Huawei ha presentado la quinta edición de su Índice de Conectividad Global (GCI, por sus siglas en inglés), un informe anual que evalúa, a través del análisis de 40 indicadores de cinco tecnologías clave (banda ancha, centros de datos, servicios cloud, Big Data e Internet de las Cosas), cómo los países progresan en materia de transformación digital.
En él, se afirma que la Inteligencia Artificial está impulsando un cambio de paradigma: cómo los países se preparan para la economía digital y podrían casi duplicar el valor de la economía digital pasando de 12.9 billones de dólares en 2017 a 23 billones de dólares en 2025, representando el 17,1% del PIB mundial. Sin embargo, la escasez de talento de IA en todo el mundo amenaza este crecimiento, según el GCI de Huawei.
Este año, el GCI ha ampliado su alcance de investigación de 50 a 79 países que, según su desarrollo económico, se han clasificado de la siguiente manera: 20 como economías maduras, 37 como economías emergentes y 22 como principiantes. Según recoge el GCI 2018, para desplegar eficazmente la IA a gran escala, los países necesitan tres componentes igualmente importantes: poder computacional, datos etiquetados y algoritmos. Sin embargo, el gran desafío para los tres clústeres del GCI es la escasez del talento de los desarrolladores de inteligencia artificial.
En 2025 la economía digital supondrá el 17,1% del PIB mundial
La investigación realizada por Huawei muestra continuamente que cuando la puntuación de un país alcanza los 35 puntos, el ROI en la infraestructura de TIC experimenta un fuerte efecto multiplicador. En este sentido, Filipinas es un excelente ejemplo. De 2014 a 2017, el país aumentó significativamente el uso de smartphones y extendió el acceso primario a Internet a una gran parte de la población fomentando nuevas oportunidades comerciales.
Como novedad este año, todos los países han obtenido mejores puntuaciones, sin embargo, el crecimiento en los países a lo largo de la curva-S del GCI fue desigual. En 2017, se identificó una tendencia de creciente desigualdad denominada el Efecto Matthew, en el que las economías maduras ven los beneficios de la inversión en infraestructura de las TIC a lo largo del tiempo para posicionarlos como líderes inexpugnables. En 2018, la división digital descrita por el efecto Matthew continúa creciendo.