e-commerce y pymes, aliados para ganar

Pese a que la incertidumbre económica desatada en los últimos meses ha venido a ralentizar el crecimiento de las operaciones realizadas a través de Internet, el comercio electrónico continúa encerrando grandes expectativas para las empresas.

Publicado el 21 Nov 2001

Considerada como la aplicación de Internet cuya evolución ha reflejado con mayor fidelidad la penetración en las empresas de la Sociedad de la Información, el comercio electrónico ha experimentado en los últimos meses una serie de altibajos desde la perspectiva de negocio. Y es que el cierre masivo de las puntocom, junto a las insistentes caídas del índice Nasdaq durante buena parte de 2000 y todo lo que va de 2001 han provocado que algunos analistas hayan tachado esta categoría de servicio de imposible,

mientras que otros han seguido defendiendo su viabilidad, eso sí, bajo la tónica de la prudencia. A finales de 2000, los expertos de las más reconocidas consultoras del mundo concluían en que el comercio electrónico será un negocio consolidado en los próximos años, dibujando una curva ascendente a partir de 2002 y hasta 2004, en la que los más pesimistas le auguran un valor de mercado de 200.000 millones de dólares (38 billones de pesetas) y los más optimistas de 640.000 (business to business) millones de la misma moneda (alrededor de 120 billones de pesetas).

Pero el desarrollo y expansión del comercio electrónico exige no sólo de la existencia de compradores, sino también de empresas que estén dispuestas a invertir para presentar al mercado una oferta atractiva desde todos los puntos de vista. Sólo en Europa occidental se esperan inversiones por valor de 60.000 millones de euros (casi diez billones de pesetas) entre 2001 y 2003.

Dentro de Europa y en el caso concreto de la pyme, un segmento normalmente reacio a introducir tecnologías en sus estructuras, se puede decir que Internet no ha entrado con mal pie. Al contrario, según apunta un estudio de IDC, más de 19 millones de pymes europeas hacen uso de la Red como instrumento para lograr su expansión en el seno de un mercado marcado por una creciente competencia. No obstante, desde el punto de vista de los expertos todavía queda mucho camino por recorrer, puesto que hoy por hoy los esfuerzos de las pymes se centran en el área de marketing y ventas fundamentalmente, sin desarrollar una estrategia que abarque toda la cadena de suministro (su relación con proveedores -compras, logística-, recursos humanos y clientes).

En España, la penetración del comercio electrónico continúa en fase de expansión, aunque todavía no ha podido alcanzar todavía los niveles obtenidos en el resto de países europeos. Un estudio de Accenture pone de manifiesto que los directivos españoles se muestran entusiasmados con las posibilidades del e-commerce y en concreto un 73 por ciento de la muestra (840 entrevistas a directivos de 25 países) está convencido de que resulta un instrumento vital para la supervivencia de su negocio. Pese a ello, existe un porcentaje elevado de empresarios (más del 65 por ciento) que consideran que en el seno de sus compañías no se ha actuado con celeridad a la hora de dar entrada a esta nueva herramienta de competitividad, y reconocen estar interesados en incrementar el ritmo inversor en e-commerce de cara al año entrante.

En esta coyuntura, y según datos aportados por un estudio realizado por el Instituto de Empresa, a lo largo de 2002 se producirá un considerable aumento tanto en el número de grandes empresas españolas que participarán en mercados electrónicos B2B (e-marketplaces) como en las que incrementarán su inversión en el desarrollo de políticas B2B.
Al focalizar la atención en el comercio electrónico B2C (business to consumer) que se desarrolla dentro de las fronteras de nuestro país, fuentes de la @ECE (la Asociación Española de Comercio Electrónico) aseguran que generó, a lo largo del año 2000, un volumen de ventas cifrado en 34.000 millones de pesetas, lo que significa haber multiplicado por diez la cantidad obtenida sólo dos años antes. En este sentido, el estudio de la @ECE asegura que a lo largo del año 2000 cerca del 13 por ciento de los internautas españoles habían declarado haber hecho alguna compra por medio de la Red. Y las expectativas siguen siendo halagüeñas, ya que se espera que al cierre del presente ejercicio tal cantidad se haya elevado hasta situarse en 76.500 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento del 125 por ciento en relación con la cantidad conseguida en el ejercicio 2000. No obstante, otras fuentes, en este caso Datamonitor, aseguran que las pymes españolas generarán por transacciones de comercio electrónico 19.600 millones de pesetas al finalizar este año, lo que según la consultora significaría multiplicar por 18 la cifra obtenida en 1999. Sea como fuere, de lo que no cabe duda es de que las empresas están barajando cada vez más la posibilidad de adoptar estas infraestructuras con el fin de incrementar su competitividad y reducir sus gastos.

La falta de confianza en la seguridad que ofrece Internet suele ser la razón más comúnmente esgrimida por las pymes a la hora de barajar la adopción del e-commerce. Dentro de nuestro país son las empresas de viajes y turismo, las que en mayor medida han logrado introducir sus productos en el mercado a través de la web. A continuación se colocarían empresas vendedoras de libros, software, hardware, seguros, productos financieros, bebidas u ocio.

De acuerdo con los datos que se desprenden de un estudio elaborado por DMR/Sedisi, si en la actualidad alrededor del 14 por ciento de las empresas españolas realizan transacciones de comercio electrónico se estima que, en el plazo de dos o tres ejercicios, otro 15 por ciento adicional de compañías efectúe transacciones comerciales utilizando como soporte la Red. Esto significará que alrededor de 270.000 empresas españolas se habrán subido al carro del comercio electrónico en 2004.
Centrándose en aquellas firmas que venden en la Red, el informe ya citado de la @ECE indica que el 13,6 por ciento de las empresas que disponen de páginas web venden sus productos/servicios a través de la Red, lo que representa un total de 27.662 firmas. Pero si el grueso de los ingresos de estas empresas proviene de la comercialización (76,6 por ciento) no hay que olvidar tampoco que otra parte de la facturación se produce a través de publicidad (19,7 por ciento). El trabajo asegura que el 34 por ciento de las empresas no se han encontrado con ninguna dificultad a la hora de vender en Internet frente al 25 por ciento de ellas que reconoce que se ha enfrentado a problemas relacionados fundamentalmente con la desconfianza en el sistema de pago. Finalmente, el 28 por ciento de las empresas que venden por Internet consultadas por @ECE ha declarado haber destinado entre 300.000 y un millón de pesetas para poner en marcha su herramienta de comercio electrónico.

El mismo estudio concluye en que a lo largo del año 2000 en España había cerca de 8 millones de internautas (7,6 millones), de los cuales casi un millón han realizado en alguna ocasión una compra por Internet. El gasto medio fue de 34.000 pesetas y la razón de su elección fue mayoritariamente la comodidad. Del global de compradores on line, el 19 por ciento asegura haber adquirido productos en el extranjero, estando en un porcentaje superior al 80 por ciento satisfecho de la adquisición realizada.

El trabajo asegura también que al menos 203.400 empresas españolas disponen de página web en la Red, lo que supone el 24 por ciento del universo empresarial que ofrecen su catálogo al consumidor final. En su mayor parte, son usadas para hacer publicidad o dar información acerca de su actividad, productos y servicios.

Finalmente y dado que en estos momentos en España existen más de 30 millones de usuarios de servicios móviles frente a poco más de 17 millones de líneas telefónicas fijas, es previsible que el terminal móvil se convierta en un instrumento ideal para realizar compras a través de la Red. Los analistas aseguran que, en los próximos tres años, el m-commerce se habrá erigido en una alternativa a tener en cuenta a la hora de facilitar el establecimiento de transacciones desde cualquier punto del globo.

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Redacción Computing

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