Junto a Ambrosio Rodríguez, director de Computing, y Carlos Fontán, director de marketing de Grandes Cuentas de Imagen e Impresión de HP, se sentaron Carlos Soto, director gerente del Hospital Clínico San Carlos; Ángel Luis Sánchez, Jefe de Servicio de Sistemas de la Comunidad de Madrid; José Alfonso Delgado, asesor de la inspección general de sanidad del Ministerio de Defensa; Francisco Javier Francisco, subdirector general de tecnologías de la información del Servicio Murciano de Salud de la Comunidad de Murcia; José Miguel Casamayor, director de sistemas de información del departamento 11 de Salud de la Comunidad Valenciana, Hospital de La Ribera; Antonio del Barrio, Jefe de desarrollo del Sescam (Servicio de Salud de Castilla La Mancha).
Carlos Soto, abrió el debate desde la posición de un gerente de un gran hospital con más de 200 años de historia, señalando como su impresión es el importante avance que se ha producido en tecnología pero poco en definición estratégica de la tecnología. “Desde las direcciones vemos que vende bien incorporar tecnología a nuestros procesos productivos, así como socios y servicios tecnológicos. Mi impresión es que los experimentos que no se consolidan rápido se abandonan y se busca otro, sin analizar los costes del anterior y los costes de sustitución. Desde las direcciones lo que más nos preocupa es que no haya problemas, porque nuestro objetivo es dar una buena atención sanitaria.” Asegura que en este momento en el ámbito de la impresión se están centrando en pequeñas cosas para ahorrar papel, potenciando el uso del correo electrónico, centralizando la impresión, eliminación de algunas impresoras pequeñas, etc. Pero cree que avanzan poco, “mi impresión es que es porque lo que realmente nos preocupa a nosotros son los servicios asistenciales y muchas veces estos costes quedan diluidos en apartados que no son nuestra prioridad que es la atención sanitaria”. Y es que este es un punto en el que todos coinciden, y es que el gasto de impresión es un gasto oculto que se diluye entre numerosos departamentos, además parece claro que aunque el menor uso de las impresoras y la tendencia hacía la digitalización de documentos, lleva implícita una reducción de costes, este no es el objetivo, entre otras cosas por que no es el capítulo de gastos más importante para la Sanidad. Antonio del Barrio, coincide plenamente en este punto y añade: “En este sector no somos empresas comerciales donde el principal objetivo es el económico. Nuestro objetivo es la salud, aunque tenemos en cuenta el ahorro de costes sobre todo en la medida que repercute en mejorar la sanidad.” Y para aclarar mejor el tema, del Barrio pone el ejemplo de cuando sustituyeron la radiografía convencional por la digital: “este es uno de los capítulos donde más costes se puede ahorrar. Pero no abordamos el proyecto como un ahorro de costes, nuestro objetivo es aumentar la calidad asistencial, el ahorro de costes es una consecuencia. En nuestro sector donde el mayor gasto se produce en medicamentos, el ahorro que pueden suponer las impresoras se diluye. Cuando pusimos la receta electrónica, nuestro objetivo no era la informatización de la red primaria, era reducir el gasto farmacéutico. Con el ahorro que esto supuso amortizamos en gasto en tecnologías de la información para varios años.”
Eliminación de papel y ecología
Parece clara la tendencia de rebajar el consumo del uso de la impresora y por lo tanto reducir el uso de papel y de consumibles y con ellos rebajar la huella ecológica. “La estrategia que tenemos que tener en el mundo sanitario es que la impresión es cara y antiecologica, la estrategia es eliminar el papel”, afirma Ángel Luis Sánchez, y añade algunos ejemplos de lo que se está haciendo: “Intentar conseguir que los hospitales sean sin papel. Cómo podemos eliminar el papel, por ejemplo impulsando la receta electrónica, utilizando cita web o multicanal, utilizar los medios multicanal para avisos, etc. Es importante que tomemos en serio que uno de los objetivos fundamentales de las direcciones generales dedicadas a dar servicio tecnológico es la eliminación del papel donde se pueda. Creo que resultará de eso un beneficio en costes y la ecología”.
José Alfonso Delgado añade como el volumen de información que se maneja actualmente hace imposible que todo se imprima: “sería imposible por consumo, gasto y espacio de almacenaje. Cada vez se fomenta más el uso de mensajería electrónica, correo electrónico, etc. así como el almacenamiento en documentos PDF en contra de la impresión en papel”.
Receta electrónica y Hospital sin papeles
La receta electrónica empieza a ser una realidad, aunque en muchos casos –como señalan los contertulios- se debe hablar más de receta informatizada que electrónica, ya que no está terminado todo el proceso para que la farmacia pueda acceder a las bases de datos. “Cuando hablamos de receta electrónica yo hablaría de receta informatizada, en SESCAM tenemos desde hace tiempo la receta informatizada esta supone que todo lo que es de ayuda a la receta, medicamentos, interacción, etc. se imprime en un papel. El paso a receta electrónica, que ya tenemos algunos pilotos que están funcionando, se producirá cuando en lugar de imprimir la receta se pase en formato electrónico a la farmacia y vaya firmado electrónicamente”, asegura Antonio del Barrio.
El Hospital sin papeles es ya una realidad que está funcionando en algunos casos como el Hospital de Fuenlabrada de Madrid o el de La Ribera de Valencia, sin embargo se dan algunos casos paradójicos como nos cuenta Casamayor: “nosotros en el Hospital de la Ribera somos un hospital sin papeles con más de 800 impresoras y 1200 PC. Lo que es curioso del número es que el parque de impresoras no ha crecido se ha mantenido con una variación como mucho de un 10 o un 15 por ciento, desde hace años, no es como los PC que crecen exponencialmente”.
Gestión del parque
El entorno sanitario es muy heterogéneo pues tienen que compaginar la Atención Primaria donde hay impresoras en cada consulta con entornos centralizados como Administración, control de enfermería, etc. Además cualquier problema a la hora de imprimir una receta, una historia clínica, etc. repercute directamente en la atención al paciente. Por lo que gestionar el parque y los consumibles es complicado. Francisco Javier Francisco nos comenta “Es un tema que no nos lo hemos planteado pero desde el punto de vista ecológico y por el volumen de papel que se está generando nos esta llevando a plantearnos dos temas: buscar la reducción de papel, mediante la impresión de lo que sea absolutamente necesario; y la seguridad por la facilidad de impresión de cualquier tipo de documento en el entrono sanitario es un problema ya que puede aparecer cualquier informe en cualquier sitio. Reconozco que no se ha planteado una estrategia centralizada de saber qué está pasando con la impresión”.
Casamayor añade a este capitulo el tema de la gestión de consumibles “tenemos un sistema automatizado para controlar la reposición. En el Hospital con este parque de 800 impresoras, más 39 centros, tenemos un montón de modelos de impresoras, pero éste no es tanto el problema como el de anticiparse. En el momento que falta toner en una impresora son retrasos de atención al paciente.”
Esto se convierte en una verdadera complicación ya que como nos cuenta José Soto “No somos expertos en gestionar impresoras, nuestras plantillas no están preparadas para esto. La única solución que veo es externalizar estos servicios en manos de expertos”.
Legislación y sociedad
La digitalización de documentos lleva implícita una cuestión legal que todavía no está clara. Para José Alfonso Delgado “existe un desfase entre la realidad tecnológica y la legislación”. Por ejemplo se plantea un problema cuando se digitalizan las historias clínicas qué hacer con las que están en papel. Pero no solo es una cuestión legal el abandonar poco a poco el uso de papel, la sociedad todavía no está madura para aceptar este cambio tanto entre los pacientes como entre los profesionales de la sanidad. Antonio del Barrio, afirma: “Estamos de acuerdo en el objetivo y es que todo sea electrónico y que desaparezca el papel. No es un problema tecnológico, es cultural. Hay que diferenciar dos estados: la gestión interna, donde hay profesionales con reticencias culturales que quieren el papel. Y por otro lado está el ciudadano. Aunque este implantada la receta electrónica al paciente le tiene que dar algo porque no vas a hacer que se acuerde qué dosis tiene que tomar o que se conecte desde su casa para verlo. El objetivo es que desaparezca el papel pero no parece fácil conseguirlo. En el primer caso puedes “obligar” dentro de tu institución a reducir al máximo uso de las impresoras, pero cuando hablas del ciudadano no puedes hacer nada.”
Francisco Javier Francisco, tiene una visión parecida sobre este tema y señala: “Se está avanzando mucho en informática pero cuando alguien va a una consulta medica de Atención Primaria sale de allí con un montón de papeles.”
José Miguel Casamayor nos pone otro ejemplo de cómo estas situaciones pueden llevar a situaciones un tanto contradictorias: “A nosotros la receta electrónica o la receta automatizada porque todavía no es electrónica, nos está obligando a renovar el parque de impresoras con tres bandejas. Al final llegas a una especie de sin sentido. Apostamos por ser digitales pero la realidad nos lleva tozudamente a ser papeleros. Creo que a nivel tecnológico estamos preparados, pero hay que acompañar esto con normativa, con reglamentos, con formación a la gente. Hay que trabajar de manera integral”.
Otro problema que se plantea y que afecta a la legislación es saber qué hacer con las historias clínicas en papel una vez digitalizadas ya que ni la ley de Protección de Datos ni la de Garantías del Paciente hace referencia a ello. En la Comunidad de Murcia según nos comenta Francisco Javier Francisco “hemos hecho un estudio con el objetivo de ver que hacíamos con las historias en papel y dentro de poco saldrá un concurso para un modelo corporativo de gestión documental, en un solo hospital se pierden más de 2.000 metros cuadrados con el archivo de historias clínicas”. Este tema se agravará probablemente en el momento en que entre en vigor el nuevo reglamento de la Ley de Protección de Datos en que se hará referencia al papel, según nos comenta José Miguel Casamayor.
En el Ministerio de Defensa parece que va un paso adelantado y mediante la firma digital ya se admiten los documentos digitales en PDF para uso interno a través del proyecto SIMENDEF. “Se trata del uso masivo de PDF, el documento una vez firmado por la autoridad se deposita en una base de datos e instantáneamente aparece como una llamada en el lugar de destino. Con lo cual los archivos están comenzando a ser electrónicos. Con esto la documentación oficial que es muy voluminosa se consigue reducirla al mínimo”, según nos explica José Alfonso Delgado. En cuánto al ámbito sanitario en estos momentos se está trabajando en el proyecto Balmis entre cuyas pretensiones se encuentra el de contar con la historia clínica digital. “También estamos trabajando en la imagen digital para eliminar la placa radiológica y la telemedicina que en nuestro caso es muy importante al tener tropas destinadas en el exterior”.
Parece ser que en el ámbito sanitario está más aceptada la imagen digital que la historia clínica electrónica, según nos comenta Francisco Javier Francisco, “es muy corriente que los médicos acepten ver una imagen digitalizada y sin embargo son mucho más reticentes a la hora de ver una historia clínica digitalizada”.
A pesar de todo y como conclusión, José Delgado señala como la tendencia de reducir el papel y el uso de la impresora es imparable y afirma: “Cuando hay problema de gestión de cambio, hay que visionar el futuro, el modelo final y no agobiarse con lo problemas intermedios. Está claro que el uso masivo de la información electrónica va a ser una realidad”.
Carlos Fontán, Director de Marketing de Grandes Cuentas de Imagen e Impresión
“HP Apuesta por una impresión eficiente y por la digitalización de documentos integrados en los procesos de negocio”
Carlos Fontán afirma que en HP no van contracorriente y que “la tendencia hacia una impresión eficiente y la digitalización, tiene todo el sentido ya que tener la información digitalizada es más cómodo, más seguro, más fácil de buscar, etc. Sabemos que la tendencia es digitalizar.” Así, desde la multinacional americana su estrategia de impresión pasa por ser consciente que hay una tendencia a la digitalización y “lo que pretendemos es ayudar a los clientes a optimizar el entorno de impresión ya que suelen tener entre un 20 y un 30% más de impresoras de las que necesitan.”
Además, desde la compañía se plantean ayudar a la gestión del parque de impresoras y de consumibles mediante una herramienta de software que permite descubrir impresoras personales y gestionarlas aunque no estén conectadas a la red. También incluye la parte de consumibles que permite saber cuando se va a acabar el toner, lo que hace posible programar alertas cuando queda un 10 por ciento, alertas que pueden ir directamente al proveedor para que suministren en el lugar de la impresora. “Esto provoca un ahorro de costes al no tener un inmovilizado en un espacio, además podemos ayudar a digitalizar la información mediante el uso de equipos multifuncionales”, asegura Fontán. “Hemos hecho un proyecto en el Hospital Inca de Menorca donde se han digitalizado 150.000 historias clínicas y se ha conseguido manejar esa información de manera electrónica.”
Durante los últimos años, HP ha cambiado la estrategia y ha pasado de vender impresoras, a tener una aproximación de consultoría aportando incluso el outsourcing para la ayuda en la gestión de los parques de impresoras y uniéndolo con la estrategia de negocio, “hemos detectado que los clientes empiezan a abordar otras problemáticas como las ecología, la gestión de impresoras, etc. Nuestra ventaja es que somos una empresa de tecnologías de la información.”
Respecto al tema de la ecología, Carlos Fontán señala como “HP en respuesta a este tema tenemos un plan Renove por el que damos una bonificación pero recogemos la maquina y la llevamos a una planta de reciclaje y si el cliente quiere le damos un certificado de que esto se ha hecho. También tenemos el programa Planet partner por el que ponemos unos contenedores para poder era los cartuchos y nosotros los recogemos.”