Tras 30 años en el mercado, y haber pasado la crisis con holgura,Tecnocom se siente con fuerza para dar a conocer sus armas estratégicas a los expertos financieros con el fin de obtener un mayor reconocimiento bursátil y valor de compañía. Su presidente, Lalo Azcona, comenta en este sentido, que “hemos salido del inframundo” de la infravaloración, aunque muestra satisfacción ya que a día de hoy el valor de la acción ha pasado de 1 a 1,5 euros desde enero. Esta inyección ha sido propiciada, en gran parte, por la presentación reciente de resultados (406 millones de facturación con un incremento del 9%) y su buena proyección internacional (el 22% de los ingresos provienen de fuera). La plantilla también ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años; en la actualidad ronda los 7.000 empleados.
Azcona destaca la naturaleza estable de su accionariado, más del 65% forma parte del consejo, “apenas tenemos deuda y generamos caja de forma permanente”. Su estructura se reparte entre accionistas históricos (incluido el propio Azcona) con un 31%, Abanca con un 20% y KPN con un 11%. El 38% restante es cotización libre. La firma quiere dar una alegría a sus accionistas y se plantea repartir dividendos y, sobre todo, recalca el otrora periodista televisivo: “estamos atentos para integrar compañías y tenemos una previsión de crecimiento basado en la rentabilidad”.
Animados por estos logros y por las buenas expectativas de futuro, los directivos han trazado el Plan Horizonte 2018 que, como indica Javier Martín, consejero delegado de Tecnocom, “se asienta sobre una sólida propuesta de valor basada en soluciones propias y un excelente posicionamiento para ayudar a los clientes en la transformación digital”.
La firma inaugura una etapa de diversificación y crecimiento orgánico con objeto de, incide Martín, incrementar la internacionalización con el punto de mira en países ‘estables’ como México, Chile, Perú y Colombia. Según el consejero delegado, “vamos a mejorar la rentabilidad mediante el foco en actividades de mayor valor, incrementando la excelencia operativa y la calidad del servicio”. Para ello van a redoblar los esfuerzos en una mayor especialización y en el desarrollo de soluciones propias en la parte alta de la cadena de valor con la innovación como ejercicio diario.
Como baremo de estas medidas, el plan se propone un crecimiento de los ingresos en una horquilla de entre el 7,5% y 10%; de tal manera que en 2018 el margen EBITDA se sitúe en torno al 8,5% y el ROCE (Rentabilidad sobre el Capital Empleado) supere el 12%.
Diversificación
Martín explica que “la estrategia de diversificación geográfica y sectoral reduce la dependencia de un cliente o sector en particular”. Banca y Seguros es su mayor caladero de negocio con el 48% de los ingresos, seguido de TME -Telecom, Media, Entertainment- (25%), Industria (16%) y AAPP (11%). En esta área, la firma saca pecho del proyecto conseguido para la gestión de las elecciones generales del 20D (que ganaron a Indra, el proveedor de siempre) que confía repetir ahora que se van a celebrar de nuevo.
Su portfolio de clientes está atomizado, más de 1.000, y ninguno de ellos superó el 9% de sus ingresos: “Más del 60% los ingresos provienen de clientes con rating de grado de inversión”, es decir, con solidez financiera. Javier Martín insiste en el pedigrí de sus clientes: “Nuestro negocio se caracteriza por su alta recurrencia y grado de fidelización de clientes ‘blue chip’, para quienes somos un proveedor estratégico”.