Según el estudio ‘e-Learning en España: Diagnóstico Prospectivo y Pautas de Desarrollo”, el 7,2 por ciento de las empresas españolas con más de 200 trabajadores ya han incorporado el e-learning a sus prácticas de formación, un dato que, aunque revela un avance lento pero constante de esta modalidad formativa en nuestro país, hay que situarlo en un contexto en el que todavía se acusan deficiencias. Y es que mientras que el e-learning empieza a tener un peso específico en las organizaciones de mayor tamaño, su presencia es prácticamente nula entre las pymes, donde el grado de penetración sólo llega al 0,2 por ciento.
No obstante el trabajo de investigación realizado por la Asociación de Proveedores de e-Learning (APeL) junto con la consultora Inmark, deja patente como el e-learning ha entrado en su fase de madurez en España. Así más de un 33 por ciento de las empresas participantes en el estudio indican que ya han superado las experiencias piloto y están acometiendo la integración del e-learning en sus planes de formación mientras que un 24 por ciento de éstas ya ha integrado plenamente la formación on line en su organización.
El aumento de la asignación presupuestaria destinada a esta variante formativa es su signo más de madurez y esa opción es la que tomarán un 56 por ciento de las organizaciones encuestadas, en tanto que sólo un 4 por ciento se decantará por reducir dicha partida.
En este escenario y con objeto de expandir el e-learning, APeL considera imprescindible acercar las TIC a la empresa, especialmente la pyme, mejorar la cultura informática y formativa de las organizaciones a todos los niveles -desde los directivos hasta los empleados, entender la formación como un activo estratégico en lugar de cómo un gasto, y fomentar el asociacionismo vertical y multisectorial para eliminar las barreras de gestión y coordinación que de otra manera resultan insalvables para las pequeñas empresas.
