De la opulencia en que vivían los operadores de telefonía móvil hace apenas un año al periodo de crisis que están atravesando el sector apenas les separa apenas cuatro letras, las que representa el acrónimo UMTS (Universal Mobile Telecommunications System). El punto de inflexión que significó el inicio de la cuesta debajo de las operadores móviles fue la llamada tercera generación de telefonía inalámbrica, que si en un primer momento sirvió para dinamizar un sector que ya iba acelerado, posteriormente ha traído la primera gran crisis.
Primero fueron los elevados costes de las licencias UMTS que se pagaron en Reino Unido y Alemania antes del verano, a los que hubo que sumar la inversión en un despliegue de infraestructura sumamente costoso. A esto se añadió la ralentización de un mercado que comenzaba a ofrecer los primeros síntomas de saturación alcanzando en España cuotas que superaban el 60 por ciento, si bien en otros países europeos se registraban cifras superiores. Y para colmo, la llegada de WAP (Wireless Application Protocol) supuso la primera gran decepción de un mercado que hasta ese momento había coronado todos sus nuevos envites lanzados al mercado. Sin embargo, el tropezón de WAP, sobre el que se habían generado más expectativas que sus verdaderas posibilidades, fue otro duro revés para un segmento que tenía puesta sus miras en la Internet móvil como objetivo final.
La indefinición regulatoria del Gobierno tampoco ayudó a mejorar la percepción de un mercado que vio cómo los retrasos en la puesta en práctica de UMTS hipotecaban la política gubernamental. A las dudas sobre el proceso de concesión de la cuarta licencia a Xfera le sucedió la polémica sobre el método empleado, el concurso, en detrimento de la subasta, imperante en la mayoría de los países europeos como medio recaudatorio. Y todo ello salpicado con el anuncio de una convocatoria para la adjudicación de dos nuevas licencias GSM que se ha visto finalmente cancelada hasta que la situación del propio mercado lo permita. De hecho, a Xfera se le permitirá operar finalmente recurriendo a la tecnología GSM 1800, debido a que la fecha marcada para que España se pusiera a la vanguardia del segmento móvil -agosto del presente año como inauguración de los servicios de 3G-, se ha visto convertida en todo un sueño por la falta de disposición de unos terminales que aún no tienen claro el momento de hacerse realidad. Al final, todo parece indicar que será a finales de 2002 cuando UMTS vea la luz en España.
Y parte del mercado europeo mira hacia Japón como punto de referencia gracias a i-mode, la tecnología cuasi de tercera generación que está triunfando en Japón, donde cuenta con más de 20 millones de usuarios.
Además, el nuevo giro en la política del ministerio de Ciencia y Tecnología ha traído como consecuencia la potenciación de dos nuevas figuras, los revendedores de telefonía móvil y los operadores móviles virtuales. De hecho, recientemente ha concedido autorizaciones por un periodo de dos años a Aviron, Globatel, Affinalia, Primus, Vallehermoso Telecom, BT Teleco, Aló y Timón para poder revender minutos de telefonía móvil. Ahora la clave está en que los operadores móviles (Telefónica Móviles, Airtel y Amena) propietarios de las redes les revendan su tráfico, si bien no parece que los acuerdos lleguen de forma rápida.
Por su parte, la figura del operador móvil virtual parece tomar más cuerpo, por lo menos de forma legal, y el ministerio de Ciencia y Tecnología ha elaborado recientemente un borrador que ha sido enviado a las compañías interesadas para que aporten su visión del proyecto. Sin embargo, todo parece indicar que irá para largo y los más optimistas apuntan hacia primeros del próximo año cuando la normativa quede aprobada de forma definitiva.
A diferencia del revendedor, el operador móvil virtual, al que se le exigirá una cierta inversión en infraestructura propia, contará con la ventaja de poder ofrecer servicios de valor añadido, principalmente enfocados al comercio electrónico móvil, contenidos y nuevas aplicaciones de datos.
A pesar de la ralentización de las expectativas de crecimiento, el mercado de móviles vio a lo largo del primer trimestre del año el lanzamiento de GPRS (General Packet Radio System) -la llamada generación de. 2,5- que, sin embargo, ha visto cómo, una vez más, el marketing iba por delante de la realidad por la falta de terminales.
Es por eso que hasta la esperada aparición de UMTS, que no experimentará su consolidación hasta 2005, GPRS se ha convertido en la piedra angular que ha de servir de trampolín para la tecnología de tercera generación. GPRS, que aparece como factor clave para el desarrollo de las redes IP móviles, se consolidará a mediados del próximo año y servirá para que los operadores comiencen a ver ingresos considerables procedentes de la transmisión móvil de datos. Los primeros, además de los mensajes cortos (SMS), que se ha revelado como la gran sorpresa positiva del año, serán, según la consultora Durlacher, la mensajería multimedia, los juegos y las aplicaciones basadas en brokers on line. La cita consultora pronostica que el mercado europeo de Internet a través del móvil -el paradigma hacia el que se dirigen los operadores inalámbricos- en aplicaciones, contenidos y transmisión de datos generará 76.000 millones de euros en el año 2005, lo que supondrá el 45 por ciento del total de los ingresos procedentes de la telefonía móvil. Para ese mismo año, se espera disponer ya de más de 3.000 aplicaciones y servicios, principalmente centrados en el área de los juegos y mensajería.
Cap Gemini Ernst & Young coincide con Durlacher al señalar que los ingresos procedentes del mercado de la voz irán decreciendo a un ritmo del uno por ciento anual, mientras que los datos aumentarán el 18 por ciento hasta el año 2005. Será la llegada de la banda ancha móvil, con GPRS y luego UMTS, la que deberá la verdadera medida de las posibilidades de los nuevos servicios, que llegarán al consumidor sin distinguir la tecnología por la que lo hagan debido a los procesos de convergencia que se están produciendo.
En principio serán los servicios caracterizados por la sencillez los que más llamarán la atención del consumidor. De hecho, esto es un concepto que los proveedores de aplicaciones y operadores están asumiendo a marchas forzadas. Así, además de la mensajería multimedia, los servicios financieros, ocio y la navegación web serán los que encabecen la demanda del usuario. Según datos de Cap Gemini Ernst & Young, será la mensajería la principal, creciendo a un ritmo del 166 por ciento y acaparando 1.268 millones de usuarios en el año 2005. Por su parte, los servicios financieros contarán con 798 millones de usuarios a nivel mundial en cuatro años, seguido por los de navegación y localización -otro de los grandes atractivos- con 785 millones de clientes, mientras que los consumidores que recurran a servicios de ocio alcanzarán la cifra de 775 millones.
Con respecto al comercio electrónico móvil para el segmento minorista habrá que esperar un mayor tiempo y su desarrollo dependerá de la madurez de las aplicaciones.
Otro aspecto que habrá que tener en cuenta serán las aplicaciones empresariales especialmente dirigidas hacia la intranets corporativas que, a pesar de su especialización en un determinado segmento, mantendrán un crecimiento anual del orden del 210 por ciento hasta 2005.