Un ratio que está por encima de la media europea pero bastante cerca de la línea de Europa y que “no está nada mal para un país que tiene un índice de precios del cinco por ciento, aunque en términos reales se trate de un crecimiento plano”, comenta a Computing Jaime García, director de investigación de IDC España.
Las proyecciones de IDC sobre la inversión mundial en TIC, en cambio, hablan de un incremento del 5,7 por ciento en 2008. Pero más optimista se muestra Gartner, que está vaticinando que el gasto mundial sobrepasará los 3,4 billones de dólares, un ocho por ciento más que hace un año. En realidad es una buena noticia, pero se trata del mismo ratio de crecimiento que en 2007, que también aumentó el gasto a ese mismo ritmo. Además, al igual que el año anterior, la mayor parte de este crecimiento se producirá por el declive del dólar americano.
Sin embargo, avisa Jaime García que lo peor aún está por llegar. “Los últimos meses del año van a ser muy duros, sobre todo en grandes proyectos que se paralizarán porque se está esperando a ver qué sucede. Además, en España, el sector financiero tiene mucho peso en las inversiones en TIC y banca será uno de los ámbitos que más acote sus presupuestos. Esta vez la crisis es financiera pero se trata de un factor exógeno que sí impactará en el mercado TIC por las restricciones presupuestarias”, nos explica Jaime García.
Hardware será el sector que más afectado se verá ya que, sobre todo en nuestro país, está muy expuesto al mundo de consumo. Software vendrá detrás ya que está muy ligado a este área. Y Servicios, irá mejor ya que son anticíclicos, principalmente en outsourcing, que suele crecer cuando la economía va mal.
Por su parte, Gartner opina que las inversiones tecnológicas estarán dominadas por las empresas de telecomunicaciones y servicios de TI con un 70 por ciento del total. De hecho, el gasto en telecomunicaciones tendrá un impacto mayor en todo el total contabilizando dos billones de dólares del presupuesto destinado a las TI. Y la inversión en hardware será conducida por el ciclo de actualización de los PCs por lo que no hay indicios de una recesión. En cuanto al software, el ciclo de actualización de software en el que están inmersas algunas compañías debería durar hasta el fin de la década aunque esto puede no traducirse en un aumento de las inversiones, ya que las empresas tienen el ojo puesto en el software como servicio en lugar de reemplazar las aplicaciones existentes.