En el caso de su CPD de Tres Cantos (Madrid), un reciente estudio llevado a cabo por BBVA ha concluido que la instalación de los nuevos equipos de procesamiento central z15 de IBM ya está permitiendo utilizar un 50% menos de energía que con los anteriores procesadores de datos y, en un periodo de cinco años, se habrá reducido a la mitad la emisión de gases de carbono, un dato muy significativo a la hora de avanzar hacia un modelo más sostenible.
La tecnología es un gran punto de partida para la transición ecológica dentro de la propia operativa de las empresas, y en concreto de las entidades financieras. La apuesta verde de BBVA pasa por su capacidad de movilizar y canalizar recursos hacia actividades sostenibles, además de por incentivar a que empresas y otros agentes económicos tomen decisiones de inversión y producción con criterios de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza. Unas líneas que el banco aplica también en sus propias instalaciones para mejorar su capacidad energética y reducir su huella de carbono.
No en vano, el estudio de consumidores del Día de la Tierra 2021 del Institute for Business Value (IBV) de IBM señala que “el 48% de todos los pequeños inversores encuestados ya tiene en cuenta la sostenibilidad medioambiental en sus carteras de inversión y otra quinta parte (21%) considera que es probable que lo haga en el futuro. El 59% de los inversores encuestados espera comprar o vender participaciones en el próximo año basándose en factores de sostenibilidad medioambiental”.
“La tecnología y la sostenibilidad son dos pilares transformadores básicos para BBVA en toda nuestra actividad, algo que también aplicamos en las mejoras que desarrollamos en nuestros propios centros de trabajo”, ha afirmado Desirée Granda, responsable global de Inmuebles y Servicios en BBVA. “Contamos con los centros de procesamiento de datos más avanzados del mundo, que ya de por sí son muy eficientes. Pero no nos conformamos, buscamos continuamente nuevas iniciativas que nos permitan reducir su consumo energético y la huella de carbono asociada”, ha añadido.
“La sostenibilidad es uno de los principios rectores de IBM. El ahorro en gasto energético y la reducción de emisiones que suponen la implementación de los Z15 es solo un pequeño ejemplo de nuestro trabajo. En este sentido, el hecho de que IBM y BBVA estemos alineados en cuanto a prioridades de negocio hace que juntos lleguemos más lejos; y es que en IBM tenemos tan arraigada la sostenibilidad en todo lo que hacemos como BBVA, desde la fabricación hasta la puesta en producción de nuestros productos y servicios”, ha explicado Mercedes Antúnez, technology manager director for BBVA en IBM.
Un buen ejemplo es el caso de los CPD de última generación que BBVA tiene en Tres Cantos (Madrid) y Lago Esmeralda (México). Ambas instalaciones ya cuentan con las prestigiosas certificaciones TIER IV —sello garantía de diseño, construcción y sostenibilidad operativa—, lo que las posiciona como las más vanguardistas del mercado. Con la sustitución de los equipos de procesamiento central de IBM z13 por los z15, BBVA puede seguir avanzando en la consecución de sus objetivos ecológicos. La instalación de este nuevo modelo supone una mejora en flexibilidad y velocidad de respuesta con una reducción del consumo eléctrico.
Las evaluaciones de IBM IT Economics a partir de datos de cliente han permitido calcular que el paso de un modelo z13 a otro z15 supone una disminución de los costes energéticos de un 51% en cinco años. Además, el nuevo z15 ofrece la unidad inteligente de distribución de energía (iPDU) como opción para reducir el consumo de energía en los sistemas refrigerados por radiador. La optimización de este microprocesador supone también una disminución de emisiones de carbono de cerca de 100 toneladas anuales, el equivalente a lo que absorben 596 árboles maduros. Una cifra que implica reducir 497 toneladas de CO2 en cinco años.
El cambio de equipos tecnológicos también se ha realizado ya en el CPD de México, que entrará en funcionamiento durante la primera mitad de 2022. El objetivo estratégico de BBVA es extender este cambio tecnológico en el resto de sus centros de datos para seguir avanzando hacia un modelo más eficiente y sostenible.