En pleno proceso de fusión con el Banco Urquijo, uno de los puntos que Banco Sabadell habrá de integrar con su nueva adquisición es la plataforma de facturación electrónica con la que cuenta. En realidad, no se trata de un ámbito en el que el Banco Sabadell sea un recién llegado puesto que ya tiene en su haber procesos similares con el Banco Atlántico como buque insignia. Además, como apunta Manuel Tresànchez, director de Operaciones Bancarias y Canales de la entidad, “iniciamos las actividades en el campo de la facturación electrónica en el año 2001, con una plataforma de diseño propio, de carácter más experimental que operativo, y que sirvió de base para la construcción de la primera plataforma operativa, conjuntamente con Siemens, a través de la sociedad Extend Now”.
Así pues, el banco ya cuenta con un largo recorrido durante el cual, gracias a la experiencia adquirida con sus primeros clientes, así como a las novedades que se han ido produciendo en el terreno legislativo, ha ido evolucionando su modelo hasta llegar al servicio actual, “basado en una plataforma tecnológica renovada”, precisa Tresànchez.
El proveedor por el que la entidad financiera apostó y que ha jugado un papel determinante en la iniciativa ha sido Indra que, como explica el responsable, “ya colaboraba con Banco Sabadell en el desarrollo de otras aplicaciones como la que da servicio a la operativa de negocio internacional”. Ello, unido a “su capacidad y experiencia en proyectos tecnológicos complejos” constituyeron factores clave para que la balanza se inclinara a su favor. Además, Tresànchez incorpora un nuevo elemento: “Indra es una compañía de reconocido prestigio entre la empresas españolas de distintos sectores, lo que refuerza las posibilidades de comercialización del servicio a través de sus propios equipos de ventas”.
El formato recomendado de las facturas es XML, si bien es cierto que la plataforma soporta también formatos PDF estándar debido a los requerimientos de algunos clientes. El modelo propio desarrollado en 2001 se ha ido enriqueciendo progresivamente, dando constantes muestras de flexibilidad para introducir innovaciones, hasta el punto de que Tresànchez asegura que “la experiencia en estas implantaciones fue aprovechada íntegramente en el desarrollo del actual estándar español, adoptado por la Agencia Tributaria y por los organismos públicos”.
A diferencia de lo que sucede con otras plataformas tecnológicas de estas características, Banco Sabadell no ha utilizado la tecnología de expertos en criptografía con los que Indra mantiene estrecha relación (Safelayer, nCipher…), sino que ha apostado por la utilización de software libre. Tresànchez explica que “en el lado cliente se utiliza la criptoAPI Microsoft para el acceso al repositorio de certificados de los usuarios, mientras que en las máquinas cliente se han implantado desarrollos propios”.
En cuanto a la validación en la plataforma central, la entidad usa las librerías de libre distribución www.bouncycastle.org, “ampliamente aceptadas y de solvencia contrastada”, a lo que se suma la homologación de una serie de Autoridades de Certificación, cumpliendo con la Ley 59 de firma electrónica y las Órdenes Ministeriales de facturación electrónica.
Desde la óptica del software, J2EE se erige como el estándar, utilizando el servidor de aplicaciones BEA WebLogic, así como otros sistemas desarrollados en Banco Sabadell basados en esa plataforma, lo que optimiza la rápida interacción con las aplicaciones bancarias. La base de datos Oracle se complementa con el sistema documental propio del banco, concebido para manipular cantidades masivas de documentos en periodos cortos de tiempo.
La seguridad ha sido primordial en toda la iniciativa, desde sus más tempranos estadios, “optando por una configuración armonizada entre los componentes hardware (unidades centrales, canales de entrada/salida y subsistemas de almacenamiento)”¸ concreta el experto, “y la arquitectura software de los diferentes subsistemas, con el objetivo de garantizar el servicio”.
Este es el entramado general de BS Factura, si bien es cierto que, como matiza Tresànchez, “en el caso de los grandes clientes, el sistema se complementa con máquinas especializadas que realizan en modo autónomo procesos a medida de sincronización, firma y carga y descarga de facturas”. Otros clientes, en cambio, han preferido realizar adaptaciones en sus propios sistemas. En cualquiera de los casos, el responsable asegura que “estos procesos se comunican con el hub central utilizando la arquitectura orientada a servicios (SOA), lo que añade una importante capacidad de adaptación a las necesidades presentes y futuras de nuestros clientes”.
Por otro lado, las operaciones no se realizan desde un único motor corporativo de firma electrónica, sino que “permite que se realicen tanto en las instalaciones del Banco como en las del cliente”, apunta el experto. En el caso el cliente, el banco presta soporte en el proceso de estampación de la firma electrónica en sus propios sistemas.
Respecto a la inversión que es necesario afrontar para un proyecto de esta envergadura, Tresànchez precisa que “su recuperación se produce en un corto período de tiempo, perfectamente asumible desde el punto de vista financiero”, en función del número de facturas tramitadas. En este sentido, el servicio en la actualidad goza de un elevado nivel de aceptación como prueban los más de cinco millones de facturas o las más de 90.000 empresas registradas en la plataforma.