El PES hace realidad la Administración electrónica, tanto desde la expansión de Internet y el incremento de servicios, como desde la automatización y mejora de las herramientas de gestión interna. José Ramón Rodríguez, gerente adjunto de Organización y Sistemas de Información del Ayuntamiento de Barcelona, explica que en el presente mandato, el Consistorio barcelonés ha querido dar un impulso especial al uso de las TIC para transformar y mejorar la atención al ciudadano, para apoyar los programas y prioridades políticas del propio mandato, así como renovar la infraestructura tecnológica. “EL PES es un programa parecido al que diseñan algunas empresas privadas, que permite al Consistorio estructurar los objetivos con iniciativas y proyectos relacionados unos con los otros que han de ser ejecutados dentro del mandato actual”, aduce Rodríguez al tiempo que señala que el PES es un plan tanto de sistemas como de tecnologías.
Por su parte, el Instituto Municipal de Informática (IMI) del Ayuntamiento de Barcelona es un ente autónomo que proporciona servicios tecnológicos al propio consistorio barcelonés, que trabaja coordinadamente con la Gerencia Adjunta de organización y Sistemas de Información, y actúa proporcionando aplicaciones destinadas a dos grandes usuarios: los 6.000 trabajadores internos del propio Ayuntamiento, incluido el alcalde, y todos los ciudadanos de Cataluña así como los visitantes de todo el mundo a través de Internet. Lluis Olivella, director del IMI, señala que el número de usuarios internos va a experimentar un crecimiento en poco tiempo, cuando instalen terminales PDAs destinados a la Guardia Urbana. La segunda fase abarcará a 1.000 agentes, hasta llegar a los 2.000 que es la totalidad de los guardias al final del proceso. Olivella explica, así mismo, que el Ayuntamiento de Barcelona dispone desde los años 20 del siglo pasado de máquinas electrónicas que ya realizaban censos de población, si bien la creación del IMI se remonta al año 1967, y hereda sistemas procedentes de diferentes épocas, algunos de los cuales se siguen manteniendo.
</em>El IMI también emplea la aplicación empaquetada de Vignette para el gestor de contenidos, que constituye una herramienta básica para la coordinación de las 300 webs municipales federadas con cierto grado de autonomía pero que mantienen una apariencia única. El resto de aplicaciones que utiliza el IMI son desarrollos realizados por el propio Instituto, si bien Olivella señala que no descartan la incorporación nuevas aplicaciones “empaquetadas” en el momento en que se necesiten.
<br />A nivel técnico, una de las iniciativas estructurales que el IMI ha puesto en marcha dentro del PES consiste en la construcción de una arquitectura orientada al servicio SOA. <em>“Explotando una idea que teníamos desde hace tiempo, en la que ya partíamos de sistemas muy integrados, damos un paso adelante y establecemos una nueva capa de integración que está basada en el concepto de persona que interacciona con el Ayuntamiento personas que son ciudadanos de dentro o fuera de Barcelona, propietarios de algo, turistas que pagan una multa, etc.-”,</em> explica Olivella a la vez que señala que disponen de tres grandes bases de datos para personas, negocios y sitios, con una capa de servicios comunes que permite interaccionar con el resto de sistemas del consistorio, el cual consta de módulos reutilizables para lograr unos desarrollos más rápidos, y garantizar al mismo tiempo la integridad y la coherencia total y transversal. El director del Instituto Municipal de Informática puntualiza que uno de los aspectos fundamentales del PES se centra en el desarrollo de procesos horizontales dentro de la organización.
De acuerdo con José Ramón Rodríguez, otro elemento estratégico desde el punto de vista tecnológico se centra en la opción decidida para que las nuevas aplicaciones se realicen en un entorno navegador que sea lo más abierto posible e independiente de propietario. Desde hace 20 años el Ayuntamiento de Barcelona ha tenido claras dos cosas: tener un modelo de información común para todos los servicios municipales y, por consiguiente, de todas las aplicaciones, y disponer de bases de datos comunes que permitan la introducción de los datos básicos una sola vez.
Desde el ámbito ofimático, las 6.000 estaciones de trabajo soportadas por los 100 servidores del Consistorio barcelonés trabajan bajo Windows, si bien los dos organismos que dan soporte a los sistemas TIC del Ayuntamiento están considerando otras opciones futuras. <em>“Nuestros aplicativos siempre se han construido sobre estándares e, incluso cuando utilizamos herramientas o productos de mercado para automatizar y hacer más rápido y eficiente el desarrollo, se hace de acuerdo con metodologías de desarrollo procedentes de estándares”.
</em>Como empresa desarrolladora de software orientada a las necesidades tecnológicas del Ayuntamiento de Barcelona, el IMI ha evolucionado y ya no cuenta con una extensa plantilla de cientos de programadores como hace unos años atrás. Lluís Olivella puntualiza a este respecto que la mayoría de aplicaciones se subcontratan a factorías de software o empresas de mantenimiento de aplicaciones. <em>“Actualmente, nuestra plantilla en el IMI está formada por unas 70 personas en total, que en su mayoría son responsables de proyecto y analistas. Queremos retener el conocimiento del negocio, por lo que la mayoría de estos analistas están especializados en entornos de negocio concretos (impuestos, licencias, mantenimiento urbano, etc.) y en la gestión y el control de los proyectos que encargamos de manera externa”</em>, afirma Olivella. En el modelo de contratación externa de aplicaciones, el Ayuntamiento cuenta con un grupo de proveedores para diferentes tipos de sistemas.
El Ayuntamiento de Barcelona será una de las Administraciones pioneras a nivel europeo que tendrá una norma general en el universo de la Administración electrónica, dirigida a permitir que el ciudadano se pueda relacionar con el Ayuntamiento en el mundo virtual de la misma manera que lo hace en el mundo real. Esto conlleva la problemática, según señala Rodríguez, de la identificación del ciudadano y del funcionario, y a la acreditación de necesidades y servicios por parte de ambos. <em>“Intentamos tener una aproximación práctica y adecuada al estado de la cuestión y al nivel de implantación que tienen estas tecnologías y que implica una tendencia general hacia los sistemas de firma electrónica, y a admitir los certificados digitales producidos por las diferentes entidades certificadoras. En el ámbito de las empresas estamos aceptando certificados digitales de persona jurídica, o bien a través de la representación digital individual que haya acreditado previamente ser representante de la empresa”</em>.
Por lo que respecta a la seguridad de los sistemas, el IMI ha establecido una organización que trata dos mundos: el de la continuidad de negocio, para evitar que los sistemas se paralicen por catástrofe o por problemas graves, y la protección de los datos. <em>“Nuestras políticas de seguridad pasan por análisis constantes de vulnerabilidad, y también hemos de- sarrollado un plan de contingencia para ver cómo y en cuánto tiempo se recuperarían los sistemas en caso de catástrofe. A partir de aquí, hemos establecido una serie proyectos encaminados a resolver cada uno de los elementos que conforman la norma ISO de seguridad”.
</em>El IMI trabaja en la parte de accesibilidad con el exterior con la dotación de firewalls, zona desmilitarizada, firma electrónica y otros elementos de seguridad para que cualquier persona que acceda al sistema electrónico del Ayuntamiento de Barcelona, incluido el host, y desde cualquier parte del mundo, no tenga posibilidad de dañar la infraestructura. <em>“Hemos tenido muchos intentos de intrusión, pero siempre se han quedado en el nivel del firewall”</em>, concluye Olivella.
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