En conjunto, las cien primeras empresas del sector tecnológico alcanzaron un volumen de negocio de cerca de 25.000 millones de euros en 2015, lo que representa una subida del 5,3% y, a su vez, que estamos ante un indicador evidente de signo positivo.
Durante este último ejercicio que analiza el tradicional ranking que publica Computing quien más y quien menos de las firmas proveedoras han recogido la cosecha a tiempo con crecimientos en muchos casos por encima de los, ya casi olvidados, dos dígitos. Lo malo, en cambio, es la sensación del sector de no encontrarse en pleno vuelo a velocidad de crucero después de dos buenos ejercicios; hay dudas en cuanto a lo que deparará 2016, ya sea por la incertidumbre política local o por el devenir económico internacional.
Yo en cambio sí me atrevería a aventurar un año en línea con los anteriores, si tenemos en cuenta además que la facturación de 2014 marcó un antes y un después, a raíz de ello, un directivo comentaba hace un año que había que “aprovechar la oportunidad para crecer en 2015”, y se ha conseguido.
No queda más remedio que ser optimistas, las organizaciones después de una etapa de sequía han retomado con mayor ímpetu la puesta en marcha de proyectos, la transformación digital se ha convertido en un acicate con la nube como referente principal y vemos cómo la actividad TIC de la pyme se acelera; a la espera de que la Administración Pública se posicione para adoptar de nuevo su rol como habilitador de todo este proceso innovador.
