La urgencia sobre la reducción de las emisiones de CO2 es máxima. El propósito es firme: alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y mantener el calentamiento global en niveles seguros, limitando el aumento de temperatura por debajo de 2 °C. El reto es inmenso.
La mayoría de las grandes empresas ha anunciado el objetivo de reducir su huella de carbono. En la era de la industria inteligente, y a pesar de la urgente necesidad de actuar, dentro de las organizaciones, la sostenibilidad no se encuentra en el centro de los procesos a la hora de la creación de productos; aunque el 80% de los impactos ambientales asociados a estos bienes de consumo es consecuencia de las decisiones tomadas en la fase de diseño.
Teniendo en cuenta el contexto actual de aumento de la escasez de materias primas, impulsado por factores medioambientales y geopolíticos, las organizaciones pueden acelerar el progreso hacia los objetivos de sostenibilidad, desarrollando estrategias de diseño sostenible o ecodiseño. Se trata de integrar de forma sistemática los conceptos necesarios a lo largo del ciclo de vida desde la fase de diseño: estructura del producto, selección de materiales y proveedores, regeneración, reúso o reciclaje. Esto requiere una serie de enfoques diferentes, incluyendo el pensamiento sistémico, el pensamiento de diseño circular y los enfoques regenerativos.
Aunque solo el 22% de las empresas ha incluido la sostenibilidad como un componente clave dentro de su estrategia de diseño de productos, los resultados demuestran que la aplicación del diseño sostenible genera oportunidades de ahorro de costes, centrándose en un producto más fácil de fabricar, enviar y reciclar.
En más del 50% de los casos, el diseño sostenible no supone un incremento de costes. Por ello, para alcanzar estos objetivos, son fundamentales las inversiones en diseño a largo plazo, ya que permiten pasar a una economía circular que desvincula nuestro crecimiento del consumo de recursos finitos. Esta iniciativa también genera un aumento en la motivación de los empleados.
La nueva ola de consumo verde posterior a la crisis sanitaria es diferente a la del pasado, debido a que no se trata solo del cambio climático, sino de la dimensión social de la sostenibilidad
Además, el 73% de las empresas que aplican el diseño sostenible reconoce haber obtenido un incremento en sus ingresos. Así, las empresas que se centran en el ecodiseño se benefician de unas relaciones más sólidas con los clientes y de una mayor diferenciación competitiva, puesto que, cuando los usuarios adquieren productos de una organización que hace lo correcto por el planeta, sus niveles de satisfacción y su compromiso con la marca crecen. Este hecho subraya el interés de los usuarios por la situación ética de los productos. Igualmente, existen otros factores a tener en cuenta, como la tendencia de los consumidores a mostrarse más interesados en mantener, reparar y reutilizar los productos para aumentar su vida útil.
La nueva ola de consumo verde posterior a la crisis sanitaria es diferente a la del pasado, debido a que no se trata solo del cambio climático, sino de la dimensión social de la sostenibilidad. Las marcas tendrán que centrarse en este aspecto para captar a las generaciones más jóvenes y proactivas. ¿Cómo pueden lograrlo?
Educar a los consumidores en relación a los costes medioambientales y sociales de los productos y orientarlos hacia opciones más sostenibles, es la pieza clave de todo el proceso. Así, proporcionar datos sobre la huella de carbono de los productos es un punto de partida factible para ayudar a los consumidores a tomar decisiones de compra más formadas sobre criterios tangibles. Un ejemplo recomendado para ello sería el desarrollo de etiquetas estandarizadas para los productos -similares a las etiquetas nutricionales-, que indiquen claramente los costes medioambientales y sociales que implican su creación. Asimismo, invertir en el desarrollo de pasaportes digitales de productos (DPP) para impulsar la circularidad sería otro modo, dado que los DPP son etiquetas digitales que encapsulan una serie de datos relacionados con el producto (por ejemplo, datos sobre los materiales, la huella de carbono, la posibilidad de reparación, las instrucciones de eliminación).
Adicionalmente, sería muy útil concienciar sobre el impacto que las emisiones de carbono producen con las opciones de transporte y entrega, lo que disuadiría a los clientes de escoger modos de envío inmediato, que tienen un mayor impacto de carbono.
Para desempeñar su papel en la consecución de la reducción de sus emisiones y en el cumplimiento de sus objetivos de desarrollo sostenible, las compañías pueden prestar mucha más atención al diseño de los productos, ya que las decisiones tomadas en esta fase tienen un profundo impacto en las consecuencias medioambientales y sociales de los mismos; y poner en valor sus esfuerzos con una mayor transparencia en su gestión y afán por la educación del consumidor.