La preocupación por la ciberseguridad se ha incrementado notablemente en empresas, gobiernos y organizaciones, debido al aumento de los ciberataques a nivel global en los últimos años. Francisco Valencia, CEO de Secure&IT, destaca que “en 2023 se ha producido un aumento del 30% con respecto al año pasado, a lo que hay que añadir la creciente sofisticación y frecuencia de estos ciberataques”. En este sentido, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), señala que casi la mitad de las empresas ha sufrido, al menos, un ciberataque en el último año.
Si hablamos de tipología, según datos del Estudio de la Ciberseguridad en España 2023, elaborado por Secure&IT, el ransomware sigue siendo la principal preocupación del 93,9% de los profesionales encuestados, seguido de la exfiltración de datos (52,1%) y el phishing (50,8%).
Los ciberataques de ransomware crecen en peligrosidad y son más dirigidos. Así, la inquietud de las organizaciones con respecto a este tipo de malware es lógica. Una de las organizaciones cibercriminales que está sembrando el terror en el RaaS (Ransomware as a Service) es LockBit. Su ransomware busca automáticamente sus objetivos, propaga la infección y cifra todos los dispositivos accesibles en una red. Se utiliza para lanzar ciberataques selectivos contra las organizaciones, con el objetivo de interrumpir su actividad, extorsionarlas y robar los datos para su posible publicación.
El cibercrimen ha alcanzado un valor global cercano al 1,5% del PIB mundial
El cibercrimen ha alcanzado un valor global cercano al 1,5% del PIB mundial. Esto se debe a que el crimen organizado funciona como cualquier empresa y sus objetivos son los mismos: reducir costes, incrementar ingresos, mejorar la eficacia y garantizar la continuidad de negocio.
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La guerra pasa del plano físico al virtual
La situación geopolítica actual también ha contribuido a este aumento, tanto en número, como en gravedad de los ciberataques. El conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado una “batalla” en el ciberespacio, que preocupa al 36,8% de las empresas encuestadas, quienes consideran que la actividad de su organización las pone en el punto de mira de los ciberdelincuentes.
Francisco Valencia advierte que “las armas asociadas al mundo de la ciberguerra son muy accesibles en la Dark y Deep Web. Esto ha generado una preocupante acumulación de ‘armamento’ que puede usarse para atacar a cualquier empresa y administración del mundo. Además, la evolución de la tecnología, unida al instinto de supervivencia, ha provocado que muchas personas opten por el cibercrimen como vía para obtener solvencia económica, lo que, lógicamente, está influyendo en el incremento de ciberataques”.
El interés por los últimos avances en inteligencia artificial crece de manera exponencial entre las organizaciones. El uso de sistemas como ChatGPT o la automatización de procesos son claros ejemplos. De hecho, casi la mitad de las empresas encuestadas (el 48,9%) asegura hacer uso de herramientas de IA generativa o tienen previsto implantarlas. Pero solo unas pocas (el 18,7%) controlan el uso y seguridad de esas aplicaciones; un hecho preocupante ya que esta tecnología plantea grandes retos y riesgos para las organizaciones.
Cabe recordar que Europa ya ha aprobado un Reglamento sobre IA, un nuevo marco jurídico diseñado para abordar no solo los aspectos técnicos, sino también cuestiones éticas y desafíos de aplicación en diversos sectores.
Inversión para combatir los ciberataques
En cuanto a las inversiones futuras en tecnologías de seguridad, las empresas españolas reconocen la necesidad de fortalecer sus defensas. La seguridad en la nube es la prioridad para el 44,2% de los encuestados, seguida por los servicios de consultoría de cumplimiento y procesos de seguridad y por la segmentación y protección de la red (35,7%).
Otros aspectos como la inclusión de servicios de seguridad gestionada, abordar la ciberseguridad industrial y la formación y concienciación, también están en las previsiones de las empresas encuestadas.