El CDO o Chief Data Officer ya es una función consolidada en las grandes organizaciones, especialmente en aquellas que tienen una orientación al negocio sustentado en los datos, que hoy por hoy, deberían ser la práctica totalidad. Como muestra de este auge, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha designado por primera vez un Director de Datos. Matthew Graviss se convertía así en el primer CDO público estadounidense, responsable de liderar el Centro de Análisis (CfA) de la Oficina de Estrategia de Gestión y Soluciones, la entidad encargada de gestionar los datos del Departamento.
La misma noticia abundaba en el hecho de que Graviss será el encargado de aprovechar los datos como activo estratégico, algo que en el gobierno federal se considera una prioridad. Los países europeos se están moviendo en esta misma dirección. El verano pasado Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e IA, anunciaba la creación de un Jefe de Datos a nivel nacional. Artigas también prometía una agencia del dato del coronavirus, un sistema centralizado para integrar todos los datos recopilados en las diferentes comunidades autónomas.