Organizaciones de todo tipo y tamaño están inmersas en una carrera para crear nuevas experiencias digitales y alcanzar nuevas fronteras que los sitúen por delante de sus competidores. De hecho, IDC predice que para 2023, la economía mundial alcanzará la “supremacía digital” con más de la mitad del PIB mundial impulsado por productos y servicios de empresas que se habrán transformado digitalmente. En el viaje hacia ese escenario futuro es esencial innovar más rápido que el resto y ninguna organización quiere quedarse atrás en la tierra.
Ante los acontecimientos que comenzaron el año pasado del año pasado las empresas exigen más servicios digitales a los proveedores en todos los ámbitos y muchas organizaciones luchan por hacer que la innovación digital sea prioritaria. El estudio sobre CIOs revela que más de la mitad de ellos afirma que los equipos de TI nunca son capaces de completar las tareas que el negocio requiere de debido a la cantidad de tiempo que pierden sólo para ‘mantener las luces encendidas’. Cuando los ingenieros de software tienen que dedicar todo su tiempo a realizar tareas repetitivas y de mantenimiento, la transformación digital se retrasa. Por lo tanto, es esencial que las organizaciones encuentren la manera de superar estas limitaciones para garantizar su puesto de vanguardia en la innovación digital.
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La innovación comienza con la organización
Antes de que las organizaciones puedan lanzarse hacia nuevos horizontes digitales es esencial encontrar una base sólida para la innovación. Esta base debe ubicarse en equipos de TI bien organizados que estén estrechamente alineados con el negocio y que trabajen para obtener los objetivos y resultados deseados. Sin embargo, cada vez es más difícil lograr esa alineación a medida que los ecosistemas de servicios digitales y en la nube aumentan su complejidad.
Cada vez es más difícil lograr esa alineación a medida que los ecosistemas de servicios digitales y en la nube aumentan su complejidad.
El problema es que los equipos de TI y de negocios digitales a menudo confían en muchas herramientas diferentes para monitorizar diferentes aspectos del entorno y administrar la experiencia del usuario que dificultan tener una visión global clara de lo que ocurre en el negocio y retrasan mucho su labor. La colaboración entre equipos es muy difícil de lograr, diferentes grupos analizando conjuntos de datos que sólo les aportan su propia versión de ‘la verdad’. Por lo tanto, acortar estas brechas y permitir que los equipos trabajen en una alineación más estrecha se está convirtiendo en un imperativo crucial, y ya se están invirtiendo esfuerzos significativos en esta área. Gartner predice que el 50% de las organizaciones experimentarán una mayor colaboración entre los equipos de negocios y de TI en 2022.
Convertir la IA y la automatización en combustible para la innovación
Sin embargo, conseguir una mayor colaboración entre equipos no es suficiente para resolver el problema central que impide a las organizaciones alcanzar sus metas digitales ya que los equipos de TI no disponen del tiempo suficiente para completar todas las tareas que descansan sobre sus hombros. Para superar esta situación, las organizaciones deben automatizar las tareas repetitivas y cotidianas. Hay un potencial claramente significativo para reducir las cargas de trabajo manuales de esta manera: Gartner predice que el 69 por ciento del trabajo rutinario que realizan actualmente los gerentes estará totalmente automatizado para 2024, por lo que se liberarán para centrarse en nuevos proyectos de innovación.
Habilitar una mayor automatización en los entornos dinámicos e nube a escala web de hoy en día puede ser particularmente difícil, dada la dificultad de mantener la observabilidad: no se puede automatizar lo que no se puede ver. Para empezar, los equipos de TI necesitan la capacidad de descubrir de forma continua y automática todo el entorno, incluidas todas las aplicaciones, los microservicios y la arquitectura sin servidor. Esto garantizará que puedan mantener la observabilidad en todo su entorno. Sin embargo, no es suficiente simplemente capturar datos de observabilidad: los equipos también necesitan la capacidad de analizarlos en tiempo real y entenderlos en contexto completo, para que puedan obtener información procesable que se pueda utilizar para automatizar los procesos. Esto sólo se puede lograr con un modelo de datos unificado que combina métricas de TI y de negocio y con una IA que pueda interpretar instantáneamente la causa raíz de cualquier anomalía e impulsar las respuestas automatizadas para corregirla. Todo esto significa que los equipos de TI pueden centrarse en iniciativas que impulsan el valor para el negocio y sus clientes, dejando a la IA encargada de los procesos rutinarios.
Nuevas formas de ‘pisar la luna’
Una empresa que está aprovechando este enfoque para apoyar la innovación continua es ERT, un desarrollador de aplicaciones para la investigación médica y utilizada en el 75% de todos los ensayos clínicos aprobados por la FDA en 2019. ERT utilizó la observabilidad inteligente para automatizar sus procesos de DevOps, lo que le otorgó capacidad para acelerar la entrega de nuevas aplicaciones de un promedio de seis semanas a sólo cuatro semanas. ERT también recurre a la automatización y a la IA para activar cargas de trabajo de autorreparación, reduciendo el tiempo de desarrollo y garantizando los más altos estándares de calidad y precisión.
A medida que esta nueva carrera espacial continúa, nace una creciente división entre aquellos que aprovechan la IA para automatizar más procesos y aquellos que no. IDC predice que se espera que el gasto mundial en inteligencia artificial se duplique en cuatro años alcanzando los 110.000 millones de dólares para 2024. Ello da una idea de la atención que se está prestando a estas tecnologías. Al tomar medidas para adoptar y adaptarse, las organizaciones pueden colocarse en una posición mucho mejor para estar entre las primeras en poner una bandera en los terrenos recién descubiertos de innovación digital.