Adaptar el legacy a la nueva forma de operar que requiere la nube continúa siendo uno de los principales retos que tienen ante sí las empresas en su proceso de migración. No es el único desafío. La ausencia de perfiles profesionales capaces de guiar y administrar esa transición de una manera eficiente también figura en el listado de tareas pendientes. A estos argumentos hay que añadir la existencia de un número cada vez mayor de proveedores, una realidad que, en cierta manera, “enturbia” el horizonte ante tanta oferta disponible. Asimismo, asegurar el cumplimiento de contratos de servicios que se firman con estas compañías cloud, así como todo lo que tiene que ver con la protección de los activos ‘core’ del negocio, dificultan la transformación.
Computing, en colaboración con Nutanix, ha reunido en Barcelona a responsables TI de diferentes organizaciones para conocer de primera mano cuáles son sus inquietudes y vicisitudes en su éxodo a la nube. En el encuentro han estado presentes los portavoces de Agència de Ciberseguretat de Catalunya, Aigues de Barcelona, Aramark, Banco Sabadell, Cambra de Comerç de Barcelona, Danone, Grupo Mutuam, ICL Iberia, IESE Business School, La Sirena, MRW, Penguin Random House, Rogasa, Suez y la Universitat Oberta de Catalunya.
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Cuándo y cómo
Pertenezcan a la Administración pública o sean empresas privadas, de uno u otro sector, nadie duda de que la nube es el futuro y es probable que la infraestructura on premise quede cada vez más reducida y se imponga un devenir puro de SaaS. Así las cosas, “dar el paso está claro, la cuestión es cuándo y cómo hacerlo”, se matizó. En otras palabras, “ir por ir no sirve de nada”, hay que saber en qué momento una compañía está preparada para la transición y de qué manera puede sacar provecho a esta tecnología, teniendo en cuenta que esto implica modificar la organización de las TI y la operativa. No en vano, cloud supone una transformación cultural, de mentalidad de todos los eslabones de la empresa y de paradigma en el modo en que se construyen las aplicaciones; un cambio de modelo sobre cómo se hacen las cosas: procesos automatizados, escalabilidad y flexibilidad, time to market, pasar de capex a opex… Pese a ello, “no hay una estrategia única para ir al cloud”, por lo que es preciso definir un roadmap a 4 o 5 años e ir hablando con los proveedores de nube para definir políticas e, incluso, configurar un framework de DevOps en el que participe toda la compañía. Eso sí, sabiendo “enfocar las inversiones a lo que el negocio necesita”. Y dando tiempo a la empresa para que se adapte.
Todavía existe miedo a llevar al cloud los activos ‘core’, pese a que se reconoce que la protección de estos entornos está más que probada
El precio de la nube
Otro tema que se puso sobre la mesa fue el coste de la nube. “Por defecto es más caro alquilar que comprar, pero todo depende del uso”, se observó. En un primer momento cuesta mucho determinar los gastos que hay que afrontar. Las compañías se enfrentan a un cambio previo pues en la transición hay costes a considerar, pero que no son fáciles de prever. “No hay un corte limpio que te permita cerrar una infraestructura y poner otra nueva. Este proceso nos pasa factura”, se indicó. Se trata del coste en el desarrollo de nuevas aplicaciones bajo el nuevo enfoque, la contratación de perfiles más caros y subsanar la falta de preparación de la organización para las nuevas soluciones.