Casi el 50% de las empresas manufactureras europeas consideran que sus empleados son una seria amenaza para la seguridad de su información. Pese a esta consideración, ni siquiera un 25% de estas empresas tiene planes de invertir en formación para evitar estos riesgos, y un tercio ni siquiera trata este tema con su personal. Estas son algunas de las conclusiones más alarmantes que se extraen del estudio realizado por Iron Mountain y PwC, Gestión de la información en 2020: ¿cuál es el futuro de la industria manufacturera?
Esta investigación pan-europea, sin embargo, también ha revelado que el 67% de las compañías de tamaño mediano están convencidas de que sus empleados cumplirían con la política corporativa en cuanto a la seguridad de la información. Cuando se trata de identificar las causas que podrían provocar una brecha de datos, las empresas manufactureras creen que las mayores amenazas están en el personal del departamento de TI (55%), y en los ejecutivos senior (33%).
El estudio sugiere que la aparente falta de confianza en los empleados podría ser un síntoma de la preocupación que tiene el sector por las brechas de datos. A un 32% de las empresas del sector industrial les preocupan las consecuencias de una pérdida de datos imprevista, frente a solo el 16% de la media de las empresas en general; alrededor de la mitad (48%) teme pérdidas financieras resultantes de una brecha de datos, en comparación con la media del 33%. Más de una de diez compañías (16%) cree que una brecha de datos podría amenazar la existencia de toda la empresa; esto es tres veces mayor que la media de la totalidad de sectores.
“El sector industrial está atravesando un periodo de grandes cambios caracterizados por la innovación, la consolidación y la globalización”, explica Ignacio Chico, director general de Iron Mountain España. “En este entorno, las empresas manufactureras tienen que permitir un acceso rápido y fácil a la información crítica a la vez que garantizan su protección. Esto requiere una gestión robusta de los datos y una cultura de la responsabilidad de la información entre los empleados. Para fomentar que sean ellos los primeros en proteger la información, hay que empezar por implementar programas de formación sobre la seguridad de la información y un plan de comunicación que lo apoye”, añade.