La mayoría de los beneficios cosechados han disminuido en mayor o menor medida según los casos, pero en líneas generales, han cumplido con las previsiones de Wall Street. Microsoft, por ejemplo, en su tercer trimestre fiscal que finaliza el 30 de marzo, ha obtenido un beneficio neto de 2.980 millones de dólares, un 32 por ciento más bajo que el alcanzado en 2008. IBM, en cambio, ha experimentado un declive de sus ganancias del uno por ciento, en su primer trimestre fiscal, hasta los 2.300 millones de dólares. Y VMware, ha sido de las raras excepciones que ha aumentado su beneficio operativo un 80 por ciento hasta los 87 millones de dólares.
La decadencia de las inversiones en tecnologías empresariales y de consumo, los gastos ocasionados por rescisiones laborales, y las fluctuaciones de las divisas son algunas de las razones que explican este descenso de los beneficios. Sin embargo, políticas como una reducción agresiva de los costes y supresión de empleos han sido estructuradas por los proveedores TIC para hacer frente a la recesión de forma más ágil. Por ejemplo, EMC pretende ahorrar 100 millones de dólares este año con una disciplina a corto plazo de reducción de gastos, y 350 millones más por el plan de restructuración de la plantilla, que ahorrará además 500 millones en 2010. Microsoft también vigila de cerca los costes con una actualización de su guía de ahorro con la que espera economizar 1.500 millones de dólares.
A pesar de unos resultados pobres sobre una base de histórico y unas perspectivas inciertas de cara al futuro, los analistas se animan a ver señales positivas para el sector tecnológico, como la subida del 30 por ciento que han experimentado las acciones de tecnología en estos dos últimos meses según el índice Hi-Tech de Morgan Stanley.
