La fórmula 1 se ha convertido en un auténtico fenómeno social, recuperando el terreno perdido durante algunos años. Cientos de millones de espectadores seguirán la temporada 2006, cuyo inicio en el circuito de Bahrein se producirá el próximo 12 de marzo. Uno de los equipos que más esfuerzos han invertido para la próxima temporada ha sido BMW Sauber F1 Team, con un completo rediseño de la `máquina´.
Hace tres semanas, la escudería presentó oficialmente su nuevo coche, el sucesor del C24 que han bautizado como F1.06. Aunque el inicio de la presentación no fue tan brillante como se esperaba Jacques Villeneuve quemó el motor en su primera vuelta-, los responsables del equipo auguran una temporada muy competida.
El camino para llegar hasta el F1.06 no es ni sencillo ni corto. Se trata de, en palabras de Mario Theissen, director de BMW Motorsport, “una auténtica carrera tecnológica”. No en vano, los responsables de la escudería aseguran haber rediseñado cada pulgada del vehículo. Desde el principio, las primeras modificaciones vienen directamente derivadas de las nuevas normativas de motor V8, lo que resta potencia al coche, arroja un menor consumo y, además, requiere una menor superficie de radiador. En esencia, se trata de un motor más compacto -cuenta con dos cilindros menos-, lo que tiene importantes repercusiones en el diseño del chasis. Es precisamente en este diseño, el de la carrocería, en el que entra en juego la tecnología informática en beneficio de una aerodinámica optimizada. En este contexto, los ingenieros han empleado dinámicas de fluidos computerizadas (CFD) logrando, por ejemplo, situar los tubos de escape de manera que sus gases calientes no afecten a componentes estructurales como la suspensión trasera.
Estas técnicas CFD requieren una gran capacidad computacional, hasta el punto de que para el diseño del F1.06 se ha precisado la participación de un superordenador, bautizado con el nombre de Albert. En sus entrañas, Albert alberga 530 procesadores con arquitectura 64 bits, de una empresa suiza llamada Dalco, y el software de la multinacional Fluent. Gracias a las extraordinarias prestaciones de esta máquina, los ingenieros cuentan con un valioso aliado a la hora de calcular el diseño de los componentes aerodinámicos, sirviendo de perfecto complemento al trabajo desarrollado en el túnel de viento.
Los 530 procesadores se encuentran configurados en cluster con nodos duales y refrigeración a cargo de sistemas APC, arrojando unos ratios de rendimiento de 2,3 Tflops por segundo, 1 TB de RAM y 11 TB de almacenamiento en disco.
Estas técnicas, que requieren modelos numéricos en gris, resultan cruciales en el desarrollo del frontal del coche, su parte trasera y los alerones auxiliares, así como en el motor y la refrigeración de los frenos. Por eso ha de entenderse como un complemento más que como un sustituto del túnel de viento, aumentado su eficiencia. Para muestra un botón: en el desarrollo del alerón frontal se evalúan más de 100 variaciones en forma bidimensional, antes de que se haga lo propio con media docena de ellos en 3D.
En todo este entramado tecnológico hace acto de presencia un nuevo participante: Intel. El gigante de los procesadores se ha convertido en patrocinador oficial de la escudería en una jugada maestra de marketing, más aún cuando se encuentra en pleno lanzamiento de su nueva identidad corporativa. Sin embargo, el acuerdo va más allá de una acción comercial y el propio Mario Theissen apunta que “Intel se ha convertido, más que en un patrocinador, en un partner estratégico por la transferencia tecnológica que lleva a cabo”. Tanto es así, que Eric Kim, máximo responsable de Marketing (CMO) de Intel, señala “las sinergias existentes entre ambas compañías” como una de las razones de peso para haber optado por esta escudería y no otra -Toyota es un viejo conocido del fabricante de chips, por ejemplo.
Así las cosas y tal y como se desprende de las palabras de Kim, la escudería va a acometer una auténtica conversión de BMW Sauber hacia el mundo Intel. Ernst Schindler, vicepresidente de Servicios Financieros TI de BMW, sitúa en tres áreas clave la importancia de la llegada del Intel al gigante alemán: “en primer lugar la movilidad, que en nuestro caso es fundamental para incrementar la productividad”. Así, será especialmente intensivo el empleo de la tecnología Centrino, no sólo en ordenadores portátiles sino sobre todo en dispositivos PDA.
La segunda de las áreas descritas por Schindler hace referencia a los centros de proceso de datos de la compañía, de modo que Intel integrará su tecnología en la central de la escudería plasmándose en servidores, estaciones de trabajo y portátiles, entre otros. Así será posible beneficiarse de sus prestaciones en capítulos como los datos telemétricos, las dinámicas de fluidos computerizadas, aerodinámica y otros aspectos esenciales en materia de rendimiento y diseño.
Finalmente, el responsable TI de BMW se refirió a la innovación aportada en los dispositivos electrónicos embebidos en el coche. En este sentido, el CMO de Intel precisa que “en un F1 se dan cita 6.000 componentes electrónicos, muchos de ellos creados específicamente no sólo para ese coche sino para una sola carrera”. Ambas compañías han convenido desarrollar una especificación que permita la integración de dispositivos de terceros en los coches BMW, desde portátiles a PDAs, teléfonos móviles o reproductores de música.