Silverstorm es una empresa que nació al calor de Peregrin, software de IT Service, que adquirió la antigua HP. En 2008 hizo un cambio radical apostando por SaaS y ServiceNow, desarrollador de soluciones para automatizar los servicios de TI. “Ahora mantenemos todo el núcleo de la oferta de Service Now y contamos con diversas soluciones alrededor completando una plataforma tecnológica para llevar a cabo la transformación digital”. Así resume Rian Butcher la estrategia de la compañía que fundó, y que ha reforzado en su área comercial.
La incorporación de nuevos profesionales a su equipo de ventas es señal de que las cosas van bien para su compañía…
R. B.: En nuestro plan 2018-2020, nos hemos orientado hacia el crecimiento y, dados los resultados cosechados en España y Portugal, hemos reforzado el equipo de ventas para afianzar nuestra posición global. Ha sido un buen año y hemos percibido que los clientes apuestan por nosotros y nuestra tecnología.
¿Qué resultados ha generado su compañía en el pasado año?
R. B.: La compañía facturó unos 5,3 millones de euros el pasado ejercicio, con un incremento del 17% frente a los 4,5 millones de un año antes. Para 2018, esperamos alcanzar los 6,5 millones, que supondrían un crecimiento del 45%. En plantilla, hemos pasado de 57 a 70 empleados.
¿En qué se asienta su estrategia internacional?
R. B.: Nuestro objetivo es hacer de España y Portugal nuestro mercado principal. Sin embargo, pretendemos crecer en todas las regiones, como Oriente Medio e Israel. Queremos seguir creciendo con recursos locales en México, expandiendo nuestra estructura para dar mejor soporte a nuestros clientes. Estados Unidos también es estratégico, especialmente Texas, donde hemos creado una empresa local.
¿En qué consiste la apuesta de transformación digital de Silverstorm?
R. B.: Hablamos de ser socios de transformación, cubriendo toda la cadena de valor desde un único proveedor que les ayude a establecer la vinculación entre la estrategia de negocio y el mundo digital, pero también ponerlo en marcha a través de un proyecto. Gestionar los diferentes componentes; implementar, configurar y mantener la tecnología y contar con consultoría para cerrar el círculo virtuoso con el objetivo de saber dónde estuvimos, dónde estamos y dónde queremos estar.
¿Cuáles son los desafíos que tienen que afrontar las organizaciones a la hora de su transformación?
R. B.: Cuando hablo con las empresas sobre sus retos y prioridades, normalmente terminamos enfocados en este tema sobre tres ejes principales, que van en línea con una serie de objetivos claros: ser más competitivos e incrementar los beneficios del negocio. Estos tres puntos son, mejorar la experiencia de los clientes, eliminar actividades manuales y aumentar la velocidad de despliegue de aplicaciones de negocio.
¿El cliente define las actuales estrategias de negocio?
R. B.: El cliente demanda un nivel de calidad óptimo en todas las interacciones con la marca y, en caso de que no se cumplan sus expectativas, simplemente busca otra alternativa. Ofrecer este nivel de servicio requiere una inversión, pero el coste derivado de un servicio no adecuado es mucho más alto. Para ser competitivas, las empresas deben dar un servicio personalizado, con tiempos de respuesta adecuados; de lo contrario, es su cliente el que va a buscar esos niveles de atención en otra empresa y en tiempo récord.
Se trata de tener una estructura muy sencilla y automatización de todos los niveles que permita la entrega de servicios con mayor rapidez
¿Cuál es el papel de la automatización?
R. B.: Para eliminar las actividades manuales y procesos complejos, entra en juego la automatización. No es posible dar una respuesta adecuada, o tener un servicio de alta calidad, si no se automatizan los procesos y se van eliminando complejidades. Se trata de tener una estructura muy sencilla y automatización de todos los niveles que permita la entrega de servicios con mayor rapidez. Esto también termina mejorando aspectos como la seguridad, la trazabilidad o la eliminación de errores.
El tercer reto que menciona, ¿está relacionado con DevOps?
R. B.: Aumentar de forma evidente la velocidad en el despliegue de soluciones del proceso de desarrollo de aplicaciones, ya no vale. Ahora hay que evolucionar más rápido, tomar decisiones de forma ágil y moverse con el mercado. La frecuencia en la entrega de nuevas versiones es vital y esto rompe con el modelo tradicional de desarrollo. No solo se trata de aplicar DevOps, sino también de poner una arquitectura delante que permita mantener ese ritmo de cambio, que es imprescindible.
¿Qué ventajas ofrecen a sus clientes para lograr los objetivos de transformación?
R. B.: El 56% de los CEO que han empezado una estrategia con nosotros han percibido beneficios inmediatos en diferentes áreas: mejoras en la eficacia y productividad, mejoras en trazabilidad, un incremento de la satisfacción del cliente y mayores beneficios de la compañía.
¿Considera que las empresas españolas son activas en digitalización?
R. B.: Contamos con una amplia experiencia internacional y, desde nuestra perspectiva, no hay mucha diferencia entre lo que nos pide una empresa española o de otra región. Básicamente, el proceso es el mismo: se trata de entender los objetivos, las expectativas del proyecto o el programa de transformación y, a partir de ahí, trabajar en base a la excepción. Lo que sí hemos visto es que, a diferencia de lo que ocurre en España, en otros países empieza a ser habitual el rol de Chief Transformation Officer, un único punto de contacto que tiene la responsabilidad de la transformación en la empresa.
¿Qué tendencias en la gestión de servicios de TI se van a imponer?
R. B.: Las estrategias tradicionales TI no son aptas para esta época de cambio. Para que las organizaciones puedan sobrevivir o ser más competitivas en este mundo actual tan volátil, necesitan emprender estrategias digitales. La gestión actual de servicios TI requiere pavimentar una estrategia digital, cuidando de los sistemas heredados al mismo tiempo que de las innovadoras apps corporativas que requiere el nuevo modelo de negocio. Estamos en el mundo de las ‘dos velocidades TI’, donde hay que automatizar todo a gran velocidad, funcionar en un entorno heterogéneo e híbrido, mantener el compliance y resolver las ciberamenazas, incrementando la satisfacción del cliente y ver el mundo desde su punto de vista.