Vivimos en la era de la conectividad. Con Internet instalado desde hace tiempo en cada hogar y en cada empresa, los ciudadanos y profesionales están recurriendo de forma sistemática a nuevas vías de comunicación y novedosas formas de compartir datos. Las redes sociales, las intranets empresariales y el asentamiento de los modelos cloud son solo unos pocos ejemplos de cómo hemos cambiado nuestra forma de relacionarnos con nuestro entorno.
Para que el actual sistema global de comunicaciones funcione correctamente en cada momento, los sectores públicos y privados han realizado durante décadas enormes inversiones para la creación de una auténtica red internacional, las denominadas autopistas de la información a principios de los 90. Ya sea recorriendo enormes extensiones de terreno continental o cruzando mares y océanos a cientos de metros de profundidad, nuestro planeta está ‘cosido’ por diferentes cables de fibra óptica de gran capacidad que permiten el avance de una sociedad cada vez más conectada.
Si observamos el actual mapamundi de las telecomunicaciones, es sorprendente la densidad de cableado entre algunas zonas geográficas: la costa este norteamericana con el norte de Europa y Reino Unido, las principales metrópolis californianas con Japón y las urbes del Mar de China y el eje que une a través de la costa atlántica Latinoamérica con Estados Unidos son las principales rutas mundiales existentes. Sin embargo, estas rutas ya no responden a las actuales necesidades de conexión que demandan nuevas tendencias tecnológicas, como el Big Data o el Internet de las Cosas, que necesitan menores tiempos de respuesta y una menor latencia.
Con el objetivo de reforzar el actual entramado de redes mundial, se ha intensificado la búsqueda de nuevas rutas alternativas que desatasquen el tráfico creciente de datos y podríamos estar viviendo en una de ellas. En este contexto, la Península Ibérica puede convertirse en un hub imprescindible dentro del mapa de conectividad mundial. La situación geográfica a caballo entre África, la Europa Mediterránea y el norte continental, su mirada hacia el otro lado del Atlántico y su fuerte conexión cultural con Latinoamérica convierten a nuestra península en un nodo de conexión de gran potencial a nivel global.
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Una alternativa lógica y fiable
Según un reciente estudio de 451 Research, Madrid (y en general, España y Portugal) podría estar pasando de representar un mercado IT que solo atendía a clientes nacionales a convertirse en un nuevo punto de referencia global. Convertir a la Península Ibérica en un hub de primer nivel dentro del mapa europeo de conectividad supondría la aparición de una nueva alternativa a Marsella como entrada mediterránea del tráfico de datos procedente de África y de Oriente Próximo y a los centros de conectividad del norte de Europa, como Irlanda, Londres o Ámsterdam, en la optimización de la comunicación con Norteamérica. Sin olvidarnos de los mercados sudamericanos, conectados al resto del globo a través de Estados Unidos, y que podrían contar con Iberia como un nuevo nodo de comunicación con el exterior.
Materializar la oportunidad que representa nuestra península para la conectividad europea y mundial solucionaría varios problemas a tener muy en cuenta. Europa necesita puntos alternativos a las rutas ya existentes por temas de seguridad -incluso ante posibles desastres naturales- y por la situación política actual, que se encuentra en un estado de gran complejidad debido a temas como el Brexit y el espionaje masivo entre países.
Es imprescindible apostar por nuevas inversiones en materia de infraestructuras y cableado
Para lograr esta evolución en el papel que jugarán España y Portugal en el tablero global de las telecomunicaciones, es imprescindible apostar por nuevas inversiones en materia de infraestructuras y cableado. En la actualidad, somos testigos del nacimiento de nuevos proyectos de cables submarinos a lo largo de la costa ibérica, como MAREA, que unirá Bilbao con Nueva Jersey y supondrá una nueva alternativa a las rutas que unen Estados Unidos y el norte europeo. Otros proyectos, entre los muchos que se están ideando, podrían ser ORVAL, que pretende conectar el noroeste africano a través de la ruta Valencia-Orán (Argelia), y EllaLink, un proyecto ideado entre los gobiernos de Brasil, Portugal y España, que pretende comunicar diferentes ciudades brasileñas con Madeira, Canarias, Cabo Verde y la Península Ibérica.
El papel de los data centers
Sin embargo, para que estas inversiones supongan un beneficio real para usuarios, empresas y Administraciones, es necesario que estas ‘autopistas de la información’ cuenten con los catalizadores adecuados. En este contexto, los data centers de última generación, ya alejados del concepto tradicional de infraestructura de almacenamiento de datos, representan el papel de intermediarios entre estas vías de conectividad y los diferentes actores del sector. Se han ido convirtiendo en herramientas cada vez más imprescindibles en la interconexión entre organizaciones de todo tipo, proveedores de telecomunicaciones, Puntos Neutros de Intercambio de Tráficos y compañías de servicios cloud.
En Itconic creemos en la necesidad de desarrollar todo el potencial de la Península Ibérica como punto destacado en el mapa mundial de la conectividad y, por esta razón, hemos creado el ecosistema de interconexión más completo de España y Portugal, que se apoya fundamentalmente en nuestros cinco data center neutrales.
Su situación privilegiada (Madrid x2, Barcelona, Sevilla y Lisboa) no solo nos permite estar cada vez más cerca de nuestros clientes y de sus centros de negocio, sino que nos da acceso a las principales rutas de cable submarino y terrestre del mundo. Desde nuestro data center de Lisboa nos conectamos con África y América del Sur, desde Barcelona nos unimos a las principales rutas europeas y en nuestros centros madrileños, accedemos al resto de vías de comunicación mundiales. Al acceder a todas estas rutas, desde Itconic servimos como un elemento de distribución de tráfico de datos y de comunicación eficaz y de confianza.
Además, nuestra plataforma de data centers, la mayor de Iberia, funciona como un único centro gracias a la interconexión de nuestras infraestructuras. Cada organización alojada en Itconic accede a la capacidad global de todo nuestro ecosistema, dando la oportunidad a empresas afincadas en todo el territorio ibérico a disfrutar de la mejor conexión de la península estén donde estén. La interconexión de nuestros cinco data centers supone un valor añadido a los proveedores de telecomunicaciones y de cloud, ya que pueden conectar sus diferentes vías de tráfico de datos (como los cables submarinos) sin necesidad de crear nuevas inversiones.