La verdadera promesa de la nube híbrida

VMware aconseja cómo aprovechar su potencial.

Publicado el 08 Ene 2016

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La nube híbrida parece haber estado en las listas de predicciones anuales de la industria durante los últimos tres o cuatro años. Su funcionalidad, flexibilidad de arquitectura y seguridad mejorada aporta grandes beneficios a la hora de soportar cargas de trabajo, datos y aplicaciones capaces de transformar el entorno de TI de la empresa y obtener lo mejor de la nube pública y la privada. Pero la verdadera nube híbrida todavía no es una realidad en muchas organizaciones pese a que ya existen soluciones como la de VMware, basada en una plataforma definida por software que abarca recursos tanto en la empresa como fuera de ella.

VMware observa algunos ejemplos de empresas con cargas de trabajo críticas en entornos híbridos, muchas de ellas probando la nube híbrida por primera vez en pruebas, desarrollo y recuperación ante desastres. Estos son grandes casos de éxito, pero solo se han basado en hacer convivir las nubes públicas y privadas. Pero esto no es de lo que se trata cuando hablamos de nube híbrida. La verdadera nube híbrida tiene el poder de transformar las TIC en los próximos años, permitiendo a las empresas escalar su consumo en lugar de construir más infraestructura de TI mientras crece. ¿Pero qué es lo que ha ido mal? ¿Cómo podemos aprovechar de verdad el potencial de la nube híbrida?

De lo que no cabe duda es que la demanda de TI está creciendo. Los profesionales y las organizaciones para las que trabajan son cada vez más móviles, conectadas, interactivas, inmediatas y fluidas. Los directivos están tomando importantes decisiones relativas a las TI, ya sea aprobando nuevos productos o lineas de trabajo, evolucionando y automatizando los procesos para ser más eficientes, permitiendo prácticas de trabajo modernas o transformando los servicios para clientes.

Para ello los departamentos de TI, con todas estas demandas y no mucho más presupuesto, deben encontrar una solución que haga que la infraestructura de TI sea lo más ágil posible, en línea con lo que la nube híbrida ofrece. Muchos mal llamados entornos híbridos no ofrecen esa promesa, puesto que simplemente son combinaciones de nubes públicas y privadas con escasa o nula compatibilidad entre ellas. Las aplicaciones necesitan ser reescritas para moverse entre nubes, el uso de diferentes herramientas (e incluso habilidades) para hacerlas funcionar. El resultado son entornos de prueba muy útiles pero con un impacto limitado en el negocio.

Sin embargo, la verdadera nube híbrida crea un entorno en el que las cargas de trabajo pueden ser cambiadas de una nube a otra sin problema, rápidamente y utilizando las mismas herramientas con las que el equipo de TI ya está familiarizado. Las aplicaciones críticas pueden entregar el rendimiento necesario, mientras que los recursos pueden ser situados y aprovisionados donde sea necesario. Esto hace que las TI tengan una respuesta más rápida a las necesidades del negocio gracias a la capacidad de poder aprovisionar instantáneamente nuevas infraestructuras según cada proyecto. Y, sobre todo, poder deshacer todo cuando sea necesario, acabando así con una de las principales barreras para la adopción de esta tecnología como era la complicación de llevar las cargas de trabajo a la nube privada desde la pública.

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Redacción Computing

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