La democratización de las aplicaciones

Nacidos bajo un mercado en crecimiento motivado por la aparición de nuevas compañías asociadas a la nueva economía, el modelo ASP debe asentarse en un mercado que en los últimos meses ha crecido amparado por las necesidades de este tipo de compañías.

Publicado el 30 Ene 2001

Después de un último año en el que el mercado se ha convertido en testigo de la explosión del fenómeno ASP (Application Service Providers/Proveedores de Servicios de Aplicaciones), el nuevo hito en el maremágnum de servicios de outsourcing, lo cierto es que el nuevo modelo ha de buscar su consolidación en un mercado cada vez más innovador. No es extraño que algunos analistas hayan definido la actual etapa de evolución por la que atraviesan los servicios ASP como de infancia. Y todo parece indicar que no están equivocados. Los ASP comenzaron a ver la luz hace algo más de un año amparados en las nuevas firmas que nacían bajo el paradigma del comercio electrónico. Su importancia en la nueva economía se basaba en que, a través del modelo de negocio que ofrecían, podían básicamente minimizar los riesgos de las compañías emergentes, reducir los costes y facilitar la implantación de iniciativas. Un modelo emergente que permitía evolucionar de forma rápida hacia la nueva economía, lo que hacía creer que la salud de las constantes vitales de la comunidad ASP representan el ejemplo más claro del cambio en la economía electrónica.

Además, el modelo ASP tenía la virtud de llegar a prácticamente cualquier tipo de empresa.

Sin embargo, tras unas previsiones que apuntaban crecimientos espectaculares, las proyecciones han comenzado a derivar en una cierta reestructuración del sector, un aspecto lógico porque, al igual que les sucedió a las llamadas Punto com, después de la explosión desmedida llega el periodo de rendir cuentas.

Las previsiones más pesimistas vienen por parte de Gartner Group, que advierte de una etapa de criba y lucha por la supervivencia entre todas aquellas compañías que se han apuntado a esta fórmula. La consultora cree que el 80 por ciento de los ASPs existentes actualmente habrán desaparecido en el año 2004 por la falta de viabilidad económica de sus proyectos. Es más, recientemente recomendó a los usuarios finales no utilizar un ASP hasta que la fórmula no estuviera totalmente consolidada. Datos similares aporta Meta Group, quien afirma que antes del próximo año alrededor del 60 por ciento serán adquiridos debido a una insuficiente diferenciación con otras compañías de su mismo entorno con mejor proyección, a la propia inmadurez de su proyecto empresarial, o una equivocación en la elección de sus partners.

Aún así, las propias características del modelo ASP dan validez a la viabilidad del proyecto.
Sus ventajas parecen indudables y los expertos citan desde los recortes en los costes de los procesos de negocio asociados al hosting de aplicaciones a las cargas de trabajo que los proveedores de servicios de aplicaciones pueden eliminar en aspectos tan diversos como la gestión de las Tecnologías de la Información, los complejos modelos de licencias de utilización de productos o la reducción en los procesos de formación y otras materias relacionadas con los recursos humanos. Además, la ubicuidad de las empresas basadas en Internet y la evolución de las actividades relacionadas con la economía on line deberán servir para apoyar el verdadero impulso de los ASPs.

Aunque son pocos los que consideran que este modelo de negocio vendrá a suponer una auténtica revolución en el panorama de las TI, sí que hará que incluso las empresas más pequeñas dispongan de la oportunidad de subirse al carro tecnológico hasta alcanzar un nivel competitivo que les permita integrarse en el terreno de la economía global.

La adopción de la fórmula ASP ofrece una salida a la falta de profesionales cualificados de las TI. De hecho, los proveedores de servicios de aplicaciones asumen toda la responsabilidad en la implementación, dedicación personalizada al cliente, mantenimiento y soporte continuo, lo que le permite convertirse en la panacea para un número de compañías clientes. Acceder a las actualizaciones del software y a la implantación permanente de las diferentes aplicaciones servirá para que los más escépticos se convenzan de los beneficios que este tipo de proveedores puede ofrecer, explica Georgios Bakolas, analista de Investigación de Frost & Sullivan.

Una encuesta de Forrester Research entre directivos pone de manifiesto que factores como el ahorro en los costes de las infraestructuras tecnológicas son los principales factores que impulsan el interés de las compañías por el modelo ASP. En concreto, la mejora en los ratios de relación precio-calidad fue citada en un 45 por ciento de los casos como el principal motivo a la hora de recurrir a un ASP, los ahorros en los costes se dieron en un 40 por ciento, mientras que un 35 por ciento apuntó la escasez de preparación técnica en el personal de la compañía.

Con este abanico de ofertas y ventajas para los clientes es difícil que la fórmula no llegue a triunfar. Ahora, la cuestión es saber cuándo. En este sentido, la mayoría de los informes de las consultoras apuntan hacia el año 2003, fecha en que, según Frost & Sullivan, comenzará a dar los primeros signos de consolidación, por lo menos en Europa. Todo ello vendrá tras el periodo de supervivencia en el que un gran número de pequeños ASPs tendrán que superar la criba de la consolidación.
Pero hasta esa fecha, los ASPs deberán pasar por varias etapas, cada una de las cuales servirá para ir moldeando la fórmula hasta ir fijando el modelo definitivo adaptado a las verdaderas necesidades de mercado. Si nos atenemos al citado estudio de Forrester Research, el primer periodo que atravesarán los proveedores de servicios de aplicaciones se caracterizará por su ligazón con los denominados emarketplaces, sitios web verticales que serán utilizados por los ASPs para comercializar sus servicios. Iniciada ya el pasado año se extenderá al menos hasta el año 2002 y servirá para que los proveedores puedan fomentar sus modelos de negocios liberando, gracias a ir integrados en los emarketplaces, a parte de su personal técnico para otras funciones más críticas al tiempo que permite al mercado entender la necesidad de contar con este tipo de proveedores.

El siguiente paso (2002-2004) será ir abandonando su dependencia de los emarketplaces. Tras ampliar sus relaciones comerciales a tanto emarketplaces como sea posible, dejando a un lado la exclusividad con un único mercado especializado, progresivamente tampoco esta nueva estrategia les resultará atractiva. Se irán dando cuenta de que estar presente en varios emarketplaces les resta clientes, debido a que las compañías usuarias desean evitar la fragmentación de sus aplicaciones, ya que, procedentes de varios emarketplaces, deben esforzarse por la integración de las mismas. Será un periodo en que el mercado comience a confiar en los ASPs para llevar a cabo parte de la gestión de sus procesos de negocio.

La tercera etapa llegará en los umbrales del año 2005 y se caracterizará por la oferta integrada de los ASPs para todo el proceso de ebusiness de las compañías clientes. Para ello no les quedará más remedio que recurrir a las alianzas estratégicas con diferentes compañías proveedoras, de forma que completen su oferta. En esta etapa, la primacía por las soluciones globales aupará a los ISVs (integradores de soluciones) a ostentar más garantías de éxito que ningún otro tipo de compañías. Será el tiempo de las aplicaciones financieras y críticas de negocio.

Pero, ¿cuáles serán las cualidades que diferenciarán a los ASPs marcados por el éxito con los abocados al fracaso? Para Frost & Sullivan, la primera de ellas será lograr la escalabilidad necesaria para adaptarse a las necesidades que implica el rápido crecimiento del negocio. Y para ello deberán invertir en hacer escalables tanto sus propios sistemas tecnológicos como su infraestructura empresarial y su personal especializado porque, según la misma consultora si, los ASPs se centrarán en determinados sectores verticales y mantendrán una cobertura geográfica limitada, en la segunda y tercera fase, tendrá que enfrentarse a una expansión nacional e internacional y a una mayor amplitud de mercado empresarial.

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Redacción Computing

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