Anna Birulés I Bertrán, ministra de Ciencia y Tecnología

España ha hecho los deberes en materia de liberalización y, de hecho, el sector de las telecomunicaciones está ya liberalizado. Además, lo hemos hecho al mismo ritmo que el resto de los países de la UE, incluso adelantándonos a algunos de ellos.

Publicado el 18 Feb 2002

Desde noviembre del año pasado los operadores alternativos pueden, utilizando el acceso indirecto, es decir, las redes de Telefónica, dar llamadas locales. Esto es algo que hoy todavía no es posible en muchos países de Europa.
El proceso liberalizador ha sido ejemplar por su celeridad y por su puesta en marcha. Ahora bien, en España, como en todos los países donde ha existido durante años un monopolio, la apertura del sector es un proceso paulatino, y es absolutamente normal que se produzcan desavenencias entre el operador dominante y los nuevos operadores. Cada uno defiende sus intereses. Para mediar en los conflictos que surgen de estas discrepancias, está la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), que desde su creación ha jugado un papel muy importante en el desarrollo de este proceso de apertura del mercado.

La política de liberalización ha dibujado un escenario en el que los usuarios pueden elegir entre máss de 100 operadores que prestan servicios de telefona fija y cuatro de telefona móvil, y un operador de cable en cada comunidad autnoma (que ofrece telefonía fija, acceso a Internet y televisión por cable). Además, hay en España tres compañías de televisión digital que prestan servicios interactivos y ocho operadores de telecomunicaciones fijas vía radio. En 1996, la única alternativa en telefonía fija era Telefónica y en telefona móvil dos compañías se repartían todo el mercado (Telefónica y Airtel). La amplitud de la oferta no ha sido la única consecuencia inmediata del proceso de liberalización. El coste de las llamadas telefónicas han experimentado drásticos descensos. Una llamada de tres minutos a Nueva York cuesta un 53 por ciento menos en hora punta y un 58 por ciento menos en horario reducido que en 1996. Es decir, un usuario paga menos de la mitad por este tipo de llamadas. La caída del precio de las llamadas interprovinciales es aún mayor. El precio de una llamada de tres minutos de Madrid a Barcelona se ha reducido un 73 por ciento, y la media de los precios de móviles ha bajado un 47 por ciento desde 1997 a 1999, según la CMT.
Desde el Gobierno se ha incentivado la competencia, que ha dado lugar a un mayor número de redes con mayor ancho de banda y más capacidad. Por esta razón, se opta por la fórmula del concurso para la concesión de las nuevas licencias de telefona móvil UMTS, y no la subasta como en otros países europeos. Desde nuestro punto de vista, el concurso favorece la inversión y el despliegue de redes, amplía la cobertura y evita la infoexclusión.

Esta política de liberalizacián está siendo acogida favorablemente por el mercado. En el último año, y según el EGM, el número de internautas ha crecido un 35 por ciento. Las últimas cifras del estudio indican que más de 7,4 millones de españoles usan frecuentemente la Red, el 21 por ciento de los mayores de 14 años. El establecimiento de una de las tarifas planas más baratas de Europa y los bonos metropolitanos han permitido ir eliminando la barrera del precio, como freno al acceso a Internet. A mediados de septiembre, unas 850.000 personas accedaín a Internet con tarifa plana.
Conscientes de la necesidad de aumentar el parque de ordenadores en los hogares espaoles, el Gobierno ha puesto en marcha una iniciativa fiscal que facilita que las empresas compren o financien PCs para que sus empleados los usen en sus casas. Todas las empresas podrán deducirse por gastos de formación las cantidades invertidas en la compra de PCs o equipos informáticos para sus empleados y hasta el momento ya se han entregado más de 100.000 equipos al personal de grandes empresas. Además, se han establecido deducciones del 10 por ciento de la cuota íntegra de lo que las pequeñas y medianas empresas se gasten o inviertan en todo tipo de tecnologías de la información.
ADSL está contribuyendo a la extensión en España de los accesos de banda ancha. Los últimos datos reflejan que unos 270.000 ciudadanos se han sumado ya a esta modalidad de acceso Internet de alta velocidad que, además, permite la conexión perpetua a la Red y la posibilidad de tener dos líneas de teléfono, una para la voz y otra para los datos. El Gobierno ha incidido en su política de fomentar la banda ancha y el pasado mes de julio aprobó un plan por el que más de 18.000 centros educativos y 2.500 bibliotecas españolas podrían contratar el servicio ADSL por 3.900 pesetas al mes, es decir, con una bonificación del 40 por ciento.
Al menos 1,4 millones de clientes han contratado Internet, telefonía o televisión con los operadores de cable. La red de cable ya es accesible en 4,5 millones de viviendas y las inversiones de los operadores de cable rondan los 600.000 millones de pesetas.
No cabe duda de que el proceso de consolidación de la liberalización del sector no es fácil, pero se ha avanzado mucho y muy rápidamente. No en vano algunos países europeos y latinoamericanos están tomando como referencia el proceso de apertura de las telecomunicaciones español para migrarlo a sus respectivos mercados. Aún quedan cosas por conseguir, pero tampoco cabe duda de que el ciudadano ha ganado en posibilidad de elección, en calidad del servicio y en precio.

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Redacción Computing

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