La computación en la nube es un servicio que se ha ido expandiendo y estandarizando desde la primera década de los 2000, tanto para particulares como para empresas. A pesar de ser la base de la pirámide formada por muchas otras tecnologías que se han ido desarrollando, como el big data y la Internet de las Cosas, el debate en torno a qué modelo cloud implementar y cómo hacerlo no tiene visos de extinguirse pronto. A esta conclusión llegamos despues de asistir a la executive lunch acerca de la adopción de la nube híbrida y la tranformación digital inteligente organizada por Computing, en colaboración con Arsys, Dell EMCyVMware.
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“Hace tiempo que la nube se vende como si fuera el Bálsamo de Fierabrás”, afirmó Carlos M. Arozamena, director general de Operaciones de Espacio IT; “y aunque es cierto que la cloud nos facilita la vida y supone un reto ineludible, hay que pensar bien qué modelo es el que se adapta mejor a los requerimientos de tu compañía”, apostilló. En su caso particular, Arozamena se postuló como un firme defensor de la nube híbrida, a pesar de que entiende que migrar ciertos aplicativos o datos sensibles es más complicado, no obstante, a este tipo de datos les da “cuatro días para acabar subiendo a la nube”.
La evolución natural del cloud es hacia un modelo de nube pública
Hablando de datos sensibles, José Ramón Ruiz, CTO de Indra, admitió que en su compañía siempre han existido reticencias para pasar información sobre seguridad y defensa a la nube, por este motivo “no tenemos público ni el correo electrónico”, afirmó. Sin embargo, Ruiz reconoció estar descubriendo cada vez “mayores oportunidades de negocio en cloud”, por lo que ya están diseñando “importantes planes de transformación, -teniendo en cuenta el presupuesto económico, los niveles de seguridad y el dimensionamiento técnico-; y que comenzarán por la contratación de Office 365”.