En sus eventos internacionales con carácter normalmente anual sufragan los gastos de costosos viajes y estancias hoteleras de partners, clientes, analistas de mercado y periodistas con el fin de transmitir sus grandes mensajes de forma coral y conseguir que se difundan en el planeta global. Normalmente se escogen escenarios de gran porte y habilitados para tamaños acontecimientos, y que confieren a los congresos de un punto de partida muy vendible.
Una conferencia anual en San Francisco o Las Vegas resulta de entrada muy atractiva, independientemente del contenido que se vaya a vertir (y por añadidura, les beneficia en cuanto al monto total). Un ejemplo muy llamativo es el acuerdo que el Ayuntamiento de San Francisco y Oraclepara que el transporte público pueda ser usado gratuitamente por los miles de profesionales que invaden la ciudad durante la celebración del Oracle Open World. Los grandes colosos de la industria disfrutan con estos foros que sirven de punto de encuentro y networking con los usuarios de sus tecnologías procedentes de los cinco continentes.
También sirven de proyección de sus líderes, normalmente CEOs, que a modo de encíclica hablada, consiguen conectar con el mundo y obtienen sus cinco minutos de éxito con el que satisfacer su ego profesional. Y es que algunos son auténticos maestros de la escenificación. Larry Ellyson, Steve Ballmer o Steve Jobs son capaces de captar la atención sobre su persona, más allá de la tecnología que venden por muy innovadora y buena que sea. Las multinacionales estadounidenses son las que mejor partido sacan de este show TI, toda vez que los europeos y, especialmente, los asiáticos adolecen de mayor sobriedad.
