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Evolución del ERP
Desde hace más de tres décadas, el ERP (siglas de Enterprise Resource Planning) ha sido una pieza clave de la gestión de las empresas. El ERP permite operar de forma coordinada y sin duplicar la introducción de los datos a muchos empleados de diferentes departamentos a través de toda la organización. En un ERP el dato es único y no se repite en múltiples hojas de cálculo, lo que permite trabajar con más exactitud y mayor calidad y eficiencia operativa.

Pero, en los últimos tiempos, la gran revolución ha sido llevar los sistemas ERP, depositarios de información crucial para las compañías, a la nube y a los dispositivos móviles
David Ajuriaeusokoa, Prodware
El ERP se asienta en los años 90 y desde ese momento estos sistemas han ido evolucionando con el paso del tiempo hasta convertirse en suites modulares a disposición de cualquier departamento de una empresa. Durante muchos años, los ERPs han ido incorporando cada vez más módulos funcionales, ya que el ERP, como le pasa al smartphone, es un auténtico killer que ha ido engordando en funcionalidades al tiempo que desaparecían otras tecnologías a su alrededor. A los tradicionales módulos para controlar el ciclo de ventas y la facturación, las compras o el inventario, se han ido añadiendo otros como los de cadena de suministro, recursos humanos, Business Intelligence o gestión documental. En paralelo, el ERP se ha ido sectorizando; es decir, ha ido sacando funcionalidad concreta y vertical para sectores concretos. De esta forma, encontramos soluciones específicas construidas sobre los estándares de mercado que cubren, por ejemplo, los procesos de negocio de empresas de alimentación o de empresas dedicadas al sector de la construcción.
La revolución actual del ERP
Pero, en los últimos tiempos, la gran revolución ha sido llevar los sistemas ERP, depositarios de información crucial para las compañías, a la nube y a los dispositivos móviles. Con el paso de los años, los clientes han perdido el miedo a llevar sus datos corporativos al cloud y han entendido que en ese entorno están más seguros, al tiempo que son más accesibles y las soluciones mucho más escalables. Además, con la nube las empresas pueden dimensionar mejor su ERP para adaptarlo en poco tiempo a las necesidades cambiantes del negocio. Asimismo, en el cloud tardan menos en desplegar nuevos servicios, tienen el software siempre actualizado y pueden integrarlo más fácilmente con otras herramientas, siempre y cuando estas se hayan diseñado para operar en la nube. Por otro lado, con la eclosión de internet de banda ancha hace 15 años, el ERP se hizo móvil. Y hoy es moneda corriente que los empleados accedan a estas plataformas desde cualquier pantalla (smartphone, tablet o portátil) y desde cualquier ubicación. Siempre de forma fluida, retomando la tarea donde la dejaron la última vez.
Pero con la nube y la ultramovilidad no termina la historia de éxito del ERP. También estas plataformas de gestión se están beneficiando de la nueva revolución que supone la irrupción de la Inteligencia Artificial a todos los niveles. Con los consiguientes beneficios en términos de automatización de tareas y, por lo tanto, de productividad para las compañías. Con la proliferación de los automatismos que proporciona la IA a un ERP, los empleados se liberan de tareas repetitivas y manuales. Digamos que, con la IA, tanto tradicional (Machine Learning) como generativa, un ERP multiplica su poder. Estamos ante lo que algunos denominan un ‘ERP aumentado’ o un ‘ERP potenciado por la IA’. Y no es ciencia ficción o algo del futuro. Ya está aquí porque la IA se ha filtrado en las soluciones que usamos sin que nos demos cuenta. En nuestros hogares, pero también en los negocios. Desarrollados bajo el contexto de la IA, los ERP ya son capaces de aprender cada día, al reconocer patrones que se presentan en la repetición de tareas. Por ejemplo, una tarea rutinaria puede traducirse en un algoritmo que finalmente acabará automatizando.
El ERP y la inteligencia artificial
Asimismo, con la Inteligencia Artificial mejoran los resultados de búsqueda de información de los usuarios en el propio ERP, de la misma forma que pasa en Google, Netflix o YouTube, donde la interacción continuada hace que estas herramientas emitan resultados cada vez más acertados. La IA también permite a los usuarios del ERP predecir con un alto grado de precisión las ventas e ingresos esperados, automatizar tareas, analizar datos, detectar anomalías y tomar decisiones basadas en recomendaciones y orientación activa. Además, el complemento de los chatbots procesa y devuelve información en tiempo real, aportando la información necesaria para responder a las consultas. En el área financiera, la IA también ayuda a automatizar tareas y agilizar el análisis de datos para encontrar los puntos a mejorar en los balances, mientras que en recursos humanos da criterios más objetivos para evaluar el desempeño de cada empleado. También, permite agilizar los siempre tediosos procesos de selección, analizando y comparando en un instante cientos o miles de currículums.

La IA aplicada a la automatización de tareas ha hecho posible un nuevo concepto que es el del ‘Agente’, el cual veremos muy pronto aplicado al ERP. El Agente será un usuario del ERP que ejecutará procesos y acciones sin una persona detrás. Es un aspecto revolucionario en el que todos los grandes fabricantes se están volcando actualmente.
El ERP y las plataformas low-code y no-code
Las tecnologías low-code y no-code, que permiten a los empleados crear aplicaciones y programas sin tener conocimientos de programación, también están aquí para potenciar el ERP tradicional y llevarlo a otro nivel. Curiosamente, las tecnologías low-code y no-code no son una novedad. Sin ir más lejos, una herramienta tan popular como WordPress, que hace posible que usuarios con nulos o escasos conocimientos técnicos puedan diseñar una página web y gestionar sus contenidos, data de 2003, cuando Facebook, tal como lo conocemos hoy en día, ni siquiera existía. Y todo a base de plantillas y plugins o utilidades previamente establecidas. En los últimos años, la aplicación de tecnologías low-code o no-code al mundo del ERP está permitiendo enriquecer estas plataformas de forma rápida y económica, pues ya no hay que esperar a la participación de un desarrollador de software, un perfil muy demandado y escaso. Gracias, por ejemplo, a la suite de low-code Power Platform de Microsoft, un equipo no técnico puede crear en muy poco tiempo una solución para la introducción automática en el ERP de cientos de albaranes en PDF.
El ERP y el IOT
Otra extensión del ERP, y que demuestra que esta solución tiene mil facetas, está en su conexión con las herramientas de internet de las cosas (IoT). Por ejemplo, la parte de logística se puede enriquecer con los datos proporcionados por escáneres móviles o cintas transportadoras inteligentes, que permiten no solo saber qué entra y sale de un almacén, sino cómo se mueven las mercancías en el interior del mismo. También los estantes inteligentes en una tienda permiten realizar automáticamente pedidos cuando el inventario se reduce.
Por inercia, lo seguimos llamando ERP, pero las plataformas que hoy se encargan de la gestión de una empresa realmente van mucho más allá del ERP de toda la vida. La Inteligencia Artificial y tecnologías como low-code o IoT nos llevan directamente al ERP aumentado. Al ERP del futuro.