Couchbase ha publicado los resultados de su informe ‘Evolución de la nube’, que revela que que los servicios en la nube no están cumpliendo las expectativas, e incluso, están sumando complicaciones además de costes. De hecho, cerca de la mitad (42%) de las empresas afirmaron que los servicios en la nube adoptados en los últimos tres años no habían cumplido las expectativas, mientras que el 46% de las compañías españolas aseguraron que las decisiones tomadas en el pasado sobre la nube habían dificultado los proyectos de transformación digital en 2021, y para un 45% les había resultado más costoso.
En concreto, entre los factores que las compañías consideran que aumenta el gasto en la nube se encuentran la necesidad de mejorar la seguridad y el cumplimiento de las normas, la falta de información sobre el gasto de las compañías y fórmulas para optimizar costes, la dependencia de un proveedor -lo que significa que las empresas no pueden utilizar la infraestructura de nube que desean-, así como las herramientas de gestión de los proveedores que no otorgan el control necesario a las compañías, los planes de precios pocos flexibles -que no ofrecen a las empresas lo que necesitan en un único paquete- y el hecho de que los datos no se almacenen en el lugar necesario para cumplir con los requisitos normativos o de rendimiento.
Además, factores como los planes de precios poco flexibles, las herramientas de gestión que no ofrecen el nivel de control que necesitan los usuarios y el hecho de que los datos no se almacenen donde deberían estar, supone un aumento de los gastos de más de un 25%, que se suma a los costes de las empresas en la nube. Así, si por ejemplo cogemos como referencia una compañía en España que de media gasta más de 25 millones de euros al año en servicios en la nube, esto supondría que dichas empresas podrían ahorrarse más de 5,1 millones de euros o destinarlos a otra cosa si las empresas y los proveedores de la nube resolvieran todos los retos anteriormente mencionados.
La transición de la infraestructura a la nube es inevitable
Por otro lado, las compañías están tratando de luchar contra las limitaciones de los servicios. En España, el 47% de las empresas han tenido que reducir su interés en la transformación digital de su negocio debido a los retos que plantea los servicios en la nube, mientras que el 46% ha elegido servicios en la nube que no ofrecen la posibilidad de escalar el negocio para satisfacer la demanda.
Pese a todo ello, el 95% de los encuestados a nivel global afirma que el aumento del movimiento de la infraestructura a la nube es inevitable. “No se puede negar el impacto de la nube en las grandes empresas, ya que les otorga una mayor escalabilidad y agilidad. De igual forma, a las pequeñas empresas les da un acceso a servicios y aplicaciones que nunca podrían implementar internamente”, afirma Esaú Alonso, Country Manager de Couchbase para España y Portugal. “Las organizaciones consideran que están logrando lo que necesitan, o de lo contrario no estaríamos viendo este impulso aparentemente imparable. La cuestión es si se podría conseguir aún más. 5,1 millones de euros en España es un coste demasiado alto para cualquier negocio. Si las empresas aumentan sus expectativas y los proveedores de servicios abordan las ineficiencias, podrían abrir nuevas oportunidades de transformación digital, o simplemente reducir sus costes”.
Pese a todos los costes y retos a los que se enfrentan, las empresas son optimistas sobre el cloud. Casi todos los encuestados a nivel global confían en que sus servicios en la nube les proporcionen los niveles de seguridad, disponibilidad, rendimiento, rentabilidad, control, escalabilidad y cumplimiento que necesitan.
A todo esto, se suma el aumento del gasto en la nube. Así, las compañías quieren que el 58% de su gasto en TI se invierta en la nube pública para 2025, mientras que en España actualmente está al 46%, cerca de alcanzar el objetivo. Su razonamiento es claro. Al ser preguntadas por las bases de datos como servicio (DBaaS), las empresas afirmaron que los servicios en la nube pueden ofrecer mejores acuerdos de nivel de servicio que su equipo interno, y que pueden presupuestar mejor si adoptan una tarifa basada en el consumo. Esto, a su vez, les permitiría reasignar los recursos, que actualmente se utilizan para gestionar su infraestructura de bases de datos, a áreas en las que podrían emplearse mejor.
De igual forma, cuando se les pidió que identificaran sus principales preocupaciones en torno a la nueva infraestructura en la nube, el 52% de las empresas españolas señalaron la seguridad de los datos, seguido de la capacidad para satisfacer las futuras necesidades digitales (39%) y evitar la dependencia del proveedor (31%), mientras que el 29% se mostró preocupado por mantener la capacidad de adaptación a la demanda.
“Si los costes y las preocupaciones siguen en aumento, veremos a más compañías luchando por alcanzar sus aspiraciones empresariales globales”, añade Alonso. “La clave de muchas de estas preocupaciones, y de los costes adicionales a los que se enfrentan las empresas, es la dispersión. Cuanto más control sobre sus datos tengan los clientes de la nube, incluido dónde se almacenan y cómo se gestionan, más seguros estarán de que son seguros, de que sus servicios están preparados para el futuro y de que tienen los costes bajo control. Saben que no se puede volver a meter al genio de la nube en la lámpara, y las compañías tampoco deberían querer hacerlo. En cambio, tenemos que asegurarnos de que esté a la altura de todas las expectativas”.