El cloud transforma los datos en una nueva divisa global

Javier Martínez es director técnico de NetApp

Publicado el 06 Jun 2014

javier martinez

A medida que se acelera el ritmo de la innovación, el éxito en el negocio y la competitividad dependen cada vez más de la capacidad para acceder a la información y aprovecharla de forma estratégica. Hace apenas unos años, asociábamos el cloud con el almacenamiento de datos. De pronto, las empresas podían recabar, conservar y generar enormes volúmenes de datos, en más plataformas y dispositivos que nunca, y empezaron a toparse con un problema muy básico: ¿dónde almacenarlo todo? Esta cuestión se convirtió en un tema fundamental en los primeros debates sobre Big Data.

Para muchos, la respuesta radicaba en un nuevo y casi mítico lugar, con un nombre propio de los cuentos de hadas: «la nube».

Al menos en lo que respecta a la consciencia colectiva empresarial, el concepto de cloud, o nube, irrumpió tan súbitamente con la vertiginosa explosión de uso de datos que, aún a día de hoy, la percepción de en qué consiste la nube y qué hace sigue siendo para muchos, bastante difusa. Moldeada por las asociaciones y terminología generados por la informática de usuario (como las «copias de seguridad en iCloud»), la comprensión general del término por parte del público puede ser, paradójicamente, tan simplista como vaga.

Resulta fácil comprender por qué es frecuente pasar por alto las complejidades de las implementaciones de cloud. Sin embargo, ignorar estas complejidades puede conllevar riesgos significativos. Muchas de las organizaciones que se lanzan a desplegar servicios cloud apresuradamente pronto se ven empantanadas en problemas que ralentizan la innovación, como la dependencia de un único proveedor o arquitecturas de cloud excesivamente complejas o incongruentes. Peor si cabe, estas decisiones pueden situar datos cruciales para las operaciones de la empresa en peligro, o fuera de su alcance. Algunas empresas incluso han perdido estos datos por completo.

Sin embargo, con una comprensión básica y una planificación cuidadosa, este problema se puede evitar totalmente. Porque, en realidad, el cloud es algo realmente sencillo, cuando se usa correcta y estratégicamente.

Fundamentalmente, el cloud transforma radicalmente la inteligencia empresarial, eliminando obstáculos para la innovación y transformando el papel de los datos en el éxito de la empresa.

Cuando hablamos de poner algo ‘en el cloud’, nos referimos tan solo a que la información se almacenará fuera del ámbito de protección del cortafuegos de la empresa, a menudo en espacio de almacenamiento alquilado bajo demanda a servicios a gran escala como Google, Amazon o Azure. Así de sencillo.

¿Por qué hacen esto las empresas? Hay muchas razones y considerables ventajas para hacerlo. Tener datos en el cloud significa que se puede acceder a ellos con flexibilidad y desde cualquier punto del planeta, gozando de una gran escalabilidad y facilidad de acceso. Para ello, en el pasado, las organizaciones tenían que crear, albergar y mantener centros de datos. Esto implicaba mucho trabajo, mucha dedicación y un gran coste. Hoy en día es posible firmar contratos con proveedores de servicios cloud en poco tiempo, lo que brinda a las empresas un acceso y un alcance global.

Para las organizaciones más pequeñas y para las empresas de nueva creación, a menudo se trata de una decisión muy sencilla, que les pone en igualdad de condiciones frente a la competencia y que ofrece un acceso sin precedentes a soluciones de software para jóvenes y ambiciosos innovadores. Un número cada vez mayor de grandes empresas están descubriendo las ventajas de migrar sus datos al cloud, a menudo a través de arquitecturas híbridas que combinan implementaciones tanto en sus instalaciones físicas como fuera de ellas.

La distinción, pequeña pero crítica, de contar con la capacidad de albergar y acceder a datos entre múltiples recursos cloud en una configuración híbrida ha conllevado enormes consecuencias. Esto ha transformado los datos en una suerte de nueva divisa global; ha cambiado el papel de los CIO como agentes de servicios y ha aumentado inconmensurablemente la importancia de los departamentos tecnológicos para el éxito de las empresas contemporáneas.

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Redacción Computing

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