Según los estudios realizados por la consultora GFK (dados a conocer por Conzumo Servicios Online), las ventas en el ámbito doméstico de impresoras de tinta de inyección han caído un 32% durante el pasado año 2014. A su vez, las impresoras láser han aumentado hasta un 27% en el mismo periodo.
Este cambio de tendencia se debe principalmente a tres motivos:
- El precio de los tóner compatibles ha ido bajando considerablemente durante los últimos años, haciendo mucho más asequible su compra también a nivel doméstico.
- La duración de los tóners es muy superior a la de los cartuchos, no solo por su mayor capacidad, sino también porque se conservan mejor durante más tiempo. Así, si utilizamos cartuchos de tinta de inyección y no solemos imprimir todos los días, puede que encontremos el cartucho seco y tengamos que cambiarlo.
- La capacidad de los tóner es hasta cinco veces superior a la de los cartuchos, lo que permite imprimir muchas más páginas con un mismo consumible, optimizando y aprovechando mucho más su precio.
Estos factores, unidos a las ventajas ya conocidas de las impresoras láser frente a las impresoras de inyección, como su durabilidad, su rapidez y el uso eficiente de los consumibles, están llevando a los consumidores a cambiar poco a poco sus hábitos y a optar por impresoras láser también en sus hogares.
Una tendencia que se afianza en los últimos años y que indica una cada vez mayor responsabilidad de los usuarios a la hora de optimizar sus compras y rentabilizar su inversión.