Lola Sánchez. Computing Como asociación de las 45 cajas de ahorros que existen en España, la CECA viene jugando desde su constitución en 1928 un papel clave no sólo como ‘caja de cajas’, sino, y fundamentalmente, como empresa de servicios para las cajas de ahorros en los ámbitos tecnológico y financiero, y como representante de este sector en Europa. En este contexto, la Comisión de Organización, Automatización y Servicios (COAS) de la entidad que preside Juan Ramón Quintás ejerce un rol clave a la hora de impulsar la colaboración entre las cajas de ahorros, imperativa en los tiempos que corren. “La misión de la COAS”, explica el vicesecretario tecnológico de la COAS, Santiago Uriel, “es fomentar la cooperación entre las cajas e impulsar el desarrollo de iniciativas en común para obtener ahorros y sinergias”.
El cumplimiento de estos objetivos alcanza una dimensión de primer orden en el momento actual de crisis económica, que provocará un rediseño del paisaje de las cajas de ahorros en España y que se ha convertido en un revulsivo de la cooperación entre éstas. “En breve, se producirán procesos de fusión y a finales de año habrá alguna caja menos”, sentencia Uriel.
Es en este escenario donde se enmarca uno de los proyectos estrella impulsado por la COAS que, planteado a finales de 2008, pivota sobre SOA (Service-Oriented Arquitecture). Hace más de una década que el mercado TIC está impulsando este tipo de arquitecturas, sin embargo no ha sido hasta hace pocos años cuando las diferentes tecnologías que rodean a SOA han alcanzado un estadio de madurez. De hecho, esta realidad es uno de los catalizadores de este macroproyecto. “El estado del arte de la tecnología y la necesidad de abordar una reducción, no gradual, sino drástica de costes, subyacen a este proyecto”, afirma Uriel.
La iniciativa se concreta en la creación de un modelo compartido para el desarrollo de software que permita la generación de sinergias entre las cajas con el consecuente ahorro de costes. Ciertamente, en el momento económico actual, tiene poco sentido que cada caja camine por una senda diferente, en lugar de apostar por un modelo compartido; sobre todo teniendo en cuenta, como apunta Uriel, que “la diferenciación se encuentra en los procesos y no en los aplicativos”.
El argumento resulta tan lógico que la iniciativa ha sido respaldada por 37 de las 45 cajas que por el momento existen en España, desde Caja Madrid y la Caixa hasta centros tecnológicos en los que se agrupan varias cajas como Infocaja y la Asociación Técnica de Cajas de Ahorros (ATCA), sin olvidar a Kutxa, que merece una mención especial como impulsora de esta transformación.
Para abordar la primera fase de este macroproyecto, la COAS realizó un proceso de selección que se prolongó de finales de 2008 a abril de 2009, culminando con la elección de Accenture como socio colaborador. Previamente a la definición del nuevo modelo, la consultora realizó un análisis de la situación existente, que dejó constancia de una realidad que permite calificar este proyecto de “desafío”. Y es que, “hoy en día, en el sector de las cajas de ahorros hay casi cerca de 35 modelos diferentes de desarrollo de software”, confirma Uriel. En este escenario, el trabajo de Accenture ha permitido converger todos esos modelos en cuatro grandes grupos: solución tipo Altamira, servidor financiero Infodesa, desarrollo a medida tipo Cobol-CIS DB2 y un cuarto grupo con desarrollo a medida en software libre, con ATCA como gran referencia. “No todas las cajas Altamira o Infodesa desarrollan igual, pero hay más coincidencias que diferencias”.
A partir de ese marco general, Accenture ha cumplido, en sólo 15 semanas, con el principal objetivo de la primera fase: la definición de un modelo conceptual común y la creación de una hoja de ruta en la que se contemplan los procedimientos a desarrollar por el conjunto y por cada una de las cajas participantes. Tal y como indica Uriel, “se ha creado un entregable de cómo se adapta el nuevo modelo a la situación particular de cada caja, además de la adaptación a los cuatro tipos”.
Merece la pena destacar el alcance de dicho modelo, tanto en la vertiente lógica como física, ya que ha permitido establecer conceptos comunes, aterrizando el lenguaje propio de la consultoría a la realidad del sector de las cajas; además de facilitar un análisis detallado de la situación de la tecnología de los distintos proveedores respecto al ideal de las piezas o componentes de dicho modelo: ESB, motor de procesos, web services, motor de reglas, gestor de eventos, BAM, etc. con especial atención al apartado de gobierno.
Los resultados de esta primera fase, que se ha financiado con una inversión media inferior a los 6.000 euros por parte de cada una de las cajas participantes, serán clave para alcanzar la meta de la segunda fase del proyecto: la construcción del modelo común. En ese punto y como detalla Uriel, “hemos apostado por la plataforma Java, ya que todos los grandes proveedores tienen un mapa de servicios Java, es la plataforma que nos da más independencia a la hora de desarrollar fuera de un entorno específico de proveedor y nos permite, además, hacer un despliegue independiente”.
La segunda fase, que “ya tiene viabilidad al haber superado hasta el momento las 21 adhesiones, si bien seguramente superarán las 28”, contempla asimismo el desarrollo piloto de una aplicación en base al nuevo modelo. Uriel detalla que “se trata de una aplicación de Préstamos Sindicados que, aunque no tiene una alta componente transaccional, goza de relevancia en cuanto a la unidad de negocio que la gestiona y está muy orientada a procesos, lo cual nos permitirá probar el núcleo del nuevo modelo”.
El desarrollo, tanto de la plataforma como de este primer aplicativo piloto -que se prevé estará finalizado a principios de 2010-, se abordará en colaboración con un proveedor (todavía por determinar), y permitirá valorar las bondades de SOA en cuanto a eficiencia y reutilización de componentes.
La segunda fase del proyecto pondrá asimismo a prueba los dos modelos con los que está previsto trabajar. “Habrá un núcleo de la arquitectura común desarrollado y administrado de forma centralizada, mientras que las aportaciones, sobre todo a nivel funcional, se realizarán de forma distribuida y se podrán compartir”. En este punto, será necesario establecer las reglas de juego en términos legales para que si una caja desarrolla, por ejemplo, una aplicación de recobro, pueda ofrecerla al resto. Y, a más largo plazo, cuando el proyecto se encuentre en una fase más avanzada, el modelo contemplará también el desarrollo tipo ‘forja de software’ con sabor open source, en el cual las cajas actuarán como fábricas de componentes. “Empezaremos a ver la luz en la segunda o tercera aplicación”, estima Uriel, quien es plenamente consciente de que este proyecto constituye “una carrera de fondo con un horizonte de dos a tres años”.
Firma Digitalizada
La creación de un modelo de desarrollo común para las cajas en torno a SOA no es el único proyecto impulsado por la COAS para generar sinergias y reducir costes; el mismo espíritu se encuentra en otros proyectos estratégicos como el de ‘Firma Digitalizada’. Y es que, como señala Uriel, “no tiene sentido que cada caja trabaje en un sistema de firma digital diferente puesto que lo ideal sería contar con un sistema único y que todas las cajas tengan la misma operativa de firma”. La idea nace en un Comité de Tecnología celebrado en San Sebastián en octubre de 2007, en el cual la iniciativa fue presentada por uno de sus miembros, concretamente el subdirector general de Caja de Ávila, José Luis Martín Velayos, quien la ha liderado durante estos dos años.
La COAS dio luz verde al proyecto, que ha contado con una inversión superior al millón de euros, tras un estudio inicial de consultoría y análisis legal que contó con la participación del bufete Bercovich & Carvajal, y con el conocimiento de una iniciativa similar previa realizada en Berlín por las cajas alemanas, centralizadas en Finance IT. Esta organización, que los expertos de COAS visitaron en la primavera de 2008, dictaminó tras un riguroso análisis económico, que con un sistema de este tipo el ahorro por documento, considerando costes directos e indirectos, ascendía a 1,5 euros.
A la vista de este potencial, la CECA ha creado un estándar común para garantizar la seguridad en las cajas, si bien “tendría más sentido tener un estándar para el conjunto del sector financiero y, de hecho, estamos intentando promocionar este proyecto entre la banca y las cajas cooperativas”. En este sentido, ya está previsto el desarrollo de un primer piloto del sistema en una entidad bancaria.
Tras el necesario estudio de viabilidad, que se prolongó de finales de 2007 a principios de 2008, la propia COAS se responsabilizó del desarrollo centralizado de la aplicación, que contó con la colaboración de la empresa Matchmind, así como de su distribución a las entidades. Uriel explica que “la aplicación se ha desarrollado en las plataformas Java y .Net para garantizar su compatibilidad con los diferentes tipos de terminales financieros”.
En cuanto a los dispositivos, se han seleccionado las tabletas de Wacom, que distribuye SoftPro y que son “las más simples y ergonómicas, y las más avanzadas en cuanto a capacidades biométricas y análisis y captura del trazo”; así como los terminales TPV de Ingenico y VeriFone, que admiten tanto la firma manuscrita como el DNI digital y que actualmente se están pilotando. “Hasta el momento se han adquirido y servido más de 9.000 tabletas, prácticamente el cien por cien de Wacom, fundamentalmente debido a que su precio es menos de la mitad del de los sistemas más avanzados, que incorporan el uso del DNI electrónico”. Para comprobar el buen funcionamiento del sistema se lanzó un piloto en un grupo de siete cajas, alcanzado a una veintena de oficinas con clientes en real. “Se hizo un primer diseño del sistemas con operaciones de bajo riesgo y tras la firma de alrededor de 20.000 operaciones quedamos satisfechos”. Uriel destaca que “a pesar de que esperábamos muchas reticencias, todos los segmentos de edad de clientes firmaron con absoluta confianza”.
El piloto se prolongó hasta mediados de 2008, momento en que se toma la decisión de lanzar el sistema completo definitivo, incluyendo servicios como el de custodia digital, el cual garantiza la integridad y no modificación de los documentos digitalizados. Como promotora del proyecto, Caja de Ávila fue pionera en la adopción del nuevo sistema, que actualmente ya está operando en real en 1.250 oficinas con más de 3,5 millones de operaciones firmadas, y de acuerdo con la planificación fijada, “a finales de año, esperamos que el servicio esté disponible en alrededor de 3.000 oficinas con cerca de 13.000 tabletas; y se prevé terminar 2010 con más de 20.000 tabletas ampliando la cobertura a las 45 cajas”.
Notables ahorros de costes
La buena acogida del sistema por parte de las cajas se debe fundamentalmente a una cuestión de costes. Ciertamente y como reconoce Uriel, “sólo el ahorro del papel y la impresión no justifican la inversión”; pero si se suman los gastos asociados a la gestión, la custodia, la consulta, expurga y destrucción de los documentos en papel, la cosa cambia. Y es que “los costes directos de gestión de papel ascienden a unos tres céntimos por documento, sin imputar las horas de trabajo del personal; de modo que, estimando que cada oficina gestiona un volumen medio de entre 40.000 y 50.000 documentos al año, el ahorro recurrente es de 30 millones de euros -26 millones descontando la amortización de los dispositivos hardware- en el conjunto de las alrededor de 25.000 oficinas de las cajas”.
La seguridad del sistema, un ámbito en el que la COAS ha trabajado con la compañía S21sec, está totalmente garantizada gracias a la existencia de tres niveles: “el primero radica en que la caja no tiene control sobre el sistema, la información viaja encriptada con unas claves custodiadas en CECA entre la tableta y el PC del terminal financiero, y la firma nunca se maneja aislada del documento a firmar; el segundo se encuentra en la PKI con la que se firma digitalmente, que cada caja puede elegir libremente admitiéndose cualquier certificado válido; y, por último, el sistema no puede desplegarse a no ser que la caja cumpla un número mínimo de puntos de seguridad”.
Cabe destacar que, si bien cada caja tiene libertad para custodiar sus documentos, es la CECA la que controla las claves del documento firmado, un aspecto fundamental ya que “en caso de litigio, la CECA es la única que puede extraer la firma del documento PDF”. En este punto y fundamentalmente dirigido a las cajas de mediano y pequeño tamaño que no han desarrollado su propio sistema de custodia, en CECA se ha diseñado un servicio centralizado para alrededor de una decena de cajas. Uriel indica que “tenemos previsto arrancar a finales de este año con unos 90 Tb dedicados a la custodia de este tipo de documentos”.
El servicio de custodia se complementa con el de calígrafo de validación de firma que, como destaca Uriel, “hace uso de un software de validación biométrica que tiene en cuenta más de 1.000 variables -velocidad, presión, trazo aéreo, etc.- alcanzando un índice de detección de firmas falsas del cien por cien”.