El estudio realizado por Nanoforum ha cubierto un total de 28 países, considerando, de esas 240 estructuras, 16 infraestructuras clave de investigación en la UE. A ello es preciso sumar la detección de 143 redes que apoyan la colaboración y el intercambio de información entre los miembros.
En su propia definición, se recoge que estas infraestructuras son “centros que permiten a los usuarios externos acceder a los servicios de análisis o fabricación y que ofrecen el apoyo técnico necesario”.
En cuanto a la especialización por países, mientras que Francia o los Países Bajos se orientan a la electrónica y la nanobiotecnología, otros países como Polonia y Reino Unido comparten el liderazgo en áreas como nanomateriales, electrónica, fabricación y análisis. Alemania, por su parte, dispone de sólidas infraestructuras que le permiten estar presente en todos los campos.
El punto negro se encuentra en países como Croacia, Chipre, Islandia, Liechtenstein, Malta o Eslovaquia, en los que no se han encontrado infraestructuras o redes de nanotecnología.
Asimismo, el estudio analiza algunas de las iniciativas de financiación que han puesto en marcha varios países, como Austria, Dinamarca o Checoslovaquia, e incide en la necesidad de dar más publicidad a estas infraestructuras ya existentes para obtener mayor eficiencia.