Según un estudio elaborado por la Escuela de Sistemas y Gestión de la Información de la Universidad de Berkeley apunta que en los próximos tres años la humanidad generará más información que durante los últimos 300.000 años y se estima que las grandes empresas almacenarán alrededor de 150 Terabytes de datos digitales en 2003-, se suman otros factores, como la consolidación de Internet como canal de comunicación e interacción y la puesta en marcha de nuevos modelos de negocio asociados a la nueva economía, en los que los contenidos y la recolección y el análisis de los datos, que finalmente viven en los sistemas de almacenamiento, resultan críticos y potenciarán este fenómeno.
Esta ingente cantidad de datos y la emergencia de nuevas tecnologías asociadas a Internet requieren no sólo de avanzados sistemas de almacenamiento sino también de un plan estratégico para llevar a cabo su gestión con el objetivo de que los datos de la organización fluyan de manera eficaz e ininterrumpidamente donde y cuando el negocio lo demande.
Todos estos factores explican estimaciones como las de compañía EMC, que desde la posición de peso que mantiene en este segmento, pronostica un crecimiento para el mercado de almacenamiento que superará los 100.000 millones de dólares en 2005. Y es que, en la actualidad y según un informe de la consultora IDC, el 50 por ciento de gastos en TI por parte de las empresas está relacionado con los sistemas de almacenamiento y se prevé que este porcentaje se eleve hasta el 75 por ciento en un plazo de cinco años. Es en este escenario, donde si bien es cierto que todavía los sistemas más tradicionales, como el almacenamiento en disco, mantienen un posición preponderante, las redes se han convertido en elementos prioritarios. Conceptos como NAS y SAN obligan a los directores de sistemas a clarificar sus necesidades y a contemplar nuevas posibilidad a la hora de planificar el despliegue de una infraestructura capaz de aprovechar todo el potencia de la información de que dispone, uno de sus activos más valiosos; de manera que las decisiones de compra de sistemas de almacenamiento se han convertido en procesos con una enorme carga estratégica.
Partiendo de un imperativo de disponibilidad total 24×7, los sistemas de almacenamiento han de facilitar unos tiempos de respuesta que además actúen como elemento de retención, incluso en los momentos de mayor demanda. Y es que aunque el almacenamiento resulte aparentemente sencillo y sus funcionalidades deban resultar tales, proporcionando información a los usuarios y a los administradores sin que éstos tengan que prestar apenas atención a su gestión; de hecho el concepto actual de almacenamiento constituye una compleja combinación de hardware, software, redes y personal altamente especializado.
Según la consultora Aberdeen, tres son las tendencias tecnológicas que marcarán la evolución de este ámbito la virtualización del almacenamiento, el almacenamiento basado en redes IP y la convergencia NAS/SAN. Aunque éstas están evolucionando de forma independiente, Aberdeen considera que, para alcanzar la meta de convertir las complejas infraestructuras de almacenamiento en un sistema simple y racional, la respuesta se encuentra en una avanzada combinación de las tres, en la que la interoperabilidad se alza como requisito fundamental y con este objetivo son muchas las compañías que están aunando esfuerzos. Organismos como la Fibre Channel Industry Association (FCIA) y la Storage Networking Industry Association (SNIA) agrupan las voluntades de los diferentes proveedores y facilitan la materialización de estándares y normas que posibiliten la comunicación y trabajo conjunto de sus diferentes ofertas.
La interoperabilidad es el objetivo prioritario especialmente en el ámbito del software de gestión del almacenamiento, un mercado que durante los últimos años ha venido un experimentando un crecimiento medio anual del 20,6 por ciento y que se espera mueva 6.600 millones de dólares llegado 2003. La atención que acapara este segmento la explica un movimiento por parte de los usuarios de sistemas de almacenamiento que están intentando reducir costes a través de la disminución de los gastos en hardware, del que por otra parte y según Gartner Group las empresas sólo emplean alrededor del 50 por ciento de su capacidad, para su empleo en la adquisición de aplicaciones de software avanzadas en la gestión del almacenamiento. El objetivo disponer de herramientas especialmente diseñadas para mejorar la gestión de los recursos de almacenamiento que les permitan conseguir el mayor aprovechamiento de sus inversiones previas. Esta tendencia está impulsando el resurgimiento del interés por el software entre los proveedores tradicionalmente focalizados en hardware así como el nacimiento de nuevas y avanzadas herramientas capaces de aportar un valor añadido a procesos, como el de la predicción de las necesidades futuras de almacenamiento, que se revelan fundamentales.
Por otra, la externalización de los sistemas de almacenamiento será otra de las tendencias que marcarán la evolución futura de este segmento. Algunos consideran que, a pesar de que el contenido continuará siendo el rey y de que todavía son muchas las empresas que no confían en la externalización de sus sistemas de almacenamiento, ésta se transformará progresivamente en una commodity. Las compañías basadas en Internet han mostrado un interés temprano por esta posibilidad pero habrá de recorrerse un largo camino antes de que los proveedores de servicios de almacenamiento consigan convencer a las organizaciones más tradicionales para que dejen en manos de otro el control de sus datos.
El reto para los usuarios de sistemas de almacenamiento es claro evaluar el rendimiento, la disponibilidad y la escalabilidad de las diferentes soluciones disponibles y asegurarse de su capacidad y del modo en que éstas interoperan con los demás productos o servicios, tanto en el presente como en el futuro.