Durante el pasado mes de junio, las actualizaciones de seguridad solucionaron más de 100 vulnerabilidades sólo en Windows, el software más utilizado en los equipos de trabajo. F-Secure ha presentado Client Security Premium, un servicio que permite a las empresas tapar los agujeros de software que comprometen la seguridad de los datos de una forma sencilla, a la vez que les ofrece una cobertura más fuerte para protegerse frente a las vulnerabilidades descubiertas recientemente que aún no han sido convenientemente actualizadas.
“Prácticamente cada semana nos enteramos de un nuevo caso de robo de datos”, afirma Mikko Parkkola, Product Manager de F-Secure. “La mejor defensa es un enfoque de dos vías. Para corregir las vulnerabilidades que ya se conocen y han sido reparadas por los fabricantes de software, las empresas deben mantener su software al día. Y para protegerse del nuevo malware que se desconoce, las empresas necesitan protección proactiva frente a exploits basado en el comportamiento. F-Secure Client Security Premium hace las dos cosas”, señala. Así, la solución Premium incluye ahora la funcionalidad Software Updater, que garantiza que los sistemas operativos y las aplicaciones estén actualizadas. Escanea proactivamente los equipos localizando parches y actualizaciones de seguridad pendientes y las despliega automáticamente, o permite que el administrador lo haga de forma controlada.
Igualmente, la funcionalidad Software Updater se encarga no sólo de las actualizaciones de Windows, sino que también actualiza las aplicaciones de terceros. Esto es importante porque la gran mayoría de las vulnerabilidades se encuentran en el software de terceros: navegadores, sus plugins y cualquier otra aplicación que se instala sobre el sistema operativo. Client Security Premium está reforzado con la protección especial frente a exploits de DeepGuard 5, la nueva versión de la tecnología de análisis basada en el comportamiento de F-Secure, que también está en la versión Standard de Client Security. Fundamentalmente se ocupa de monitorizar continuamente los programas para detectar el comportamiento sospechoso y detener los intentos de los cibercriminales de aprovechar fallos en el software.
