El año pasado observamos el auge de las aplicaciones que llevan a las empresas de TI al “límite” (edge), como por ejemplo desde el uso para vehículos autónomos guiados por Inteligencia Artificial (IA) hasta las innumerables redes de sensores que dependen del 5G para la conectividad inmediata y los tiempos de reacción mínimos. Indistintamente de si lo llamamos Internet de las Cosas (IoT), fog computing o edge computing, lo que se persigue es acercar los recursos informáticos, tales como la potencia de procesamiento y/o el almacenamiento, al usuario final y al origen de los datos para mejorar la capacidad de escalabilidad, de respuesta y, en general, la experiencia del usuario de servicio.
Podemos ver el edge como el más reciente modo de despliegue, convirtiéndose en una extensión del centro de datos al igual que el bare-metal, los entornos virtuales, la nube privada y la pública. En cierto sentido, el edge computing es la suma de los otros cuatro tipos, mezclando piezas de cada uno para crear una infraestructura dirigida a abordar las demandas específicas de los clientes que los modelos tradicionales de TI no pueden abordar. Pero a diferencia de las otros entornos, el edge computing tiene dos aspectos clave definidos:
- Simplemente no existe sin la nube híbrida.
- La base del edge computing debe estar abierta o no funcionará.
¿Se podría decir que estas dos afirmaciones son atrevidas? Claro, pero desde mi punto de vista, son totalmente veraces. Si el edge computing va a ser el futuro real para las empresas de TI, se necesita la nube híbrida y el código abierto para desarrollarse.
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Por qué el edge computing “es híbrido o está muerto”
El edge computing pone patas arriba el concepto de cloud computing. Mientras que los despliegues de nubes “tradicionales” se basan en una centralización en una sola infraestructura que puede escalar según las necesidades de los negocios, edge se centra en “escalar” geográficamente.
Podría tratarse de servidores de formato pequeño en torres de telecomunicaciones, sensores que monitorizan una red energética global o sistemas de automatización de fábricas de última generación que anticipan las necesidades de mantenimiento. Cualquiera que sea la carga de trabajo específica para el edge, la necesidad es la misma: respuestas más rápidas para servicios más adecuados para el usuario, sean cuales sean. eBay, por ejemplo, está adoptando el edge computing descentralizando sus centros de datos con la intención de crear una experiencia de usuario más rápida y consistente al acercar los datos y los servicios online a los usuarios.
Con la naturaleza dispar del edge computing, la consistencia es clave – un despliegue de edge podría teóricamente tener cientos de miles de diminutos sensores conectados a un nivel de agregación de datos que ayuden a dar una retroalimentación en tiempo real a lo que los sensores están realmente monitorizando. Es fundamentalmente imposible manejar cada uno de estos despliegues si no comparten un plano de control más seguro a través de la automatización, la gestión y la orquestación.
Esta consistencia se ofrece a través de la nube híbrida – desde los dispositivos edge hasta la red y el centro de datos centralizado, el despliegue de una nube híbrida proporciona cordura a lo que de otra manera sería una locura en todo un ecosistema tecnológico. Proporciona a todos estos diferentes componentes una base común sobre la que descansar, ya sea Linux, Kubernetes o Ansible, permitiendo a los equipos de TI gestionar diez mil dispositivos en red como lo harían con su TI centralizada.
Abierto, no cerrado: real en el centro de datos, real en el edge
La innovación puede ser fácilmente paralizada por la fragmentación y, peor aún, por la introducción de modelos “propietario” o de “core” abierto. Si recordamos lo que pasó hace 25 años con UNIX podemos ver lo doloroso que fue este desafío, en el que cada fabricante de hardware tenía su propio sistema operativo que solo podía funcionar en sus propias máquinas. La introducción del Linux empresarial rompió esta cadena, y dio inicio al ciclo de innovación, llevando a la virtualización, el cloud computing, los contenedores, Kubernetes y, ahora, el edge.
Si esta innovación se encadena mediante tecnologías propietarias en su versión “edge” en lugar de ser impulsada por estándares abiertos comunes para toda la industria, la fragmentación vuelve a aparecer. Aquí es donde Red Hat, junto con nuestros partners de la industria, están impulsando el edge – a través de la creación de estos estándares en las comunidades y grupos de trabajo de la industria, como el LF Edge, Kubernetes Edge & IoT Working Group, el OpenStack Edge Working Group, Akraino Edge Stack, OPNFV, entre otros.
Esto no quiere decir que todas las soluciones edge se basarán en tecnologías de código abierto, a pesar de lo que digan los lustrosos materiales de marketing del mundo de los fabricantes. El compromiso con el código abierto no sólo se aplica cuando es conveniente o cuando algo es nuevo y maravilloso, como se presenta el edge computing. Al mismo tiempo, la estratificación de características o capacidades propietarias solo en un modelo de “core abierto” es contrario a los estándares del código abierto: medio abierto es totalmente cerrado, tanto si se trata de un sistema operativo como del edge.
La visión de Red Hat para el edge: innovador, híbrido y abierto
Red Hat ayudó a impulsar los primeros estándares en torno al Linux empresarial, que ha establecido la plataforma como el caballo de batalla del centro de datos para la innovación y las cargas de trabajo de producción. Hemos ayudado a impulsar la adopción de KVM como la plataforma de virtualización abierta elegida para la informática empresarial, y hemos sido decisivos en la incorporación de Kubernetes como el gigante de la orquestación de contenedores que es.
Ahora, mientras nosotros y el mundo de los negocios colectivos miramos al edge de la red, vemos otra ola de innovación en ciernes. La promesa y el poder del edge computing es muy real y Red Hat, junto con las comunidades de código abierto y nuestro ecosistema de partners, tiene la intención de ayudar al mundo de los negocios a capitalizar estos beneficios sin temor a la fragmentación o al bloqueo.
El edge es abierto. El edge es híbrido. Y el edge está impulsado por Red Hat.