Si tuviéramos que hablar de una tecnología en estado embrionario, esa sería Bluetooth, la cual hoy por hoy es más una meta que un hecho y, curiosamente, no por motivos tecnológicos, puesto que hay recursos suficientes para lanzar al mercado productos con esta tecnología pero, el año 2000, ha servido más bien para que mostrara su tarjeta de visita. La mayor alternativa a los infrarrojos se encuentra en fase de perfeccionamiento y durante 2001 protagonizará diversidad de anuncios. La firma analista Cahners In-Stat Group ha pronosticado que será 2001 cuando mayor despliegue comercial de productos Bluetooth se realice, bajo la forma de teléfonos móviles de gama alta y portátiles para uso empresarial, seguido de tarjetas de PCs y adaptadores. En cuanto a los procesadores, la firma consultora afirmó que sus lanzamientos se producirán en la segunda mitad del año. El desarrollo esperado es exponencial, según la consultora, dando soporte a más de un millón de dispositivos electrónicos en un período de pocos años.
Otros datos de consultoras, como Frost & Sullivan, hablan de que este mercado moverá unos 5.000 millones de dólares hacia el año 2005, si bien es cierto que más de una ya había pronosticado que para 2000 habría muchos productos en circulación comercial. Paralelamente, Arthur Andersen, asegura que en dos o tres años, el 30 por ciento de los PCs y de los terminales móviles integrarán Bluetooth, aunque en el caso de los dispositivos de mano el porcentaje se elevaría a entre el 80 y el 100 por cien.
Pero, después de hablar tanto a lo largo de 2000, ¿qué es exactamente Bluetooth? Se trata de una tecnología inalámbrica que permite la conexión entre diferentes dispositivos empleando para ello un enlace de radio de baja frecuencia -opera con banda de 2.4 GHz y el estándar industrial 802.11b-. El funcionamiento, a grandes rasgos, consiste en un microprocesador instalado en un equipo que a través de las señales de radio rastrea el espectro buscando dispositivos con este mismo protocolo, que opera bajo una frecuencia de banda libre que no requiere ningún tipo de licencia administrativa.
Para su funcionamiento es necesario que exista un equipo que funcione como maestro, con la posibilidad de tener subordinados varios equipos, que comúnmente se denominan esclavos. La misión del maestro es conectar a todos los esclavos entre sí y con él mismo, prácticamente a modo de administrador. La seguridad ha de ser extrema para que no se conecten esclavos no autorizados.
La eliminación de los cables ha sido una de las máximas de los investigadores, tanto por las ventajas competitivas como por la reducción de costes en infraestructuras. Otra de las características de esta tecnología es su matiz inteligente, esto es, el reconocimiento de unos dispositivos con otros de manera automática para poder, de este modo, intercambiar información entre ellos con una velocidad de transmisión nada despreciable -permite volcar datos a 1 Mbps-. Otra ventaja asociada es el bajo consumo de energía derivado de este tipo de dispositivos -precisa menos de 10 miliwatios-, lo que proporciona mayor duración de las baterías y de su operatividad.
Sin embargo, a las enormes ventajas que la tecnología trae consigue le acompañan una serie de obstáculos. Entre ellos sobresale la reducida cobertura –un radio de entre 50 y 100 metros- aunque esto podría salvarse mediante la conexión al tendido telefónico. En cualquier caso, se espera pasar a corto/medio plazo a distancias superiores y, eso sí, ya es capaz de atravesar tabiques, maletines, etc.
Las aplicaciones son muy dispares y a la hora de ejemplificar se ha llegado a casos extremos como sucediera en su día con Java ilustrando a la tostadora hablando con el lavavajillas. No obstante, una de las aplicaciones son las redes locales inalámbricas, pero, cómo se complementarán con las ya existentes WLAN es una incógnita aunque hay expertos que dudan de la coexistencia de ambas. Symbol Technologies, empresa experta en estos desarrollos ha sido una de las que ha advertido sobre estos peligros, hasta el punto de que podrían llegar a ser alternativas. En cualquier caso, existen organismos al respecto que salvaguardan por la esencia del protocolo y su consecución como estándar.
