcionar la infraestructura más completa para el desarrollo eficaz del e-business, XML se erige como el sustituto ideal de EDI.

En realidad XML surgió como consecuencia de una necesidad creciente de gestionar mucha información en transacciones ligadas a entornos de negocio electrónico, algo para lo que HTML mostraba serias carencias. Lo que hace XML es dar un formato de etiquetado a los datos que existen en la BBDD de una compañía y permitir moverlos e intercambiarlos en entornos e-business (básicamente B2B) con los datos que existen en las BBDDs de otras compañías, siempre y cuando estos últimos también lleven escritura XML. Una de las claves del éxito del protocolo radica en que mantiene la simplicidad de HTML pero, en lugar de etiquetar la visualización de los datos, etiqueta el contenido de los mismos.

Software AG fue pionera en adoptar XML como base estratégica para todos sus desarrollos software y de bases de datos. Le siguió, de inmediato, el resto de la industria. Ahora mismo, no hay compañía del sector que no exprese su apuesta decidida por XML en los entornos de movimiento de datos. Sus ventajas frente a EDI son claras mayor facilidad de implantación en los entornos corporativos preexistentes y unos precios sensiblemente menores.

Se trata de ir hacia un entorno en el que todos los sitios web puedan entenderse con los demás pero no a través de una estructura punto a punto (que es la propuesta por EDI) sino a través de XML y mediante el formato RDF (Resource Description Format), el último estándar propuesto por el consorcio estandarizador W3C para describir los elementos de una página web de forma que cualquier programa los pueda leer.
Hablar de estándares significa polémica y, lo peor, lentitud en la llegada de soluciones al mercado. La realidad es que XML aún provoca confusión entre los usuarios finales. Aquellos que quieren un acercamiento rápido hacia aplicaciones B2B tienen que esperar a que se supere el atasco de entrada provocado por la falta de un estándar robusto que permita un intercambio de datos eficaz entre diferentes mercados verticales. Paradójicamente, la industria tiene clara la adopción de XML pero no acaba de decidirse a su implantación.

Los pesos pesados del sector tratan de acercarse para establecer un único XML con características determinadas que permita enlazar aplicaciones y servicios dentro del entorno e-business. Microsoft y otras diez compañías (entre ellas IBM, HP, Compaq, CommerceOne, Lotus y SAP) sugirieron al W3C pocos meses atrás la solución Soap (Simple object access protocol), en su versión 1.1, como estándar web para el intercambio de datos sobre protocolo SMPT (Simple Mail Transport Protocol), middleware MQSeries de IBM, protocolo FTP y protocolo TCP/IP, lo que añadiría capacidades de mensajería asíncrona.

Por su parte Sun Microsystems también se muestra favorable a la estandarización de XML pero rechaza unirse al grupo encabezado por Microsoft y prefiere decantarse en sus propuestas al W3C por su propia plataforma RMI (Remote Method Invocation) a la que considera perfectamente capaz de hacer lo mismo que Soap, eso sí, con menor apoyo de la industria.

Hablamos, pues, de dos propuestas bien definidas y mayoritarias pero la adhesión a la primera de más de diez grandes compañías pueden convertir la decisión del W3C en algo casi político. Algunas voces críticas, contrarias a Microsoft, apuntan a que Soap no pasa de ser un mero intento de la compañía por controlar monopolísticamente el entorno XML. Más allá de los rumores, bien o mal intencionados, sí es cierto que Soap se ha convertido en un protocolo de plataformas y mensajes cruzados que sirve como base al comercio B2B y, según Gartner, el 70 por ciento de los e-services utilizarán Soap en el año 2003. En cualquier caso el W3C aún se encuentra en proceso de decisión y habrá que esperar para ver el resultado final de las deliberaciones.

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Redacción Computing

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