CESIPAL, tecnología para volar

La Escuela Militar de Paracaidismo de la Base Aérea de Alcantarilla se ha convertido en un referente tras la puesta en marcha en el CESIPAL de dos simulares, que han incrementado de forma notable los niveles de seguridad en el proceso de formación, además de redundar en un ahorro de costes.

Publicado el 22 Ene 2010

16675_15

Lola Sánchez. Alcantarilla (Murcia)

Tras la puesta en marcha del Accelerated Free Fall (AFF) o Túnel de Viento, la Escuela Militar de Paracaidismo “Méndez Parada” de la Base Aérea de Alcantarilla, localizada a las afueras de este municipio murciano, se ha convertido en un referente a nivel nacional, europeo y mundial.

El Ejército del Aire adquirió a la empresa estadounidense SkyVenture este nuevo sistema de formación, de cuya implantación se hicieron cargo las empresas Simave y AG Electric (actualmente Abantia), de forma que en agosto de 2006 el Túnel de Viento entraba en operatividad en el Centro de Entrenamiento y Simulación de Paracaidismo de Alcantarilla (CESIPAL).  
El mantenimiento de este Túnel de Viento es responsabilidad de la empresa Indra Sistemas, con la cual el Mando del Apoyo Logístico/Unidad de Contratación y Gestión Económica del Ejército del Aire ha firmado recientemente un contrato de servicio de mantenimiento de sus simulares por valor de seis millones de euros. Por otro lado y en base al acuerdo establecido entre el Ejercito del Aire e Indra en el marco del Proyecto Fénix, que persigue la potenciación de las capacidades logísticas del Ejército del Aire y la rentabilización de sus recursos, la multinacional cogestiona la explotación comercial del CESIPAL en base a un modelo de Partenariado Público-Privado (PPP) que permite poner en valor los recursos del Ejército del Aire más allá del ámbito militar.

Un entorno controlado
El Túnel de Viento consiste en una infraestructura que permite, mediante un flujo de aire, simular la caída libre del saltador, de forma que puede ejecutar las maniobras objeto de aprendizaje y experimentar sensaciones similares a las de un lanzamiento real, pero en un entorno controlado.
Con 4,26 metros de diámetro y 2,80 metros de altura, la cámara de vuelo del túnel de viento de la Base Aérea de Alcantarilla es una de los más grandes del mundo. Las dimensiones de su planta circular permiten el vuelo en su interior de hasta cuatro personas con equipo de combate y cuenta con la ventaja añadida de que sus paredes, además de ser resistentes a golpes y posibles impactos de objetos, son transparentes, de modo que es posible ver el interior de la cámara tanto desde la zona de espera como desde la zona de observación. Por otro lado y en un espacio independiente e insonorizado, se ubica la Sala de Control del túnel, desde la cual se controla el sistema de apertura y cierre del acceso a la zona de espera y la cámara de vuelo, el arranque, la parada y el estado de sus cuatro ventiladores axiales, la velocidad del aire en circulación -que puede llegar a los 250 kilómetros por horay el sistema de vídeo. Este último componente resulta fundamental a la hora de realizar grabaciones y tomar fotografías para su posterior visionado en el aula de formación de cara a corregir errores.
El uso del Túnel de Viento supone un avance muy significativo respecto al aprendizaje tradicional. “En la enseñanza militar tradicional”, explica el capitán del Ejercito del Aire, Alberto Blanco Medina, “se pasaba de la teoría en el aula y el campo de instrucción a la suelta del alumno sin que pudiera contar con un profesor que le corrigiera y guiase en un momento tan crítico”. Hay que tener que en cuenta que es en estos primeros saltos y mientras el alumno se esfuerza por estabilizar su posición cuando se produce el mayor número de incidencias, de modo que el hecho de poder contar con el asesoramiento y la asistencia de un monitor resulta fundamental.
Gracias al Accelerated Free Fall (AFF) el alumno ya no se ve obligado a saltar solo en sus primeros lanzamientos, sino que está acompañado y cuenta con la asistencia de dos instructores, que le supervisan y corrigen en todo momento; de esta forma el alumno no se siente en peligro y su atención puede concentrarse exclusivamente en el aprendizaje de las técnicas de vuelo y caída libre. “Gracias al Túnel de Viento hemos conseguido acelerar el proceso de aprendizaje y lo que es aún más importante, se ha elevado de forma significativa el nivel de seguridad”, subraya Blanco, para quien el único inconveniente es que “se necesitan más instructores por alumno y se hace necesario reducir el número de alumnos por curso”. A día de hoy, el equipo de instrucción de la Escuela Militar de Paracaidismo de la Base Aérea de Alcantarilla cuenta con una docena de instructores.
Cada año alrededor de 6.000 militares realizan sus cursos de formación en el túnel, del que también se benefician los instructores, que no se ven sujetos a restricciones de disponibilidad de aviones o factores climatológicos, así como la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA). No en vano y como indica Blanco, “pasar de disponer de entre 50-55 segundos en el lanzamiento desde el avión a contar con minutos en el aire, resulta clave para el entrenamiento de los acróbatas de la PAPEA”. Y es que se estima que, en una sesión de 15 minutos en el navegador se obtiene un rendimiento similar al de 25 lanzamientos en real.

Simulador de Realidad Virtual
Coincidiendo con la entrada en operatividad del Túnel de Viento, también se puso en funcionamiento en el CESIPAL un Simulador de Realidad Virtual que, basado en el sistema Parasim, permite recrear el vuelo con un paracaídas -plano o redondo-, desde el salto desde el avión hasta la toma de tierra. Con este sistema es posible establecer diferentes condiciones de salto -altura, diurno/nocturno, dirección e intensidad del viento, así como condiciones climatológicas y otros factores que influyen en la navegación- en diferentes escenarios y situaciones de emergencia.
Dotado de 10 puestos, el sistema tiene capacidad para simular hasta 360 saltos en una hora simplificando el aprendizaje por parte de los alumnos, sin el nerviosismo propio de un vuelo en real y en un entorno controlado.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

S
Lola Sánchez

Artículos relacionados

Artículo 1 de 4