Conviene recordar dos ciclos de crecimiento en la década pasada. Primero vino un periodo de Web-enablement. Algo tan simple como ver el Website de una compañía en Internet; poder cotizar en una subasta online; o comprar comida para mascotas por Internet nos parecía enormemente excitante. El objetivo era estar presente y las compañías brick and mortar, que no consiguieron situarse en ese nuevo terreno con suficiente rapidez, fueron consideradas obsoletas sin remedio. Entonces explotó la burbuja y nos dimos cuenta de que para la supervivencia de un negocio web era necesario tener detrás un modelo de negocio rentable. Muchas punto.com desaparecieron de la faz de la tierra, pero las que resistieron fueron las que dirigieron la recuperación del siguiente ciclo como Google y Yahoo. ¿Pero qué dirigió el siguiente ciclo, el que comenzó aproximadamente en 2004? En mi opinión, fue el desplome en picado de los costes de gestión de presencia web.
A principios del cambio de siglo, eran necesarios importantes recursos para poner en funcionamiento un Website. Había que hacerlo todo en casa: la infraestructura de red; el hardware de los servidores y el entorno software. Este hecho se reflejaba en los nombres de las compañías que actuaron como los motores del web-enablement: Cisco, Sun, y Oracle. ¿Recuerdan el slogan de Sun, “Nosotros ponemos el punto en el punto.com”?. Pero el progreso no se puede detener. La Ley de Moore, dice que el poder de procesamiento se dobla cada 18 meses. También hay otra ley, la ley de Gilder, que dice que la banda ancha disponible se triplica cada 12 meses. Los cambios cuantitativos eventualmente generan cambios cualitativos y de alguna manera, alrededor de 2004 el ecosistema entero dio un salto hacia un nuevo estado donde era económicamente factible para cualquier ser humano tener una presencia web no trivial.
La Web al alcance de todos
Con no-trivial quiero decir conteniendo texto; megabytes de imágenes; y gigabytes de video. Cada ser humano, significa cualquiera con un laptop y un lugar donde sentarse, su dormitorio o un garaje. No hay nada más excitante para una industria que aquellos momentos en los que vuelve a sus raíces en un garaje: Hewlett-Packard, Apple, HP, Dell, Amazon, Google, etc…y la lista continua. Recientemente, hemos visto a Facebook surgir en un cuarto de Harvard y crecer hasta convertirse en la comunidad que representa más vívidamente que ninguna el fenómeno de la Web 2.0. Facebook, y muchas compañías similares, permiten a cada persona conectada estar presente en la web de una manera dinámica e interesante. Si la presencia en la web de las empresas fue el foco de la primera era de Internet, la presencia en la web de los individuos ha sido el foco de la segunda era. No hay nada más que mirar la reciente campaña electoral en los Estados Unidos. Hubo un individuo, candidato a la presidencia, al que se puede ver en la web, seguirle en Twitter y relacionarse con él en Facebook. El otro candidato limitó su campaña a un Website tradicional y son muchos los que creen que esa fue la diferencia que conformó el resultado final de las elecciones.
¿Qué vendrá después?
¿Si alguien tuviera que crear una compañía hoy, crearía una compañía Web 2.0? Probablemente no. El espacio Web 2.0 ha salido ya de la fase “garaje”. Haría falta mucho esfuerzo y dinero para desplazar a Facebook o Twitter con otra red social o herramienta de micro-blogging.
Para buscar la próxima gran oportunidad, hay que mirar hacia áreas con potencial de cambio cuantitativo. Una de ellas es el mobile computing. La movilidad lleva siendo la siguiente gran oportunidad desde hace tiempo, pero ahora se están produciendo cambios interesantes en dicho área. El número de teléfonos inteligentes está creciendo exponencialmente; el poder de computación de dichos dispositivos crece exponencialmente; el número de aplicaciones instaladas en dichos teléfonos crece exponencialmente y el ancho de banda para dichas aplicaciones también crece exponencialmente. No soy el único que cree que estamos a punto de que suceda algo grande en movilidad.
La otra dirección es el procesamiento y análisis de los datos y contenidos generados por el usuario. La cantidad de dichos contenidos está creciendo exponencialmente. El poder de los ordenadores y la sofisticación de los algoritmos de procesamiento de dichos contenidos están creciendo exponencialmente. El número y tipo de dispositivos conectados a la web que son usados para generar este tipo de contenido está creciendo exponencialmente. Más tarde o más temprano el potencial de la información almacenada en los distintos repositorios y nuestra capacidad para compartir, procesar y usar dicha información desembocara en el gran cambio en como usamos Internet. Si lo que he dicho arriba es cierto, la mayoría de nosotros llevaremos dentro de poco supercomputadores en nuestros bolsillos que estarán permanentemente conectados a una red de ordenadores aun más potente capaz de recoger y procesar enorme cantidad de información casi en tiempo-real.
Nadie sabe aun que tipo de killer application producirá esta nueva plataforma, pero si tuviera que adivinarlo, votaría que sería una de Telepresencia Móvil. Si la web 1.0 trataba de la presencia web de las empresas y la web 2.0 de la presencia de los individuos sentados en sus despachos, entonces la web 3.0 en mi opinión, tratará acerca de la presencia web de los individuos en movimiento. Con la cantidad de información que puede ser recogida y mandada en cualquier dirección, cada uno de nosotros podremos estar aquí y en cualquier lugar simultáneamente: una sala de reuniones virtual; una mesa de póker; un concierto de rock, una consulta médica, etc.… Y esto, por cierto, es en lo que la próxima generación de pensadores está trabajando en sus garajes ahora mismo.
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