Los modelos de cloud computing son un elemento disruptor en toda regla pues la industria tecnológica está cambiando de forma estructural debido a la gran influencia que los proveedores cloud están ejerciendo sobre los vendedores tradicionales de TI. Más que influencia, diríamos mejor presión por colonizar una gran extensión del terreno de la computación en la nube, cuyo negocio pasará de 40.700 millones de dólares a 241.000 millones en 2020, según cálculos de Forrester Consulting.
Teniendo en cuenta las estimaciones de los analistas, las mejores oportunidades se encuentran en la parte pública de la nube. Forrester las prevé en 159.300 millones dentro de siete años; y Gartner e IDC pronostican que las empresas gastarán entre 109.000 y 40.000 millones de dólares, respectivamente, en servicios cloud públicos.
De momento, los exploradores mejor situados son los proveedores con grandes infraestructuras (o CPD) como Amazon, Google o Microsoft. En cambio, a juzgar por los resultados y análisis de los expertos de la industria, las empresas que pueden verse canibalizadas en esta selva aún virgen del cloud público, son las que proporcionan tecnologías tradicionales y las que no se han adaptado al nuevo territorio.
Coinciden Gartner y Forrester en apuntar que los fabricantes de hardware, sobre todo OEM, como Dell, HP, EMC o IBM pueden tener serias dificultades para avanzar porque las empresas más pequeñas optarán por unos más económicos servicios cloud para evitar los costes iniciales del hardware y software, y por la tendencia hacia la comoditización del equipamiento en la infraestructura del centro de datos.
Así lo confirma a Computing, Laurent Lachal, analista senior especializado en cloud computing de Ovum, quien señala que“los OEM son los proveedores que se enfrentarán a más dificultades debido a la tendencia actual de la comoditización del hardware, que el cloud está acelerando, pero no provocando. Esta comoditización del hardware se está expandiendo; está pasando de los ordenadores al almacenamiento y networking con las redes definidas por software. Sin embargo, los OEM pueden luchar con ofertas especiales, más integradas y de alto valor, moviéndose al negocio de los servicios de mayor valor, esto es, pasando de los servicios de TI a los servicios cloud”.
El sacrificio del bajo demanda
En líneas generales, lo que está sucediendo es que cuando una compañía decide subir a la nube, por ejemplo su email, ya no necesitará tener tantos servidores de correo. Estos equipos desaparecen, y el servicio en la nube se ha comido hasta el gasto on-premise, si esta empresa tenía incluso un contrato con la modalidad de bajo demanda. Asimismo, con respecto al software, este se está viendo impactado por la movilidad, ya que las aplicaciones como servicio están teniendo su auge con los dispositivos móviles.
Estas tendencias, -plasmadas en un informe que Forrester nos ha facilitado-, están provocando que las organizaciones inviertan más en dispositivos cliente y en servicios cloud, y menos en la capa de en medio como los ordenadores, redes, servidores y almacenamiento. Además, por motivos de finanzas, el gasto en TI (considerado gasto capital) se puede desplazar hacia gasto operativo con la nube; y el Opex sobre el Capex es una aventura bastante atractiva para las empresas que quieren controlar sus gastos con una mayor precisión y flexibilidad.
Precisamente, esta es una de las grandes cuestiones para la industria, y es cómo la nube puede impactar en la forma en que los presupuestos de TI se administran ahora. Gartner sostiene que los fondos que se deriven a servicios cloud canibalizarán las partidas para otras tecnologías, aunque también es cierto que crearán nuevos requerimientos y necesidades. Por ejemplo, la adopción del SaaS está afectando al outsourcing de aplicaciones, pero también está incrementando la demanda de servicios de consultoría e implementación. Matiza la consultora que esta expedición hacia el SaaS también generará ingresos adicionales para los proveedores de servicios de outsourcing de aplicaciones, ya que las compañías están considerando la opción de subir a la nube determinadas aplicaciones que previamente han desarrollado de forma interna.
El safari del IaaS y PaaS
Paradójicamente, los servicios cloud públicos están impactando negativamente en la demanda de servicios de TI externos, pero al mismo tiempo, también la están estimulando. La adopción de infraestructura como servicio (IaaS), -que es la forma más básica y fundamental de un servicio de cloud computing-, se ha extendido más allá de los proyectos de pruebas y desarrollos. Bryan Britz, director de investigación en Gartner, explica que esta marcha es una buena oportunidad para los proveedores de servicios pues puede acelerar la externalización de cargas de trabajo y operaciones de TI en clouds que no sean públicas, compartiendo con los clientes las responsabilidades de la gestión de este servicio.
Esta premisa está soportada por los datos de una encuesta reciente llevada a cabo por la consultora a 556 organizaciones de nueve países y múltiples industrias, que muestra que un 19% de las empresas está haciendo uso del cloud para la mayor parte de sus procesos de producción; y un 20%, ha adoptado el almacenamiento como servicio para la mayoría de sus necesidades en este área.
Asimismo, este informe ha puesto de relieve que la adopción de la nube pública varía según el servicio. Por ejemplo, IaaS, que empezó con programas piloto de bajo riesgo, ahora se adopta para entornos de producción. De forma similar, la demanda de plataformas como servicio (PaaS) es un reflejo de la creciente importancia estratégica que están teniendo los servicios de cloud pública en aquellas organizaciones que están adoptando infraestructuras en la nube para dar soporte a sus necesidades de negocio. Esta demanda es un buen indicador que está poniendo de manifiesto que cada vez más compañías están viajando hacia entornos cloud, lo que representa una excelente oportunidad para los proveedores de servicios que ofrecen soluciones orientadas al PaaS.
La defensa de la industria
Los gigantes del sector TIC como Dell, HP o IBM, -por una parte afectados por esta canibalización del cloud-, no son ciegos a todos estos cambios, y se han apresurado a dar servicio a sus grandes clientes. Ahora producen equipos más personalizados e integrados a través de divisiones especializadas como la unidad de Soluciones para el Centro de Datos de Dell, o la estrategia de Infraestructura Convergente de HP; y están entrando en nuevos mercados como el de las pymes con sistemas appliances que integran almacenamiento, servidores, redes y software.
Sin embargo, advierten los expertos que a largo plazo esta política tiene sus peligros como pueden ser una guerra de precios con los ODM (Original Design Manufacturer) asiáticos en el área del equipamiento para CPD; o la vulnerabilidad de los appliances al software de código abierto. Señalan que de tres a cinco años, las pymes pueden construir sus propios appliances comprando los elementos a los ODM e instalando software libre. De hecho, el código abierto es bastante fuerte en la gestión de infraestructuras ya que muchas compañías TIC son conscientes de los beneficios de colaborar en el desarrollo abierto de tecnologías clave.