La transformación digital en las compañías pivota sobre tres ejes principales: la optimización de los procesos de negocio, la mejora de la interacción con los clientes y la capacidad de acometer nuevos modelos de negocio. Y para los tres, cloud es un habilitador clave, ya que permite entregar servicios de manera dinámica que pueden adaptarse a las necesidades concretas de los usuarios.
La optimización de los procesos de negocio actuales es el caballo de batalla de las grandes organizaciones. Para poder competir en un nuevo entorno en el que la rapidez, agilidad y la competitividad son aspectos fundamentales, es necesario rediseñar los procesos para readaptarlos a estas nuevas necesidades.
Hoy en día las compañías tradicionales compiten con los actores de la nueva economía como Uber, Airbnb, Netflix o WhatsApp, basados 100% en servicios cloud, lo que les permite alcanzar unos niveles de competitividad y agilidad difícilmente alcanzables con los sistemas utilizados hasta ahora.
Ninguna de estas nuevas compañías se plantea hoy en día adquirir plataformas de servicios tradicionales para mejorar la atención a sus clientes o hacerles un seguimiento comercial, con un time-to-market de varios meses de por medio, y en un entorno tan cambiante en el que nadie garantiza que la solución que hoy parece competitiva siga siéndolo al cabo de unos meses o años. Los servicios en cloud permiten mantener esa agilidad y frescura, disponiendo de los servicios que necesitan de una manera inmediata y con la flexibilidad añadida del pago solo por lo que se necesita en cada momento. Además, en el caso de encontrar un servicio alternativo que se adapte mejor a sus necesidades, pueden cambiar sin esperar a que terminen largos periodos de amortización (y todo esto dejando de lado el problema de encontrar financiación para las inversiones).
La entrada de estos nuevos actores ha hecho saltar por los aires los modelos de negocio tradicionales en algunos sectores, y esto hace que la transformación se base en buena parte en encontrar nuevos modelos de negocio, nuevas fuentes de ingresos, mientras las tradicionales van reduciendo su peso en la cuenta de resultados. Los nuevos modelos de negocio diseñados para competir en este nuevo terreno de juego no pueden diseñarse con los parámetros tradicionales, sino siguiendo las mismas metodologías de los nuevos actores, para competir con ellos en igualdad de condiciones.
En este nuevo entorno, la cloud híbrida se presenta como la mejor solución para las empresas, permitiendo que mantengan determinados servicios dentro de sus propias infraestructuras y desplegando los nuevos servicios en las plataformas que ofrecen los proveedores de cloud, más ágiles, flexibles y competitivas. Esto les permite beneficiarse de las ventajas asociadas a los dos modelos, pero añade una dosis de complejidad: ¿cómo gestionar esto sin volverse loco?
La solución está en contar con un proveedor de servicios que simplifique esa complejidad a través de un orquestador multicloud que permita desplegar servicios en múltiples plataformas, estableciendo políticas de seguridad y de gestión consistentes a través de todas las plataformas, y que permitan hacer un seguimiento de todos ellos desde una misma consola de gestión.