Si alguien ha demostrado sobradamente que la importancia de las nuevas tecnologías radica en su uso más que en la innovación per se, ésa ha sido la ONCE, que ha sabido aprovechar este potencial para simplificar la vida diaria de las personas discapacitadas. Los cimientos de esta labor de integración se encuentran en el ámbito de la educación donde, desgraciadamente, se ha avanzado muy poco en materia tecnológica. Vicente Ruiz, director adjunto de Servicios Sociales de la ONCE, muestra su satisfacción por la integración lograda en las aulas en los últimos 25 años, pero se lamenta del raquítico esfuerzo desplegado por parte de proveedores y Administración en el campo de la tecnología. Ruiz indica que “las plataformas educativas de las distintas Comunidades Autonómicas, hoy por hoy, no son accesibles porque no fueron diseñadas en su origen siguiendo este criterio”. Una vez desarrolladas estas plataformas, su conversión hacia un entorno accesible se vuelve una empresa harto compleja y, en muchos casos, imposible. La situación se ha vuelto especialmente complicada en las Comunidades que han apostado por el software libre que, a pesar de contar con la comunidad de desarrolladores más numerosa, no dispone ni siquiera de revisores de pantalla.
Precisamente por este motivo, la Junta de Andalucía acaba de solicitar el diseño y lanzamiento de un proyecto de revisor de pantalla para su distribución Guadalinex. Los encargados de llevar a cabo esta iniciativa serán la compañía Ándago y la Fundación General de la Universidad Politécnica de Madrid, en virtud del acuerdo de colaboración tecnológica que mantienen.
Por parte de la ONCE y tras ver el funcionamiento de los tablet PC de Hewlett-Packard durante el transcurso de una feria en Granada, decidió embarcarse en un proyecto piloto de cuadernos digitales. El objetivo era introducir las modificaciones necesarias en estos dispositivos para facilitar su uso a alumnos invidentes o con deficiencias visuales. El equipo de Sistemas Personales de HP, liderado por Helena Herrero, mostró su disposición desde el principio y entre sus planes se encuentra exportar la experiencia a sus filiales internacionales.
Julián García Villalobos, técnico responsable del proyecto, destaca que la elección del dispositivo ha jugado un papel clave en todo el proyecto: “por sus dimensiones, peso y sencilla configuración a los niños les resulta muy atractivo, concentrándose aún más en el tablet PC”. Esta elección de equipo vino avalada por las conclusiones del estudio que realizó Accedo, esto es, el grupo de Accesibilidad en Contenidos Educativos de la ONCE.
El alcance de la experiencia quiso ir más allá de la educación infantil y primaria, donde ya existían experiencias con PCs y portátiles, dando también el salto a la secundaria. De este modo, García Villalobos explica que se eligió una muestra de una veintena de niños lo más heterogénea posible, es decir, de diferentes edades y distintos grados de discapacidad visual. En el equipo de trabajo han participado durante un mes los profesores itinerantes de los alumnos, que es con quien más confianza tienen los niños, y los profesores de aula. Todo el proceso de desarrollo previo se prolongó a lo largo de seis meses.
Entre las tecnologías que se han incorporado a los tablet PC, además de la impresionante adaptación del software realizada por Accedo, destaca el revisor de pantalla JAWS, con el que los alumnos pueden corregir todos sus textos. Además, otras adaptaciones que simplifican el uso de los dispositivos han sido las relativas al zoom text, con el que se amplía el tamaño de las letras.
El técnico del proyecto insiste en el hecho de que el mayor problema con el que se han encontrado ha sido “la accesibilidad de láminas de clasificación, de dibujos, mapas, etc.”. Este obstáculo ha sido salvado con la ayuda, en algunos casos, de tabletas digitalizadoras, así como de materiales y fichas en relieve elaboradas por la propia ONCE. Paralelamente, García Villalobos destaca “la importancia que ha tenido le hecho de no precisar el uso del ratón; con el lápiz óptico los alumnos tienen la sensación de estar dibujando con su propio dedo”.
Con este proyecto piloto, la ONCE hace un nuevo llamamiento al colectivo de fabricantes para que conciban todos sus productos accesibles desde el origen. Vicente Ruiz insiste en “necesidad de respetar estas especificaciones desde el principio, porque desde nuestra organización proporcionamos, por ejemplo, 14.000 sintetizadores de voz en préstamo por valor de 16,5 millones de euros, pero lo ideal sería que la tecnología no precisara de estos periféricos para ser accesibles”.