¿Qué balance puede hacer de estos tres años en calidad de presidente de EMEAA?
Hace 10 años hubo un cambio del CEO mundial y la compañía se enfocó hacia el crecimiento y adaptación a la nueva era digital. Mi enfoque ha sido también expansivo, más que mantener el avión a 20.000 pies, hacerlo subir a 30.000. Estamos en un sendero de crecimiento, que inevitablemente nos tiene que llevar a ser un pez de mayor tamaño.
¿En qué términos han crecido?
M. A.: En Neoris estamos creciendo del orden del 10% en plantilla, que se sitúa en los 800 profesionales. En facturación, hemos cerrado el año en torno a los 58 millones de euros en España, cifra que supone un 10% más sobre el ejercicio anterior.
¿Qué factores han influido en estos resultados positivos?
M. A.: Nos hemos enfocado en industrias clave, clientes clave y ofertas clave. En el primer punto, nos hemos especializado en cuatro áreas estratégicas: servicios financieros, telecomunicaciones, manufactura y healthcare. En cuanto a clientes, hemos seleccionado aquellos con los que merece la pena trabajar, en general, gran cuenta, donde tenemos mayor recorrido. Santander, BBVA, Telefónica, Vodafone, son algunas referencias. En cuanto a oferta, vamos hacia lo que tiene que ver con la transformación digital. Para cada uno de esos sectores tenemos un portfolio de servicios, en los que aportamos algo diferencial frente a la competencia.
¿Cuál es la tarta de reparto de los ingresos por sector de actividad?
M. A.: Servicios financieros representan el 38% del total, seguidos por telco con el 25%, manufac- tura con el 20% y healthcare (sector público y sanidad), que supone el 17% restante.
¿Qué planes tienen de expansión internacional?
M. A.: Desde Madrid, lideramos la sede de Reino Unido, una de las vías claras de crecimiento de este año. En 2017 despegamos y esperamos que este año se ponga en órbita.
Un inciso, ¿el brexit perjudica o beneficia los intereses de Neoris?
M. A.: No ayuda. Pero, en cualquier caso, no nos atañe el aspecto político. El sector financiero de Londres es muy sólido y seguirá precisando servicios. Hubo un movimiento de empresas hacia Frankfurt, pero Londres es el hub por excelencia de los servicios financieros.
Retomemos la expansión internacional…
M. A.: Hemos abierto sedes en Hungría y República Checa, que está experimentando un gran crecimiento. La India, por otro lado, es nuestra primera apuesta por el mercado asiático. Todo ello con servicios 24×7, desarrollo de skills y de equipos de expertos según en qué geografía. Una parte se dedica a offshoring y otra a dar servicios como testing de software.
¿En qué liga de consultoras está jugando Neoris?
M. A.: Normalmente competimos directamente con everis y con Indra. Apreciamos a nuestros competidores porque nos hacen mejorar. En las grandes cuentas en las que estamos hay una tensión fuerte para mantenerse. Todo el mundo quiere crecer y esto nos obliga a trabajar muy bien para que el cliente esté satisfecho y no se plantee cambiar. En la parte proactiva, contamos con servicios innovadores como Calidus, una solución de comisiones de telco, o wallets digitales que nos permiten abordar nuevos clientes.
“Nuestra corporación cotiza en la bolsa de EEUU y cumplimos con todos los reglamentos de una gran empresa”
¿Pertenecer a Cemex supone una ventaja o un lastre para el negocio de Neoris?
M. A.: En mis 14 años en la compañía, ni favorece ni desfavorece pertenecer a la gran cementera mexicana. Si algo nos ha beneficiado es la solidez que nos ha prestado en los momentos más duros de la tormenta de 2008. Cemex no interfiere en nuestra gestión diaria de cuentas, financiera y de recursos humanos, pero sí nos regimos con sus políticas y prácticas de compliance. Nuestra corporación cotiza en la bolsa de EEUU y cumplimos con todos los reglamentos de una gran empresa.
Un estudio de la AEC señala que el sector de la consultoría ha crecido retornando a valores de 2014. ¿Detecta esta tendencia?
M. A.: El mercado de consultoría en general está subiendo. En 2018, estamos notando cierta alegría, sobre todo por la tipología de proyectos. Cuando hay mala mar, estos proyectos suelen estar relacionados con la reducción de costes o ajustes de organización, que son bastante ‘tristes’ de ejecución. Ahora se ven más proyectos de valor y de inversión, y la transformación digital es la hoguera y donde las empresas ponen los euros.
¿De qué manera afectan los precios de los contratos?
M. A.: Nuestro sector es deflacionario. Los clientes esperan pagar menos cada año. En vez de consultores tenían que llamarnos magos. Cada año te llega el departamento de compras del usuario y te pide descuentos. Lo que hay que hacer es dar servicios de más valor. En los servicios commodity siempre hay una presión de precios brutal, y no lo hay en los proyectos de transformación digital. ¿Cómo resuelven la retención del talento y los salarios?
Nuestra gente quiere ganar cada año más dinero, lo cual es loable y es lo que tenemos que hacer. Nuestro objetivo es asegurar que nuestros empleados mejoran su situación y enriquecemos su carrera profesional. Dependiendo de qué tecnologías y sectores, hay más presión. Por ejemplo, un experto en Agile tendrá un crecimiento mayor que uno en Cobol DB2. La formación es muy importante para nosotros, tanto para atraer como para retener talento. Los profesionales están ávidos de información y les gusta conocer temas nuevos.
¿Qué nota pondría a las empresas españolas en digitalización?
M. A.: La velocidad no es la misma en función del sector de actividad. Pero ya no hay empresa que no esté mirando cómo la transformación digital afectará a su negocio. Analizan si pueden ser ‘uberizadas’ y estudian qué pueden aprovechar de este tsunami digital que ha llegado para quedarse.
MUY PERSONAL
¿Cree en las criptomonedas? ¿Ha comprado alguna?
M. A.: No tengo criptomonedas pero creo totalmente en ellas, y es uno de los campos en los que me encanta formarme y seguir detenidamente.
¿Considera que es una burbuja?
M. A.: No se puede hablar de burbuja. Hay un crecimiento exponencial de los bitcoins y otras monedas. Un experto dice que si no crees en ellas, es que no entiendes el sistema financiero y el poder del dinero. Detrás de un dólar no hay nada, el patrón oro no existe. Si confía en el dólar es porque sabes que otra persona lo va a aceptar. Ya se ha comprado el primer piso con bitcoins, concretamente en Barcelona.
¿Metería un robot en su casa?
M. A.: El aspirador autónomo de casa ya es un robot con el que te tropiezas por el pasillo y, de forma casi inconsciente, lo pateas como un balón de fútbol. Mientras no tenga mucha apariencia humana y se parezca a R2D2, sin problemas. A medida que se parezca más a una persona, terminará reprendiéndote; para eso ya está tu pareja.
¿Es optimista con el futuro tecnológico?
M. A.: Los problemas de ética no están resueltos, no hay nada que se parezca a las reglas de la robótica de Asimov. Ante el desarrollo de la inteligencia de las máquinas, hay dos corrientes: los que dicen que van a acabar con nosotros y lo que aseguran que conviviremos en un ecosistema ético y equilibrado. Yo lo que creo es que nos vamos a convertir en más robots que los propios robots.